Ricardo O’Farrill: sobre su nuevo show, la autenticidad y los orígenes de “Kuri”

Ricardo O’Farrill, conocido simplemente como Richie, es un standupero mexicano cuya fama lo ha llevado a grandes proyectos de televisión siendo algunos de los más importantes los especiales lanzados en Netflix.

El cómico comenzó su carrera artística en la aplicación Vine, en donde compartía videos burlándose de situaciones cotidianas o haciendo bromas a miembros de su familia. Ahora, con varios especiales en su cartera, siendo uno de ellos la primera producción nacional de este formato en Netflix, el comediante se ha destacado en la comedia mexicana.

A propósito de su más reciente show, Ciudadano Mexicano, entrevistamos al comediante para conocer más sobre su proceso creativo y cómo ha logrado mantenerse vigente a lo largo de nueve años, desde que decidió iniciar formalmente su carrera.

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Playboy: ¿Cómo surge este nuevo especial?

Ricardo O’Farrill: A diferencia de los especiales anteriores que están más enfocados a hacer crítica de temas sociales o de repente políticos, en este abordo cosas más personales para poder generar una mayor conexión con el público y que ellos puedan identificarse con la comedia. Son historias de mi vida precisamente como ciudadano mexicano que buscan destacar las semejanzas para poder transmitir un mensaje de unión, lejos de uno más separatista o de discriminación, porque cuando discriminas te la dejas de pasar padre y pierdes de conocer a gente increíble que son los ciudadanos mexicanos.

Playboy: En casi todos tus shows, pero en este en particular hablas mucho sobre tu infancia y vida, ¿qué tanto hay de ti al escribir una rutina y qué tanto hay de invento o exageración?

Ricardo O’Farrill: Honestamente, este es de los que menos embellecimiento tiene. Es un show muy honesto y trabajé mucho con la memoria sensorial. Puede que no tengan un orden cronológico tal cual o que junte ocho eventos diferentes en una mismo, pero todo lo que digo lo viví.

Playboy: Al ser tan honesto, ¿cómo fue para ti ser así de honesto y vulnerable con tu audiencia en estos shows?

Ricardo O’Farrill: Creo que entre más sincero seas con tu público, la gente más te va a respetar. Al menos eso me pasa con la gente que yo admiro, que agradezco su honestidad y es también una oportunidad que se agradece al poder decirle a tu público lo que piensas, lo que sientes, lo que eres. Cuando hablas de manera honesta es cuando más conectas con la gente.

Playboy: ¿Cuánto tiempo estuviste en tour con Ciudadano Mexicano?

Ricardo O’Farrill: Fueron dos años de tour por la República Mexicana y de hecho el show lo grabamos en el Plaza Condesa. Además, afortunadamente este especial pudo salir del país y lo llevamos a Guatemala, Colombia y El Salvador. Teníamos planeados otros países de Latinoamérica, pero la pandemia nos cambió los planes.

Playboy: ¿Tuviste que adaptar algo de tu comedia a los públicos locales?

Ricardo O’Farrill: Por un lado, siempre hay algo de adaptación en cada show, es parte del proceso creativo: salir a probar tus chistes, ver cuáles sí funcionan y cuáles no, qué se tiene que cambiar a un chiste o al orden de la historia. Sin embargo, fue algo bastante bonito el ver que, de hecho, en otros países que conectaban con el set ya como estaba armada y aunque quizá hubiera diferencias de lenguaje, se entendía perfectamente; al punto que incluso consideramos nombrarlo Ciudadano Latino, porque tenemos tradiciones bastante similares en toda América Latina.

Playboy: ¿Cómo es tu proceso al escribir un show?

Ricardo O’Farrill: Como dice Dave Attell: “En la mañana escribes un chiste y no sabes hasta que lo pruebas en la noche si es bueno o no”. Esa es la labor del comediante: el poner a prueba tu material constantemente sobre en un escenario, ya sea de forma local o en tour e irlo modificando según la respuesta.

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Playboy: ¿Has llegado al polo opuesto de sobretrabajar un chiste?

Ricardo O’Farrill: Creo que nunca se sobretrabaja un chiste, siempre puede dar más y siempre lo puedes fortalecer, aunque también hay que entender que las cosas tienen cierta vigencia y, por eso, de repente te tienes que deshacer de ellos. Algo que me enseñó Alex Fernández fue a grabar mis shows, a escucharlos y poner atención hasta en el orden de las palabras y su fonética porque eso también es parte de la comedia. Incluso si cambias el nombre de un personaje porque suena más gracioso, puedes mejorar tu show en gran medida.

Playboy: ¿Así fue como surgió el nombre de “Kuri”?

