Sexo: ¿sobrevalorado o equivocado?

El otro día me encontré con esta frase: “Quita el sexo de una relación y verás que hay personas que no tienen nada que ofrecer”.

Wow, sí me hizo pensar.

¿Cuántas veces es el sexo lo que engancha a las personas y no pueden separarse por muy dañina, tóxica, o sin sentido que sea la relación?

Mi padre siempre decía “el que no la corre de soltero, la corre de casado”, y yo siempre lo interpreté como “vive todo lo que quieras en el sexo para que cuando tengas pareja, no te quede ninguna fantasía pendiente” (no vaya a ser que tu pareja no quiera, jaja).

Así que desde que terminé con mi primer novio, que duró 5 años, entré en esa convicción de experimentar lo que se me antojara. Nunca forcé nada, las situaciones se iban dando y si tenía ganas me subía al tren.

Con el tiempo fui cumpliendo todo aquello que me causaba curiosidad, y lo cierto es que no todos son buenos recuerdos. A veces tomaba decisiones a lo loco, en la borrachera, o en la vorágine de la noche y el rockstareo… y luego me arrepentía.

Creo que tenemos la cabeza llena de escenas de película, creencias irreales y absurdas sobre las aventuras sexuales, y terminamos haciendo estupideces, por mucho que a tus amigos les pueda parecer de lo más “cool”, o incluso tú en el momento te creas lo máximo.

A veces me quedaba con una sensación de vacío, incómoda, preguntándome “qué hago aquí”, buscando una salida rápida y pensando cómo borrar eso de mi memoria.

¿Cuestión de moral?

O tal vez el acto sexual va más allá del placer y de un mero encuentro de cuerpos, o quizás lo utilizas para llenar otras carencias, y por eso al final te quedas con esa sensación desagradable…

Mi texto, mi voz: tú, mujer divina

El lado bueno de todo lo que viví, es que ya nadie me lo tiene que contar, y ya no tengo ninguna cuenta pendiente. Eso me deja tranquila al menos.

Sin embargo, ya veo el sexo de otra forma. De entrada para mí es consecuencia, no principio. Estoy convencida de que no sólo compartes tu cuerpo con la otra persona, sino también tu energía y parte de ti, y eso es algo que se queda contigo por mucho tiempo, y ¿quieres quedarte con la energía de todas las personas con las que te has acostado…? Definitivamente yo no.

Ya no me sirve este intercambio con cualquier ligue de turno, no es una conexión que quiera regalar al azar, y no se trata de que no pueda separar el sexo del amor, no, sino de que tiene que haber “algo más” que un simple acto de placer carnal: amistad, cariño, respeto, complicidad, no sé, algo que le dé sentido a una entrega tan total como es acostarte con alguien, por mucho que nos hayamos contado el cuento de que puede ser “sólo sexo”.

Y que no digo que no esté bien tener sexo por sexo, o que esa opción no exista, claro que sí, sólo creo que la mayoría de casos que dicen vivirlo así, en realidad sólo están escondiendo otros vacíos.

¿Para qué tienes sexo? ¿Por quién lo haces? ¿Cómo te sientes cuando sucede? ¿Qué te provoca tu amante? ¿Eliges tú también cada vez que se da? ¿Es sexo o un sustituto del amor…?

Tardé años en saber hacerme estas preguntas, y todo es válido, sólo que ahora tomo decisiones conscientemente. Es entonces cuando no existe arrepentimiento, sino crecimiento, conexión, y por supuesto, disfrute.