Memo Rojas: “crecí con el olor a gasolina”
Memo Rojas comenzó a correr cuando era un niño y aún no rebasaba los diez años cuando tuvo su primer y trágico accidente. Pero se aferró a su amor por la pista y hoy es una rockstar de la velocidad, además de haber prestado su voz a un personaje de “Cars 2”.
PB: ¿Cómo descubriste tu pasión por los autos?
ROJAS: Tuve la fortuna de estar expuesto al automovilismo desde que era muy pequeñito, ya que mi padre fue uno de los grandes pilotos de los 70. Mis fines de semana, más allá de pasarlos en un parque, en un campo de fútbol o en los columpios como cualquier niño, transcurrían detrás de los pits viendo correr a mi padre. Así crecí. Mi infancia huele a gasolina.
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Cuando tuve edad de competir, más o menos cuando a los diez años, me subí por primera vez a un Go-Kart y ahí ahí me envenenaron de automovilismo la sangre. Descubrí que era lo que quería hacer el resto de mi vida.
PB: ¿Quién te enseñó a manejar?
ROJAS: Mi papá me enseñó. Tuve el mejor maestro. Como te platiqué, mi padre fue uno de los grandes pilotos mexicanos y lo tuve como maestro, no sólo en la pista, sino que también en la calle. Desde que estaba muy pequeñito me ponía sus piernas y me hacía mover el volante.
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PB: ¿Has chocado en la calle?
ROJAS: Sí, por la razón más tonta. Iba cambiándole al radio, me distraje y tuve un pequeño accidente. Por eso ahora soy muy consciente de no conducir y e ir checando el celular.
PB: ¿Qué cara pone una persona cuando se baja del carro y ve que chocó con Memo Rojas?
ROJAS: Sólo he tenido ese accidente, pero apenas había cumplido 16 años y todavía no era tan conocido.
Memo Rojas. Fotografía de Román Gómez @playadura
PB: Cuando sales con tus amigos, ¿eres el conductor designado?
ROJAS: Sí, sobre todo si vamos de viaje, porque me pongo nervioso si no voy manejando. Tal vez sea arrogante de mi parte, pero siempre he pensado que si enfrentamos un peligro, yo voy a poder reaccionar mejor que cualquiera de mis compañeros.
PB: ¿Cuál ha sido la distancia más larga que has conducido por un viaje?
ROJAS: Habrá sido México-Monterrey, unas 7 u 8 horas de manejo de un tiro.
PB: Supongo que por las carreras ya estás acostumbrado a no ir al baño.
ROJAS: Es diferente. En un coche de carreras el tiempo pasa muy rápido porque vas sujeto a mucho estrés, vas muy concentrado y de repente, cuando te das cuenta, ya pasaron dos horas o hasta tres y no las sentiste.
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PB: Algo que nos hace percibir el tiempo en el auto de una manera diferente es el tráfico. ¿Cómo reaccionas ante el tránsito?
ROJAS: Llevo viviendo en la Ciudad de México toda mi vida, pero también en Europa también porque allá compito. Desafortunadamente, el tráfico de la Ciudad de México no es nuestro mejor amigo. Yo, la verdad, he optado por usar otros métodos de movilidad. Por ejemplo, me muevo mucho en patineta en la colonia en donde vivo.
PB: ¿Cuándo fue la última vez que tomaste el transporte público?
ROJAS: La última vez me subí al Metro en el Autódromo, y sí, qué show es salir del vagón entre tantas manos y rodillas. Después de la Fórmula Uno yo tenía un ride de regreso, pero con el tráfico iba a hacer dos horas hasta mi casa, ¡en el Metro hice solo media hora!
PB: ¿Te llena de orgullo cuando la gente te reconoce en Europa?
ROJAS: Los colores de mi casco siempre han sido los colores de la bandera de México y eso me genera mucho orgullo. Pero además de los aficionados extranjeros, yo no sé de dónde salimos los mexicanos, pero no importa en qué lugar del mundo donde corra, pocas veces no he visto una bandera mexicana.
El casco de Memo Rojas. Fotografía de Román Gómez @playadura
PB: ¿Cuál es el lugar más exótico en el que te has encontrado un mexicano?