Ricardo O’Farrill: —risas— No, el nombre surgió por un tipo muy farol que conocí en la prepa y en su estado de Messenger siempre tenía escrito cosas como “Siempre vamos a las mejores pedas ¿o no, Kuri?” y yo me preguntaba a quién le estaba hablando ese idiota en un status de Messenger —risas— . Entonces, cree en mi mente este personaje que me imaginaba como el lamebolas o el compinche que siempre está ahí para confirmar al farol.

Playboy: ¿Describirías a tu comedia como sátira?

Ricardo O’Farrill: Sí. Es como invitar al público a que sea parte de una falacia. Es un acuerdo mutuo donde lo que digo es una tontería. Pero no creo que eso sea todo, el escenario también te permite decir verdades. Entonces, no sólo se trata de hacer sátira sino que es también una forma de compartir puntos de vista y análisis a partir de observaciones.

Playboy: En una época donde muchos utilizan la sátira precisamente para escudarse de la crítica y más allá de la corrección política, ¿cómo es posible hacer comedia que no vulnere o discrimine?

Ricardo O’Farrill: Es parte de los retos de hacer comedia. A mí, el 2020 me enseñó justo eso: ver que hay personas que están levantando la mano y diciendo que no quieren ser llamadas de tal o cual forma y, como sociedad, es parte del cambio, así que hay que aplaudirlo y adaptarse. Considero que la tarea del comediante es poder generar risas y hablar de estos temas sin lastimar a cualquier grupo. En un roast y entre comediantes, puede que todo se valga, pero fuera de esa burbuja, hay cosas que decimos que simplemente van a lastimar y eso no es la comedia. Dave Chapelle y Dan Harmon, por ejemplo, logran hablar de temas sensibles con comedia inteligente y ese es el objetivo al que tenemos que apuntar.

Playboy: ¿Qué le dirías a tu yo más joven que empezó haciendo videos de Vine?

Ricardo O’Farrill: Que trabaje más —risas—. Creo que todo ha venido a su tiempo, pero creo que es un buen consejo para mí y para cualquier persona joven que esté leyendo esto. Ponte a trabajar más lo más pronto posible porque mientras más empeño le pongas, más divertido y gratificante será el resultado.

Playboy: Ahora que TikTok se ha popularizado, ¿has pensado en regresar a este formato de comedia?

Ricardo O’Farrill: Pues más bien creo que es una de las cosas que ha perdido vigencia para mí. Yo ya pasé por eso una vez y a mis 30 años ya no me veo haciendo el contenido con el que empecé. Ahorita mi interés está más bien en el contenido largo; en guiones para series y películas, por ejemplo, eso es a lo que ya aspiro en este momento.

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Playboy: ¿Fue por eso que desarrollaste Casa Comedy y otros proyectos como Ñam Ñam Extravaganza?

Ricardo O’Farrill: Por un lado sí quería mostrarle a la gente que mi trabajo no se limita al escenario. Sé producir y hacer cosas a cuadro que no necesariamente siguen el formato de stand up, pero también decidí armar el proyecto porque me dí cuenta que a través de productos más constantes, uno logra estrechar el vínculo con la audiencia. Eso es lo que hacen los grandes, como Jerry Seinfeld o Dave Chappelle, eso es lo que demuestra tus habilidades como comediante y lo que te acerca al público. Creo que si adoptamos ese modelo, podemos terminar teniendo un gran Impacto y hacer feliz al público, que es lo más importante de todo.

Playboy: ¿Tienes algún ritual previo a subir al escenario?

Ricardo O’Farrill: Sí, tomo café porque me ayuda a concentrarme, de hecho en el especial pueden ver manchas de café como prueba —risas—. Además, también escucho hiphop para agarrar energía y escribo el esqueleto del show en una hoja para repasarlo.

Playboy: ¿Todavía tienes los mismos nervios que tuviste en tu primer especial?

Ricardo O’Farrill: Algo que me enseñó Sofía Niño de Rivera cuando empezaba es que el día que me deje de dar miedo salir al escenario es que ya no me importa lo que hago. Entonces lo que yo hago es abrazar esos nervios y convertirlos en energía para el show.

Playboy: Cuando empiezan a surgir las primeras risas entre el público, ¿esos nervios aumentan o disminuyen?

Ricardo O’Farrill: Lo que hace un gran show es un gran público. La risa para mí se transforma en energía y lo que uno espera es que ambas vayan creciendo conforme transcurre el show y entonces pasas de no querer subir al escenario, por nervios, a no querer bajarte.

Playboy: Como comediante, ¿cómo te mantienes vigente?

Ricardo O’Farrill: Escribiendo, haciendo contenido y estando de gira con ese contenido. Ese es el golden tip: no dejar de hacer cosas. Claro que tienes que conocer a tu público y tratar de incrementarlo en medida de lo posible, pero la forma de hacerlo es con el trabajo. Fuera de eso, te repito: el secreto es aprender a soltar tu material previo y no repetirte, porque lejos de agradecer un chiste conocido, al público deja de darle gracia.