Redes Ocultas: El arte de ocultar el racismo y el odio con videojuegos
El falso Donald Trump es mesurado, calmado y analista, nace cuando se enciende la pantalla del teleprónter y se termina cuando finaliza de leer su guion. Este presidente ficticio se acaba de presentar para condenar el racismo, los prejuicios y la supremacía blanca detrás de los tiroteos masivos del pasado fin de semana en Estados Unidos.
Pareció que se acordó que esos tres aspectos son los pilares de su más reciente campaña electoral, por lo que hizo un llamado a realizar un cambio cultural: “Debemos detener la glorificación de la violencia en nuestra sociedad. Esto incluye los horribles y espeluznantes videojuegos que ahora son comunes”.
Los responsables
Se trataron de ataques terroristas, no importa que las autoridades estadounidenses utilicen otras palabras en estos casos. Fueron ataques planeados con una meta clara: propagar el miedo y perpetuar una retórica de odio que ha encontrado en el presidente de Estados Unidos su mayor eco.
Estos ataques se llevaron a cabo tras meses de defensa del racismo de Trump. Alexandria Ocasio-Cortez, congresista demócrata, dio a conocer las terribles condiciones de los centros de detención de migrantes y los llamó “campos de concentración”.
Unas semanas después, Trump atacó a la congresista y a otras integrantes del congreso en Twitter escribiendo que: “Por qué no regresan y ayudan a arreglar los lugares rotos e infestados de crimen de donde vienen”. Afirmación racista al tratarse de tres mujeres de color nacidas en Estados Unidos y una que llegó al país de Somalia a los tres años.
El tweet implicaba que las tres mujeres debían regresar a su país de origen, ellas no podían ser estadounidenses porque los verdaderos estadounidenses son blancos, patriotas claros que no critican a su país.
Los defensores del presidente comenzaron a trabajar en ambos casos. Quienes amparan los campos de concentración, en lugar de centrarse en el maltrato que sufren los migrantes, se limitaron a argumentar que esa crítica era inapropiada y una falta de respeto para la comunidad judía que vivió el Holocausto. Mientras que los más osados argumentaron que Trump se refería a las ciudades a las que pertenecen (sin tomar en cuenta el color de las atacadas y el uso de la palabra “infestado”, reservada para calificar a plagas de animales).
Los chivos expiatorios
El presidente de Estados Unidos ha creado un país donde el racismo y el odio son tolerados y defendidos. Tras la manifestación de Unite the Right, donde cientos personas de extrema derecha y neonazis mostraron su “fuerza” en Charlottesville, Trump no pudo condenar el odio de la derecha; se limitó a decir que hubo “violencia de ambos lados” y que había gente buena en los dos bandos, a pesar de que un bando realizó un ataque terrorista al dirigir un auto ante una manifestación.
Ante esta retórica, los recientes ataques terroristas no pueden ser motivados por la retórica de Trump. No importa que el manifiesto de Patrick Wood Crusius, perpetuador del tiroteo de El Paso, Texas, utilice la misma retórica de su presidente al escribir: “la invasión hispana”, “este ataque es un incentivo para que los migrantes hispanos regresen a sus respectivos países” y “abren las fronteras, quieren un sistema de salud para las personas ilegales”. No importa que el perpetrador haya comprado legalmente las armas de su matanza. Todas son coincidencias, debe existir una razón más profunda.
De esta manera llega a nosotros la retórica que asegura que los videojuegos causan violencia. No importa que la ciencia ya haya demostrado que no existe un vínculo entre el aumento de los tiroteos y el más reciente título de Call of Duty. Los videojuegos son los culpables porque son más fáciles de controlar y así es posible expiar de culpa a Trump.
El dinero de la NRA continuará llenando los bolsillos de políticos republicanos, mercenarios políticos que culparán a los videojuegos de la violencia, que defenderán el odio y racismo de su supremo líder, que rechazarán regulaciones a la venta de armas. Al final de cuentas, cualquier ataque sana con un tweet con sus “rezos y condolencias”.
