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20 preguntas: Zhann Bucio “Vainilla”

Por: Arturo Flores 19 Oct 2020
Zhann Bucio "Vainilla" nos lleva de la mano a conocer los más profundos y oscuros (no para todos) deseos carnales.
20 preguntas: Zhann Bucio “Vainilla”

Sexóloga pansexual, sex- coach teórico-práctica, educadora, modelo erótica, orgullosa MILF y coleccionista de juguetes sexuales. Imparte talleres, conferencias, sube videos a YouTube. También hace yoga desnuda y lo presume en redes sociales.

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01. ¿Cómo describirías tu despertar sexual?
Bien chavita, y cuando digo bien chavita, de verdad mucho. Tenía como 6 años la primera vez que me toqué y dije: “se siente bien”. Quizá no lo asociaba a lo sexual, pero fue un despertar de mi cuerpo.

02. ¿Nunca te dijeron “déjese ahí”?
Hasta eso no, siempre me dejaron fluir.

03. Y tu primera vez, ¿cómo la recuerdas?
Muy aburrida, si hubiera sabido solo el 10% de lo que sé ahora sobre sexualidad y vínculos sexo- afectivos, hubiera sido otra cosa. En la escuela solo te hablan de embarazo y enfermedades de transmisión sexual, pero te satanizan el sexo: ¡nunca te hablan de orgasmos!

04. De lo que sí te hablan es del amor romántico
Y de que escucharás hasta fuegos artificiales, pero nada que ver. Para mí fue muy aburrido porque me pintaron que él me tendría que dar placer. Nadie me habló de autonomía sexual.

05. Como investigadora del sexo, ¿has tenido muchas parejas?
No, aunque lo duden. Pero me he vinculado con parejas heterosexuales, mujeres y hombres “trans”, mujeres “bi”, mujeres “les”… y a partir de toda esa diversidad, conocí muchas sensaciones y aprendí que yo debería brindarme mis orgasmos. Por eso digo que mi primera vez fue aburrida, ni sentí nada. Ni a ser agridulce llegó. Meh.

06. Es decir que pasaste también por el swinger.
Tuve una pareja hombre bisexual. Estaba más orientado a los hombres. Con él conocí muchas cosas, como los clubes swinger. Pero con él nunca tuve interacción, éramos más como amigos, pero conocí las fiestas más clandestinas del mundo, el BDSM, ¡todo!

07. ¿Qué era lo que viste que más te impresionaba?
Parejas adultas, porque hoy en día el ambiente swinger es mucho más diverso. Pero entonces, a mis 22 años, una pareja de 50 y tantos era muy grande. Me gustaba que él, mi pareja, me llevara a los cuartos oscuros. Era muy voyerista y le gustaba ver.

08. ¿Y todas tus parejas han sido tan abiertas?
No, qué va. Después de este chico estuve con uno muy celoso, que cuando empecé en el modelaje erótico, me rompía las fotografías.

09. ¿Y actualmente estás casada?
Sí, mi esposo, con el que volví al mundo swinger, que es paradójicamente, muy conservador. Aceptan la bisexualidad femenina, pero no la masculina. Son muy machines. Por eso prefiero identificarme como liberal, más que como swinger. Porque rompen con la monogamia, pero no la heteronorma. Hasta la fecha con mi esposo, sigo experimentando.

10. ¿Por qué decidiste estudiar sexología?
En realidad estudié danza contemporánea, hasta que un accidente me impidió seguir bailando. Pero siempre he pensado que el cuerpo es una resistencia social. Así que empecé a ser modelo de escultores y pintores en la Academia de San Carlos y el INBA. Estudié Ciencias de la Comunicación y me volví productora. Me embaracé e hice un año sabático. Ahí estudié una maestría en antropología sexual con especialidad en sexualidad humana. Hasta que me enfoqué en manejo de grupos.

11. Ahora que das terapia, ¿cuál es la pregunta que más te hacen los hombres?
Que si el tamaño importa. Les agobia mucho, pero siempre les digo que el placer no se mide en centímetros. La otra es ¿cómo puedo durar más teniendo sexo? Y yo así de “¿una hora haciendo qué, penetrando? Pobre mujer, la van a romper”.

12. ¿Y las mujeres?
¿Cómo puedo tener un orgasmo? Esa duda me parece preocupante, porque mientras los hombres quieren más sexo, ellas en realidad no saben cómo expresarle a ellos lo que les gusta.

13. ¿Y el tabú más grande que comparten ambos?
La masturbación. A los hombres les atormenta –y me lo preguntan mucho– si se están mas- turbando demasiado. Y eso que en los hombres, la masturbación está más normalizada. En las mujeres, ni te quiero decir.

14. A propósito de eso, ¿cuántos juguetes tienes en tu colección?
Muchísimos, nunca los he contado. Pero te cuento que tengo muchos vibradores de diferentes potencias. No me gustan tan fálicos, prefiero los de silicón quirúrgico sumergibles en agua. Tengo uno que se controla a distancia con una app y vibra al ritmo de la música.

15. ¡A poco! ¿Y qué música le pones?
Pues depende, puede ser algo de Metallica o de Love & Rockets… pero si me quiero poner más gótica, como HIM o The Cure, todo se vale. El vibrador agarra el mood. Tengo otros juguetes muy realistas que no me funcionan mucho porque soy alérgica al material, así que en vez de placer, me dan irritación. Pero los tengo para los talleres en los que enseño a poner condones. Mis favoritos son los cristal con forma de tentáculo, porque ayudan a lograr el squirt y descontracturar nervios.

16. ¿Con quién descubriste tu propio squirt?
Gracias a mi marido, como buen amigo del porno, me convenció de “dejarlo salir”. Así le digo a las chicas a las que educo en la materia: déjenlo salir. Tienes que experimentarlo. Haces un batidero, sí, pero lo divertido nadie te lo quita.

17. ¿Por qué haces yoga desnuda, como se aprecia en tu Instagram?
Es un desmoronamiento de todas aquellas barreras que le hemos puesto a nuestro propio cuerpo, de lo que socialmente es un miedo o una inseguridad. Ser vulnerable no es ser frágil, sino ser libre.

18. ¿Es erótico?
Lo sexual es lo último, es más como hacer las paces con tu cuerpo. Nos vestimos hasta para dormir. Por eso hay que aprender a ver y aceptar tu cuerpo sin ropa.

19. ¿Los sexólogos son mejores en la cama?
Tendrían que decirlo los que han estado con un sexólogo. Nos dicen que somos unos gurús del sexo, que seguro sabemos muchas posiciones y ¡no inventes! Algunas y algunos ni siquiera tienen tanta flexibilidad. Ni del cuerpo, ni de la mente. Por eso hacemos estos ejercicios de vulnerabilidad. Si no trabajas con tu propia desnudez, menos trabajarás con la de los demás. Por lo menos yo puedo decir que sí soy pansexual, he estado en vínculo sexoafectivos con to- do tipo de personas. Más que una chingona cogiendo, aprendí a disfrutar de mi sexualidad.

20. ¿Cómo piensas que debería ser la sexualidad?
Sin tabúes, sin prejuicios, libre, segura, deseada, consensuada, divertida y responsable. Yo me divierto sola o acompañada, por una o por más personas, en un trío o una orgía. Hay sexólogos que nunca se atreverían a estar en una y si así les gusta, está chido.

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