Fernando, de Moonspell: la literatura, Stranger Things y Bob Esponja
Moonspell se presenta este fin de semana en el Candelabrum Metal Fest en León Guanajuato. Además de los portugueses, el cartel cuenta con grupos como Overkill, Carcass, Candlemass y Tribulation, para conformar un amplio menú de opciones metaleras para este 2 y 3 de septiembre. Los boletos se pueden comprar en este link.
Playboy México habló con Fernando Ribeiro, el vocalista de la banda portuguesa, quienes además presentan el material “From Down Below – Live 80 Meters Deep”, que saldrá al mercado el próximo 30 de septiembre.
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¿Cómo se siente este reencuentro con México?
La primera vez que estuvimos en México fue hace muchos años, por allá de 1998 y yo no podía creer el impacto que generábamos en los fans.
Somos una banda de Portugal, un país muy pequeño del sur de Europa. Jamás hubiéramos pensado en romper las frontera. Siempre que nos encontramos con otros músicos en el backstage, coincidimos en que México siempre es el mejor lugar para tocar, platicar, comer y vivir.
El entusiasmo es mucho más fuerte actualmente porque la pandemia nos enseñó que nada en este mundo está garantizado, tenemos que aprovechar lo que dure. En esta ocasión iremos a León, que nunca hemos visitado, para ser parte del Candelabrum Metal Fest, pero en 2023 haremos una gira mucho más completa por México.
Entre la Antártida y las Grutas
Moonspell recién presentó el Blu Ray/DVD/ “From Down Below – Live 80 Meters Deep”, un concierto grabado en las profundidades de las Grutas de Mira D’Aire, ¿cómo se respetó el ambiente para que la música no afectara el entorno?
Como todas las ideas que surgen fuera de la caja, todo empezó con algo muy simples. Las grutas era uno de los pocos sitios que se podía visitar en la pandemia. Yo vivo a 100 kilómetros de Lisboa y a 20 kilómetros de las grutas, así que fui a visitarlas con mi hijo en un momento en el que mundo estaba muy enfermo, así que sentí que las grutas me transmitieron una enorme sensación de paz.
Era como si me dijera que el ser humano puede desaparecer, pero la naturaleza prevalece, así que tenemos que adaptarnos a este cambio tan profundo que fue la pandemia.
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Una cosa llevó a la otra. Empezamos realizando una sesión fotográfica en las grutas y después grabamos un videoclip. Durante ese tiempo, aprendí mucho de geología, me metí a estudiar la historia de las grutas y ahí me di cuenta de que son más resistentes de lo que se piensa.
Al principio, en efecto nuestra preocupación era que íbamos a afectar a las grutas con el sonido, pero fue un concierto muy especial, asistió poca gente, nos preocupaba también que alguien presentara claustrofobia por las condiciones del lugar, pero para Moonspell fue increíble haber realizado un proyecto diferente y original.
Fue complicado en términos de logística, pero los obstáculos se superaron y ahora podrá verse el resultado el 30 de septiembre, cuando se lance “From Down Below – Live 80 Meters Deep”. Apostamos mucho por los efectos visuales, al estilo de “The Song Remains The Same”, de Led Zeppelin, pero en versión extrema, literalmente underground, porque creo que somos la única banda de rock que ha logrado tocar ahí.
Metallica tocó en la Antártida. ¿De alguna manera influyó en Moonspell para bajar a las grutas?
Estos tiempos son muy desafiantes. Vivimos en un mundo de likes y hay bandas que tienden a empujar los límites. Ayer fui a ver a Iron Maiden en Lisboa, un concierto clásico, los he visto muchas veces desde que era niño, y recordé que verlos es como disfrutar de una obra de teatro.
Me gusta mucho ver lo que hacen los demás, no sólo las bandas reconocidas, sino las que no lo son tanto también. Hay grupos de black metal en Noruega que tienen una propuesta visual increíble.
A propósito de esta parte teatral de Iron Maiden, recuerdo alguna vez en el Circo Volador de México, verte salir al escenario con una gabardina negra y un quinqué en la mano, interpretando una especie de personaje. O sea que la banda siempre ha tenido esa parte histriónica también, ¿fue complicado dejar los escenarios de lado durante tanto tiempo?
Mucho, en este concierto que daremos en el Candelabrum, hay muchas cosas que celebrar, sucesos que la pandemia no nos permitió conmemorar, pero nos recordó que el tiempo no para.
En 2022, Moonspell celebra 30 años de carrera. Ha sido increíble para nosotros, porque a veces nos parece que son 30 segundos y otras, se sienten como 300 años.
Una banda que empezó con un perfil bajo, de repente se convirtió en una agrupación que representa nuestra vida.
Después de Candelabrum, tocaremos en Wacken Open Air, que también será muy especial porque es el concierto por los 30 años del festival de metal más importante del mundo. Nuestra historia se cuenta a través de nuestras canciones. Por eso, nunca faltan en el setlist “Alma Mater”, “Breath” o “Luna”.
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No nací para cantar
En “Hermitage”, tu voz toma un camino de mucha menos brutalidad; se vuelve más elegante y sutil. ¿A qué se debe esta evolución?