ROJAS: Creo que en Dubai.
PB: Volviendo al tema de la movilidad, parece que existe una batalla entre automovilistas y ciclistas. Los conductores de automóviles dicen que las ciclovías le están robando calle a los automóviles y los ciclistas dicen que necesitan espacio para circular. Tú, como conductor de ambos, ¿en dónde te ubicas?
ROJAS: Estoy a favor del ciclismo. México tiene un rezago en cuanto a vías para ciclistas. Tengo la fortuna de poder conocer muchas ciudades, sobre todo de Europa, donde el ciclismo es muy popular y las ciudades están ya diseñadas o urbanizadas para para que el ciclista circule de forma segura.
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Y no debería haber pretexto, porque las ciudades europeas son mucho más chiquitas que la Ciudad de México. El ciclismo es una gran alternativa, porque una persona en un auto ocupa una gran cantidad de espacio versus una bicicleta que ocupa mucho menos espacio.
PB: También están los automóviles eléctricos e híbridos, ¿qué te parecen esos autos?
ROJAS: Pues sí, como te comenté, crecí con el olor a gasolina. A los vehículos eléctricos aún no les agarro el gusto al cien por ciento. Estoy consciente de que son el futuro, que es necesario reducir la huella de carbono. Solamente que tengo un dilema con los autos eléctricos. En mi opinión, y con la información que tengo, creo que los autos eléctricos aún no son genuinamente ecológicos.
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Efectivamente no generan gases, pero se nutren a través de electricidad, que en México proviene de un generador de energía que está quemando otro tipo de combustible. Esto quiere energía que lo que se percibe como energía 100% eléctrica, en realidad se generó quemando un combustible. Los autos eléctricos son el futuro, pero creo que no llegamos ahí todavía.
PB: También están los autos que se conducen solos.
ROJAS: A esos no me subía. Te digo que cuando salgo con mis amigos soy el conductor designado y ni en mis amigos confío, menos voy a confiar en un robot.
PB: ¿Cómo te bajas del auto después de conducir muchas horas?
ROJAS: Hecho pomada, sobre todo después de las 24 horas de Lemans. Te bajas muy deshidratado, usualmente bajas de 3 a 4 kilos de pura deshidratación.
PB: ¿Te ha tocado discutir con el típico que dice que el automovilismo no es un deporte?
ROJAS: Sí, con varios. Lo primero que les digo es “súbanse a un carro de carreras, dense seis vueltas a buena velocidad y no van a aguantar el cuello ni los brazos”.
PB: Hablemos un de lo que haces cuando estás fuera de las pistas, por metiche vi una guitarra eléctrica por ahí.
ROJAS: Fuera del automovilismo tengo muchos pasatiempos. Me gusta mucho desconectarme del auto, porque es muy estresante.
“No soy un rockstar”, dice Memo Rojas. Fotografía de Román Gómez @playadura
Luego la gente me dice: “Oye, ¿viste la Fórmula 1?”. Y la verdad no, no la vi. Es mi fin de semana, no quiero saber de coches por salud mental.
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Yo disfruto mucho el ciclismo de montaña, el snowboard en la nieve, el arte y la música.
PB: ¿Te emociona cuando el Checo Pérez sube al podio?
ROJAS: Sí, claro. Yo a Checo le tengo mucho cariño, lo conozco desde muy pequeñito. Nos iniciamos juntos en la escudería Telmex y me tocó verlo crecer. Entró como un chavito con una gran ilusión y fui testigo de todo ese desarrollo hasta que llegó a la Fórmula 1.
PB: ¿Tocas la guitarra?
ROJAS: No, no toco esa guitarra que viste. Me la regalaron, porque tiene mi coche de carreras pintado. Me la obsequió un fan hace muchos años.
PB: ¿No se parece mucho un carro de carreras a una guitarra, en el efecto que puede ejercer?
ROJAS: Nunca he sido rockstar, pero hemos visto historias de muchos grandes rockeros a quienes les iba muy bien con las mujeres. En el caso de los pilotos, creo que hay algo que creo puede parecerles muy atractivo. Tal vez porque el piloto es alguien que desafía a la muerte.
