Quebec: estos son los 7 pecados de un road trip
La provincia de Quebec es la más grande de Canadá y una de las más fascinantes para el viajero arrogante que desea vivir los siete pecados capitales a través de experiencias hedonistas.
¿Quieres ser un pecador? Aquí la recomendación para hacer de tu viaje todo un road movie en tres destinos: Montreal, Quebec City y Charlevoix.
Montreal: grandiosa y cosmopolita
Montreal es una ciudad multicultural que debes descubrir a pie a través de sus calles o por la red peatonal subterránea, una de las más grandes del planeta que fue construida para que sus habitantes puedan desplazarse en el frio invierno.
A cada paso sentirás la soberbia en tu corazón al contemplar museos, obras arquitectónicas, bares, restaurantes y diversas actividades culturales e importantes festivales como MUTEK, el Festival de Jazz y otro centenar de espectáculos al aire libre, sin importar que algunas veces la ciudad se encuentre en temperaturas bajo cero.
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Si eres un comprador compulsivo aquí también encontrarás lugares para hacer shopping y vivir el sentimiento de la avaricia.
Shopping is the new black
La calle Saint-Catherine está repleta de tiendas de todo tipo, desde almacenes comerciales hasta boutiques de famosos diseñadores o creadores independientes, todas dispuestas a desgastar el chip de tus tarjetas de crédito.
El pecado de la envidia se encuentra en la Basílica de Notre Dame, donde los santos son cómplices al alojar el espectáculo multimedia Aura, proyectado en el interior de esta auténtica galería de arte religioso para resaltar su belleza a través de una emotiva experiencia video mapping con duración de 20 minutos, diseñada por la fabulosa empresa Moment Factory y musicalizada de manera majestuosa. Un espectáculo que está a años luz de que suceda en México.
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La gula nos domina
La gastronomía de Montreal podrá saciar tu alma para que le rindas tributo a la gula, hay tantos restaurantes que te hará falta estómago.
Compruébalo en Maggie Oakes, el spot que se encuentra a lado del hotel William Gray, el mismo a donde llega Lady Gaga o Madonna. Allí debes de hundir el cuchillo en jugosos cortes de carne añeja canadiense certificados con sello AAA, preparados por el chef Derek Bocking y maridados con más de 200 opciones de vinos.
Sí, las oficinas de Pornhub
La lujuria también está presente en el destino, aquí se encuentran las oficinas de Pornhub, relativamente cerca del Quartier du Red Light, la antigua zona roja de Montreal, un barrio que albergaba cabarets y negocios ilegales desde mediados del siglo XIX hasta los años 60.
Había burdeles y aquí merodeaban las prostitutas más hardcore de la ciudad. Aún quedan vestigios de la historia, hay una serie de lugares que siguen operando, como Café Cleopatra, famoso por sus shows eróticos con bellas francófonas; o Montreal Burlesque Festival, con espectáculos de cabaret que te hará recordar la época de la prohibición.
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La noche cae y hay que cerrar con el pecado de la pereza.
El mejor lugar es el hotel Le Crystal, la primera propiedad de la marca Warwick que ha llegado a Canadá, al corazón de la acción de la ciudad, reconocido por tener las corner suites más amplias de la urbe.
Quebec City: clásica y sexy
Es momento de rentar un auto y rodar por 250 kilómetros para llegar a Quebec City, el destino turístico más populare de la región, donde la arquitectura francesa y victoriana se mezcla con espacios modernos.
La visita a Quebec City debe incluir al Château Frontenac, el complejo de hospedaje que conforma la experiencia del Viejo Quebec, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad desde 1985, el hotel más fotografiado del mundo e ícono de Quebec City desde que fue construido a finales del siglo XIX.
La reunión de los líderes
En este sitio la ira se hizo presente en 1943 con la visita de Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y el Primer Ministro de Canadá, William Lyon Mackenzie King, durante una conferencia militar altamente secreta celebrada durante la Segunda Guerra Mundial para tomar la decisión de actuar contra el régimen Nazi.
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La reunión de los mandatarios se llevó a cabo en Le Champlain, el restaurante insignia de la ciudad, dirigido por Gabriel Molleur-Langevin, chef que ha fortalecido el menú clásico francés con técnica y vanguardia para crear un espectáculo gastronómico, como si se tratara de un soberbio bacanal. Compruébalo con el menú degustación que incluye caviar, foie gras, langosta, halibut, pato y cortes Kobe.
