#ExageroComoWarrior: Primera pueba superada
Todo esto llamado Copa Oro ha sido como un programa de concursos. De esos de pruebas escurridizas que adoran los programadores de televisión donde cualquier despiste o error te aleja del premio mayor. De esos que, con música dramática y planos cerrados al concursante para verlo sudar, generan un alto rating aun cuando el objetivo es acomodar vasos en forma de pirámide o soplarles a pelotitas de ping pong en una tabla inclinada.
Pues Martino ha ganado el concurso y siendo sinceros, fue más difícil de lo esperado. Cada obstáculo tuvo su grado de complejidad sin considerar los tres primeros: Cuba, Canadá y Martinica (como todo concurso, es necesario que el competidor no desfallezca en los intentos iniciales). Es parte de la esencia de un intrépido programa. Llenar de ilusión al competidor para que sienta que es posible llegar a la última etapa.
Pero Martino no lo ha conseguido por sí solo. Él orquestó y elaboró la estrategia comandando a un puñado de jugadores y/o participantes que eligió desde hace poco más de un mes.
En el transcurso del programa, irrumpió un chico que portaba en el pecho una etiqueta. Se leía “Uriel”. Pues Uriel se apoderó de las cámaras y las sedujo de inmediato por sus refrescantes formas. Supo responder. Logró resolverle varias ecuaciones a Martino solventando así, ausencias y negativas en su posición. Antuna aprovechó como nadie los minutos concedidos. A excepción del juego final donde le pesó la responsabilidad de ser iniciador y solucionador.
Luis Rodríguez y Jesús Gallardo son otros dos elementos que se consolidaron en el naciente proceso del “Tata”. Si mañana el técnico argentino tuviera otro concurso, evidentemente los tendría en su lista de convocados. Le han llenado el ojo. Por ahora son inamovibles.
Si alguna duda quedaba del defensor lateral de Tigres y si tenía alguna cuenta pendiente con Selección Mexicana, ésta quedó cubierta y liquidada. Creció y maduró. Se afianzó.
Jesús Gallardo reflejó que asistir a las aulas de la estrategia desde los tiempos de Juan Carlos Osorio le han fortalecido y que hoy en su posición no hay quien pueda quitarle el puesto en el corto plazo.
También Edson Álvarez terminó por ser otro de los favoritos de Martino. Será durante un buen rato la pieza clave en el engranaje del seleccionador nacional. Es Edson y el resto. A ese grado. Hoy es punto fundamental como primera referencia cuando se clava entre los defensores centrales y primer punto de salida hacia la ofensiva. Genera equilibrio y paz en el medio campo.
Mención especial para Jonathan dos Santos. Terminó por ganar la carrera parejera por la titularidad a Carlos Rodríguez. Desprenderse y alejarse por un tiempo del camino de su hermano fue lo mejor que pudo pasarle a Jonathan. Quizá no es tan feliz sin su alma gemela, pero luce más concentrado dentro y fuera de la cancha. Ha crecido enormidades.
Tras la patada que recibió en el trasero por parte de Javier Aguirre días antes de Sudáfrica 2010 y la lesión que lo marginó de Brasil 2014, por fin el futbol le está haciendo justicia al menor de los dos Santos. Si lo desea, puede llegar a su segundo Mundial en Qatar sin problema alguno. Martino puede estar tranquilo. Si las cosas con Herrera no se resuelven, si persisten las diferencias con el ahora jugador del Atlético de Madrid, tiene a este par de elementos, Jona y Rodríguez, para las pruebas venideras.
A Raúl Jiménez le vino de maravilla la Copa Oro. Despresurizó su cabeza. Se liberó de ciertas críticas que lo tenían maniatado. Se sintió cómodo y se reconcilió con el gol. Lo hizo volar de Inglaterra a Estados Unidos y en primera clase para que también le acompañara en la aventura por los terrenos de la Concacaf.
Rodolfo Pizarro al final fue el mejor, sólo al final. Si es constante en los próximos llamados, tiene todo para ser parte del proceso de Gerardo Martino. Condiciones tiene de sobra. Es cuestión de que consiga convertir la magia en trascendencia. El toque exquisito, en el pase eficaz, oportuno y necesario. Y qué decir de Andrés Guardado y Guillermo Ochoa, quienes fueron fundamentales. Su experiencia, liderazgo y conocimientos se necesitarán de aquí a Catar.
Martino entre papelitos de colores tomó el premio. Un simbólico y gigantesco cheque con muchos ceros de credibilidad en el proyecto. Primera prueba superada. Momento de apagar la televisión. No queda más que esperar el siguiente concurso.