PB: Supongo que viste “Rush”. En la película se presentan dos tipos de piloto, el Playboy al que le gusta la fiesta y el que se concentra solamente en competir, ¿cuál de los dos eres tú?
ROJAS: ¡Ay, qué buena pregunta! Efectivamente en la película se muestran dos pilotos: el que es como James Hunt y el que es como Niki Lauda, dos extremos. Lauda era un piloto sumamente técnico, calculador, disciplinado y trabajador mientras que James Hunt fue 100% intuitivo y llevaba un estilo de vida irreverente.
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Hunt era un Playboy, un conquistador de chicas que, sin embargo, rendía cuando tenía que rendir. Pero esa manera de conducirse no podría caber hoy en día, porque con tanta tecnología que existe y lo demandantes que son las carreras, es imposible subirse crudo o bajarse del auto a echarse un cigarro. Tienes que ser un atleta de alto rendimiento y un poco más calculador. No te diré que soy todo un Niki Lauda, porque sí me la paso bien, pero me inclino más por él.
PB: Hablando de Lauda, ¿alguna vez has perdido a alguien en la pista?
ROJAS: Sí, alguna vez. Tuve la mala fortuna de haber perdido amigos, compañeros pilotos. Cuando pasan cosas así te obligas a revalorar un poquito lo que estás haciendo, te cuestionas si vale la pena. Pero cuando me hago ese cuestionamiento, siempre me contesto lo mismo, que sí.
PB: Somos casi contemporáneos. Las mamás de nuestra generación, cuando les pedíamos una motocicleta, nos respondían: “mejor te compro una pistola”, ¿te sucedió así con los autos de carreras?
ROJAS: Hubiera traído a mi mamá para que la entrevistaras, mi madre sufrió mucho cuando yo empezaba en las carreras. Empecé a correr a la edad de diez años. Al principio todo iba bien. El problema fue que sufrí un accidente muy fuerte a los 13, una fractura expuesta. Todavía tengo la cicatriz. Se me dobló el codo y me tuvieron que operar. También me golpeé la cabeza y experimenté una contusión. ¡Hasta perdí el conocimiento!
Estuve tres días en el hospital y cuando desperté de la cirugía, estaban mis papás, mi mamá preocupadísima, y lo primero que pregunté: “¿fue cómo está mi kart?”.
Mi mamá dijo: “Tu kart está en la basura, no te vuelves a subir”.
Pero bueno, vengo de una familia de pilotos. Mi padre fue piloto y mi abuelo también, así que recuerdo que, detrás de mi madre, estaba mi papá guiñándome el ojo como diciendo: “tú dale el avión a tu mamá”. Y eso hice. Le dimos el avión a mi mamá y después de que me rehabilité, les manifesté a mis papás que mi sueño era ser piloto.
Mi mamá pegó el grito en el cielo. Se peleó con mi papá. Pero a esa edad tuve una plática muy madura con ellos. Llegué con mucha seguridad y dije: “Mamá, mi sueño es ser piloto de carreras y lo voy a hacer con o sin tu consentimiento. Preferiría hacerlo con tu consentimiento”. Y ella me respondió: “ Está bien, te voy a apoyar nada más que nunca voy a volver a ir a una carrera”. Y sí, mi mamá dejó de ir a irme correr por años.
PB: Por otro lado, tuviste una experiencia en doblaje.
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ROJAS: ¡Fue increíble! Fue de las experiencias más bonitas no deportivas de mi carrera. Cuando salió la película “Cars 2” me llamó Disney porque, para tropicalizarla, hicieron un personaje que cambiaba dependiendo de la región donde se estrenara. En Estados Unidos lo hizo un piloto de NASCAR muy famoso que se llama Jeff Gordon, y el auto estaba pintado con los colores de la bandera de Estados Unidos.
Memo Rojas dobló a un personaje de “Cars 2”. Fotografía de Román Gómez @playadura
Ese mismo auto en Europa fue Fernando Alonso, pintado con los colores de la bandera de España, en Alemania le tocó a Sebastian Vettel y para México y Latinoamérica me escogieron a mí. El carrito se llamaba Memo Rojas y yo le puse voz.
PB: ¿Te salió a la primera?
ROJAS: ¡Tuve que repetirlo 200 veces! (Risas)
