La oscura verdad detrás del porno de casting de sofá

Hace algunos años tomaron por asalto el mundo del porno, videos protagonizados por un hombre que decía ser un productor de porno y tenía relaciones con hermosas mujeres para, supuestamente, mandar el video a sus jefes y que ellos realizaran la elección.

Se hicieron una infinidad de videos y fueron vistos por miles de personas que deseaban ver la primera experiencia porno de las despistadas protagonistas. Con el tiempo se rebeló que se trataba de una puesta en escena, Elizabeth Hawkenson, que protagonizó un video, aseguró que era una puesta en escena con un guión, que sabía a lo que iba y que al final de pagaron los acordado.

En este sentido se trataría de otro género más en el porno, pero su la inspiración tiene un origen oscuro.

La realidad

La idea nació  de un cliché de la industria de entretenimiento: “el casting de sofá”, término que nace en los años veinte para nombrar a los favores sexuales que realizaban las actrices con el fin de ganar papeles importantes.

Esta tradición es anterior a la industria fílmica y tiene su origen en las producciones de Broadway. Existen recuentos de Lee Shubert, una de las mentes que creó Broadway, quien tenía un sillón especial donde se encontraba con chicas del coro y otras cantantes; la práctica se conocía en la época e incluso se decía que dirigía un burdel en lugar de una compañía de entretenimiento.

En un artículo periodístico de 1920, un reportero de Nueva York aseguró que mujeres jóvenes estaban condenadas a no avanzar en su carrera a menos que hicieran este tipo de favores a managers, directores o estrellas influyentes.

El término para ese tiempo era tan conocido que en 1924 se realizó un corto titulado The Casting Couch, donde un productor le pide a una chica que se ponga un traje de baño y la espía cuando se está cambiando de prendas.

Por años se trató de un rumor a voces, los “castings de sofá” eran tan conocidos en el mundo del entretenimiento que F. Scott Fitzgerald en su novela incompleta The Last Tycoon, publicada en 1941, hizo referencia al acto.

Después del casting

Por años se negó que en Hollywood existiera este tipo de situaciones, y para los años setenta se aseguró que si alguna vez hubo el “casting de sofá”, ya era una práctica que se encontraba en el pasado.

Sin embargo, las múltiples acusaciones de acoso sexual en contra de Harvey Weinstein revelaron que las prácticas estaban lejos de ser parte del pasado o una anécdota “divertida”. Este y otros casos similares lanzan luz sobre el constante uso del sexo como una muestra de poder; se trata de acciones que obedecen más a una reafirmación del “poder” de una persona sobre otra, más que una práctica sexual.

En su época, Leah Rachel, directora  y productora, realizó una serie de videos llamados The Curious Female, donde productores “desnudaban” psicológicamente a potenciales actrices de cine para adultos.

En esta extraña intimidad emocional se hacía evidente el juego de poder que está presente en cada uno de los videos de “casting de sofá”. Sin duda, una particularidad que está presente en muchos tipos de porno, pero que puede informar erróneamente sobre cómo pensar la sexualidad.