El favorito de McCartney
Las calles de Quebec son un museo vivo. Camina por el viejo casco de la ciudad hasta llegar a Quartier Petit-Champlain, la calle más visitada del destino y el distrito comercial más antiguo de Norteamérica. Te sentirás en Europa, hay docenas de cafecitos, bistrós y galerías de arte que conforman este romántico corredor.
El hotel más sexy del destino es Auberge Saint-Antoine. Es frecuentado por estrellas del show business como Paul McCartney, que son atraídos por el lujo boutique y un servicio que los hace sentir como dioses. El complejo está en un edificio histórico, es un museo que exhibe piezas arqueológicas que han sido encontradas durante las modificaciones del predio, así como vestigios arquitectónicos del siglo XVIII.
Charlevoix: rincón para el cortejo
Toma las llaves del auto y ahora dirígete a Charlevoix, una región totalmente opuesta a Quebec y Montreal, es totalmente romántico, perfecto para que viajes con tu pareja y le des rienda suelta a la lujuria y la pereza.
Así se siente en el pueblito Baie-Saint-Paul, favorito de los canadienses que huyen del rush citadino. Compruébalo en la calle Saint-Jean-Baptiste, donde convergen galerías de arte, restaurantes y hotelitos encantadores instalados en coloridas casas de madera, como Auberge La Muse.
¿Quién dijo prohibición?
En este pueblo hay un spot para los amantes de la fiesta sin límite, se trata de Maison du Bootlegger, un auténtico speak easy que abrió sus puertas en 1860 para saciar la sed de los briagos campiranos, hasta 1933, cuando la iglesia católica implementó la Ley de Prohibición, obligando a que esta taberna continuará vendiendo bebidas alcohólicas de manera ilegal, como todo un santuario underground de la gula etílica.
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Hoy es una atracción turística. The Bootlegger hace que las noches sean memorables. Todo comienza con un tour guiado para que conozcas las laberínticas instalaciones que fueron utilizadas para esconder el alcohol y a los mismos parroquianos, además de tener un salón –reservación obligada— donde sirven un potente BBQ y en donde todos se ponen a bailar con la banda de rock & roll The Bootlegger House Band, que te hará comportarte como un sediento e irreverente granjero del siglo XIX. Ni se te ocurra llevar auto.
Un castillo para el G7
A la mañana siguiente la resaca tratará de impedirte continuar con tu road trip, pero ármate de valor y maneja por 40 minutos hasta llegar a La Malbaie, un pueblo ubicado a la orilla del río San Lorenzo, donde se encuentra el legendario Fairmont Le Manoir Richelieu, un resort construido a finales del siglo XIX con el estilo tradicional de un castillo francés que atrae a viajeros petulantes de diversas partes del planeta. Por algo fue sede de la 44ª Cumbre del G7.
Allí podrás disfrutar de la gastronomía con total voracidad. La magia gastronómica la ejecuta el chef Simon Fortin que dirige los cuatro restaurantes del hotel: Le Bellerive, Bar La Brise, Le Point Cardinal y Le Saint-Laurent, este último con una carta francesa que te ayudará a conectar la emoción de la noche anterior mediante un menú francés, maridado con poderosa mixología y una extensa carta de vinos canadienses.
Time for check out
Después de haber disfrutado de las instalaciones, campo de golf, piscinas cubiertas y al aire libre y el sublime Moment Spa, tendrás que prepararte para asistir al espectáculo de carpa Éclats, creación del grupo de artistas Les 7 Doigts de la main; una experiencia circense inspirada en la naturaleza que te sumergirá en una vorágine de emociones. Un viaje al pasado que mezcla un show de cabaret de luces de neón con equilibristas, magos y bailarines de cuerpos esculturales.
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El viaje ha concluido y aunque la ira lastimará tu alma durante el check out, deberás comprender la frase que dijo Bob Marley: “Nada dura para siempre. El café se enfría, el cigarro de apaga, el tiempo pasa y las personas cambian”. Sin importar que el universo se haya adaptado a tus pensamientos hedonistas, pecadores.
EN LA RED
Turismo región Quebec: www.bonjourquebec.com
Charlevoix: tourisme-charlevoix.com
Montreal: www.mtl.org
Quebec City: www.quebec-cite.com
