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Rodrigo Blanco Calderón, III Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa

Por: Adán Medellín 04 Oct 2019
The Night, un trabajo que se encuadra en la crisis energética y los apagones en la capital de Venezuela en 2010.
Rodrigo Blanco Calderón, III Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa

Escritor, editor y profesor universitario, Rodrigo Blanco Calderón (Caracas, 1981) ganó el III Premio de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por The Night, un trabajo que se encuadra en la crisis energética y los apagones en la capital de Venezuela en 2010. Borrando los límites entre la novela histórica, la novela gótica, la novela negra, la exploración biográfica de un novelista esquivo –Darío Lancini- y la ficción, Blanco busca contar la experiencia del mal, la violencia y el amor en un país convulsionado por la inestabilidad política y social.

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El novelista caraqueño charló con Playboy México sobre algunas de las claves de esta novela polifónica, donde conviven también los misterios de una serie de feminicidios, las disquisiciones de un psiquiatra, el rock y hasta los palíndromos.

Rodrigo Blanco Calderón

“Mi madre psiquiatra me contaba historias inusuales”

 

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“Hemos sido criados por asesinos”, dice Miguel Ardiles, uno de los personajes de The Night. ¿Cómo cambiaría la historia de nuestros países latinoamericanos si abrazamos esa idea para nuestro relato como naciones?

La frase está al comienzo de la novela y da un poco el tono de lo que será una de sus partes: cierta lectura bastante crítica, bastante fuerte de la sociedad venezolana, no sólo en su momento de mayor crisis, sino tratando de remontarse a ver cómo llegamos a esta situación. Si uno se plantea esa pregunta con respecto a la propia historia, uno tiene que darse cuenta de que si nos remontamos a los periodos fundacionales (en la Revolución Mexicana, o la Revolución de Independencia para Venezuela), muchos de los personajes que nosotros asimilamos a través de la educación básica como héroes, también pueden ser percibidos en faceta más directa de asesinos. En el caso de Venezuela, su figura más importante, Simón Bolívar, héroe de la Independencia, Padre de la Patria, esconde muchas veces facetas sanguinarias en situaciones que no son precisamente las de un enfrentamiento de guerra. Esa historia cambia mucho respecto a los discursos oficiales.

 

Tu personaje Matías Rye habla de The Night como una novela policial que involuciona al género gótico. ¿Esa premisa es coherente con la escritura de este trabajo novelístico?

Creo que en cierto sentido sí. Si uno ve cómo evoluciona la trama en The Night, partimos de una situación política y social conflictiva donde hay una serie de asesinatos de mujeres, pero toda esta circunstancia de oscuridad y de crimen no se resuelve siguiendo las pautas de una novela policiaca, a través de la figura de un detective o los instrumentos de la razón, sino que nos vemos más cercanos a experiencias que quizá registra mejor la literatura gótica o la literatura del horror. Personajes como el Doctor Chirinos, que en la novela aparece bajo el nombre del Doctor Montesinos, el personaje del Monstruo de los Palos Grandes, que mezcla las figuras del artista con las del asesino y el violador, y la escena final de la novela: todas apuntan a experiencias del mal que medianamente pueden ser asimiladas por la novela negra, pero no del todo.

 

The night se enmarca en los apagones de Caracas de 2010. ¿Cómo resolviste la tensión entre historia documental, realidad y ficción en este libro?

Desde el principio, esos planos que tú señalas y separas estaban presentes para mí todos mezclados y juntos, como una misma serie de imágenes y atmósferas. Esa no separación de esos niveles es lo que a mí siempre me anima más a escribir, porque parto de nociones muy borrosas al principio y la escritura es precisamente eso: cómo armar un discurso que contenga dentro de sí ciertos niveles pero que se le presente al lector como una misma página. Por lo menos así fue con el arranque de la novela. Quizás hubo un momento cuando iba a hacer la segunda parte, la que trata del escritor Darío Lancini, en que sí tuve que hacer una pausa y empezar a recabar mucha información, testimonios de quienes lo conocieron, para reconstituir una vida que no encontraba en otra parte, porque no había más que información escueta. Pero al final, el proceso de escritura con el material recabado consiste en borrar las fronteras entre lo que se considera documental, ficción, historia y narrativa. Creo que eso lo refleja el cambio de los nombres de algunos personajes: era una libertad mínima que yo necesitaba para poder fabular la vida de algunos incluso en aspectos que no fuesen históricamente comprobables.

Rodrigo Blanco Calderón, III Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa 1

 

¿Por qué el interés de integrar el discurso de la psiquiatría como recurso novelesco?

El personaje de Miguel Ardiles, un psiquiatra forense, que también lleva una consulta privada y que tiene una secreta vocación literaria, está presente desde mi primer libro de cuentos, Una larga fila de hombres, desde el año 2005. Hay una razón familiar para haber escogido este tipo de personaje. Mi madre trabajó durante toda su vida como psiquiatra forense y ella siempre me contaba una serie de historias un poco inusuales para un adolescente, de modo que para mí, desde que yo era una muchacho, el acto de contar estaba ligado o mediatizado por mi madre psiquiatra y que estaba en contacto con historias muy impactantes. Quizás esa es la razón autobiográfica para eso. Pero analizando más la figura del psiquiatra, uno se da cuenta que ellos son una especie de sucedáneo actual de lo que fue el sacerdote hasta el siglo XIX, su función social es estar en contacto con la vida privada de las personas y a la vez los pone en contacto con los discursos públicos. Como personaje, es una figura privilegiada precisamente para lograr conectar las bajas pasiones de la vida de los personajes con las bajas pasiones colectivas.

 

Los personajes en The night hablan del libro que estamos leyendo y mencionan al autor. Hablan de escritores reales, de palíndromos, discuten otras obras literarias, la propia novela en proceso de formarse. ¿Escribiste una novela quijotesca?

No, yo sería muy feliz si pudiera decirse que mi novela es quijotesca en cuanto a la cantidad de pequeñas historias y la autoconciencia del acto de narrar. Eso es algo que a mí me ha gustado desde siempre: me gusta la literatura que habla de la literatura, novelas y cuentos protagonizados por escritores o por lectores. Me da mucha libertad escribir una obra que esté consciente de su propia condición de artificio porque te libera de la obligación de generar un efecto de realidad “tradicional”. Para mí fue bastante liberador comenzar la novela hablando de una supuesta novela The night, que uno de los personajes postula pero que no logra escribir y en la narración de esa imposibilidad, sin embargo, mi novela avanza. Es un rasgo de mucha de la literatura que yo leo, marcada por la obra de Borges y más recientemente por Ricardo Piglia. Eso explicaría el mecanismo narrativo que usé en esta novela.

 

EL LIBRO

Rodrigo Blanco Calderón, The Night, Alfaguara, 2019, 355 páginas.

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