La evolución podría resultar polémica, pero nunca es negativa. Me enorgullece el legado de Moonspell, nunca habría pensado que estaría aquí contigo para hablar de los 30 años de mi grupo. Jamás me pasó por la cabeza fue que podríamos triunfar.
Nosotros somos muy inquietos con nuestro sonido. Nos aburrimos de todo. “Hermitage” fue el resultado de un viaje a través del rock de los 70, un álbum que resultó del sufrimiento que nos produjo la pandemia.
Pero ahora, eso ya es parte del pasado, algo que quisimos y nos gustó, pero para el próximo disco queremos hacer algo menos “sofisticado”, que otra vez sea más brutal. Lanzaremos un disco en 2023 que será mucho más directo, con más guturales, pero que combine con más nostalgia.
“Hermitage” fue un disco que se hizo en un momento en el que se detuvo el tiempo, porque vivimos como ermitaños en nuestras habitaciones durante casi dos años.
¿Te exigiste más como como cantante?
No me considero un cantante genial o muy talentoso. Me esfuerzo, adapto lo que escribo en canciones. Recibo mucha ayuda de Moonspell y cumplo, pero definitivamente no nací para cantar, sino para escribir.
Para Moonspell era importante tener un vocalista que fuera versátil y se adaptara con facilidad a los cambios de las canciones. Pero reconozco que lucho luchando contra mis propias limitaciones. Tengo mucha experiencia y muchos discos, pero sé que noche tras noche tengo que mejorar.
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Ahora mismo estoy en una buena forma vocal. He dejado de fumar y de comer carne. Sé que el arma principal de un vocalista no es la garganta o sus cuerdas vocales, sino la cabeza, porque es un instrumento de interioridad. Todo te afecta como cantante: el clima, el tiempo, el desgaste, la edad. Estoy consciente de que no soy Pavarotti y tengo mucho que trabajar, por eso me esfuerzo todos los días para poder ser un buen cantante para Moonspell.
Moonspell nunca será como Judas
Me llama la atención que tienes una reproducción de la Gioconda atrás de ti, ¿el arte siempre ha formado parte de tu vida como artista, como escritor?
Claro, la Gioconda es de mi mujer, está obsesionada con ella, pero tenemos varios cuadros aquí en la casa.
Mi fascinación por el arte nació porque empecé con el heavy metal, descubrí una relación muy evidente entre el arte plástico, la poesía y la música. Gracias al heavy metal descubrir nombres como el de Max Ernst. Por lo tanto, mi interés por el arte está completamente ligado al heavy metal.
Para este disco, contratamos a un artista que tenía cosas parecidas a Caravaggio y eso influyó en que el disco fuera oscuro, el arte nos ayudó a representar al ermitaño y su soledad.}
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Hace cuatro años Portugal fue el invitado de honor de la Feria Internacional del libro de Guadalajara. Hay un público que te conoce como poeta, independientemente de tu trabajo con Moonspell, ¿qué sabes de ese público que te conoce como poeta pero que a lo mejor el metal no le interesa?
Durante la pandemia escribí mi primera novela, “Barrio sin salida”, que fue algo totalmente distinto a Moonspell, con mucho realismo mágico oscuro.
Fue un éxito en Portugal, incluso entre lectores que no tenían nada que ver con el heavy metal. Me gustaría decirte que todos los fans de Moonspell son lectores, pero los hábitos de lectura en Portugal son un poco flacos. Ahora mismo, mi trabajo en literatura es parte de un fenómeno interesante, porque hay personas a las que no les gusta mi música, principalmente gente muy mayor, pero les gusta mi pequeña obra como autor.
Sé que los fans me odiarán por decir esto, pero es la verdad. Moonspell jamás será una banda como Judas Priest o Iron Maiden, grupos clásicas que tienen una gran longevidad, nosotros somos una banda pequeña que se adapta a la vida y que tiene que negociar todo.
Por eso, la literatura será a lo que me dedicaré cuando ya no pueda cantar “Alma Mater”. Seré un viejo de barba que lea y escriba.
Me encanta la música, pero también es muy estresante lidiar con aviones, giras, venues y logística. En cambio, cuando escribo o leo, estoy en un mundo muy feliz.
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Una cosa extraña llamada Bob Esponja
Ahora que tocas el tema de Judas Priest o Iron Maiden. Hay gente muy joven descubriendo el heavy metal porque “Master Of Puppets” apareció en “Stranger Things”, ¿te gusta ese fenómeno que indirectamente los podría llevar a Moonspell?
¡Claro que sí! Ayer, quien me acompañó a ver a Iron Maiden fue mi hijo Fausto, que tiene 10 años y se trató de su primer concierto en un estadio.
Me encanta descubrir que los jóvenes se están acercando a los clásicas de muchas maneras y todas son válidas. Nuestros padres decían que el heavy metal era sólo una fase, que nos cortaríamos el pelo para trabajar en un banco, pero hay quienes no lo quisimos así.
Si los creadores de “Stranger Things”, Shrek o Bob Esponja hacen que mi hijo descubra a Twisted Sister, Led Zeppelin o The Rolling Stones, ¡eso es virtuoso!
