Playbill: personas y cosas

Lo conté en otra ocasión. En la Mansión Playboy estuvo colgado un dibujo de Matisse en el que John Lennon había apagado un cigarro. Una obra de arte cuyo valor se incrementó porque un Beatle le hizo daño. En el estricto sentido, se trató de un acto de vandalismo, como lo define el diccionario, “acción destructiva contra la propiedad pública”.
Casos así abundan. En su columna de noviembre pasado, el escritor Jorge Arturo Borja nos platicó la historia detrás del falso balazo de Pancho Villa que atrae a cientos de visitantes a la cantina La Ópera. Mismo caso es el de una habitación cocida a balazos por la banda de Jesse James que contemplé en un bar en Bardstown, Kentucky.
Cosas:
Las atesoramos. Las conservamos. Las apilamos una encima de otras y cuando no nos sirven más, nos deshacemos de ellas y las reemplazamos.
Personas:
Si pertenecen a nuestro círculo, les cogemos afecto y hasta podemos dar la vida por ellas. Pero si no, podemos ni siquiera notar su presencia.
Hasta que esas personas se meten con nuestras cosas.
Desde al año pasado, ha sido punto de controversia los grafitis que las mujeres que salieron a protestar contra la violencia de la que son víctimas, dibujaron en monumentos urbanos.
Me parece que antes de discutir “si esas son o no maneras de protestar”, deberíamos atender las causas. Detrás de cada una de esas pintas existe un reclamo, un enfado y un hartazgo de una persona, muchas, que ya están cansadas de ser tratadas como una cosa.
De personas que tuvieron que violentar una cosa para ser escuchadas.
Por lo demás, una pinta se lava, una piedra se pega y una cosa, se reemplaza. Ese mismo Ángel que a ellas no les simboliza ninguna independencia, porque vivir con miedo no es ser independiente, ha sido destruido antes por un terremoto y nadie se lo reclama a la Naturaleza.
A una persona no hay cómo reconstruirla una vez que está fracturada.
Ojalá este 2020 que comienza nos sirva para repensar nuestra relación con las personas y las cosas.
A veces me pregunto: y si la quemada de cigarro no la hubiera hecho John, sino Yoko, ¿qué hubiera sucedido?
Les doy la bienvenida a esta nueva edición.