México, el paraíso (también) del buceo

Creo que si algo tenemos en común los extranjeros que amamos México es poner en valor la diversidad del país. Quizás del mismo modo que los propios mexicanos, o en ocasiones, mucho más. Lo sé en carne propia, ya que he experimentado sensaciones como subir un volcán y practicar buceo en una misma semana (y con el reto que ello supone).

Subir un volcán de más de 5.000 metros es, posiblemente, una de las experiencias más extremas que he vivido. La mujer dormida, mi querida Iztaccihuatl, es una prueba titánica por las dificultades orográficas, climáticas y, sobre todo, de la propia altura. Pero visualizar la cordillera volcánica mexicana, de igual a igual, no tiene precio. Saludar al Pico de Orizaba, al Popo y a la Malinche desde los cielos pone los pelos de punta.

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Pero creo que es todavía más alucinante poder nadar entre bancos de peces, rodear una barrera de coral y sentir el flow de las tortugas siguiendo las corrientes marinas. En materia de buceo recreativo, México no tiene que envidiar nada a casi ningún país del mundo. Sus archiconocidas aguas cristalinas, playas de arena blanca infinitas y colorida fauna y flora, son el mejor escenario para hacer nuestra inmersión en un deporte que cambiará tu vida.

Dice mi amigo Sebas que lo mejor del buceo es que durante 50 minutos nadie puede hablarte. Una especie de meditación submarina, en la que puedes danzar bajo el agua y entender un poquito de todo lo que sucede ahí abajo. Un espacio de no-tiempo en el que los sentidos se agudizan y comprendemos la importancia del mar para la tierra, de la tierra para el mar.

La maravilla de practicar buceo en Playa del Carmen (en todo Quintana Roo, en realidad) es que la temperatura del agua es superior a los 26º, lo que permite disfrutar durante todo el año de todas las variedades de buceo que desees: recreativo, arrecifes… ¡ah! y puedes bucear también en cenotes, una experiencia única en el mundo. Algo así como bucear en cuevas marinas, pero con luz natural constante y, por tanto, mucho más seguro.

Con todos estos alicientes no le podía decir que no al buceo en mi visita a la Península del Yucatán. Pese a que ya había realizado algún buceo recreativo en mi vida, obtener la certificación Open Water era uno de mis objetivos. Y aquí viene una de las primeras grandes cuestiones: ¿cómo elijo mi escuela? Claro, uno es novato y se tiene que guiar por su instinto.

Resulta que hay pocas escuelas que cuentan con todo el equipo y materiales, especialmente barcos. El resto, se lo arrienda a estas. También existen numerosas diferencias en cuanto a calidad de los materiales y a organización interior. No debemos olvidar que estamos en una realidad que no está exenta de riesgos y que la excelencia garantiza que podamos disfrutar del mar sin inconvenientes.

Por suerte, pude realizar mi certificación SDI Open Water con el equipo de Tank-Ha (tankha.com), una escuela con 30 años de experiencia y con un sistema interno que me dejó impactado. Cada día utilizan su sistema informático para recordar preferencias y necesidades del alumno, para mejorar su experiencia al día siguiente. Además, cuentan con una alberca para practicar cuestiones técnicas antes de ir al mar, también en el bautismo de buceo, cuestión que los clientes agradecen enormemente.

Durante 3 días, Devin, un experimentado buzo estadounidense, que dejó su carrera de programador para recorrer el mundo siguiendo su pasión submarina, guió mi aprendizaje técnico y, sobre todo, me enseñó trucos para mantener la calma, la estabilidad y mejorar mi experiencia de buceo. El Open Water es un curso que mezcla diversión con aprendizaje y que nos certifica para poder bucear en todo el mundo. Y que tras más práctica, te permite acceder a especialidades como buceo profundo, buceo nocturno, buceo en naufragios, navegación, flotabilidad, entre muchas otras…

Me encantaría, como amante de México, que más personas disfrutaran de las virtudes del país infinito. Muchas veces se habla que los mexicanos no bucean porque no saben nadar, otras porque valoran más otro tipo de ocio. Creanme que bucear es una experiencia reveladora, que mezcla aventura, con naturaleza y con un profundo estado de paz y alegría de saber que estamos viviendo una escena única. Ya sea de forma recreativa o para obtener la certificación, les invito y empujo a sumergirse en el paraíso mexicano, a conocer todos esos tesoros marinos y a vivir una experiencia única en la vida de manera segura, gracias a mis experimentados amigos.

El Dato

Tank-Ha Dive Center
Avenida 1 entre Calles 20 y 22, Centro, 77710 Playa del Carmen, Q.R., México

tankha.com

984 873 0302