El lujo del deporte: El feroz retorno de Mike Tyson
A los 57 años de edad llegará para ‘Iron Mike’ una oportunidad dorada para que los fans del boxeo lo recuerden de un modo amable tras su tortuoso trayecto extra deportivo.
Quedará en 19 años y un mes el ayuno de golpes oficiales de Mike Tyson luego de su retiro en junio de 2005. Así que el apetito aguantado de una bestia no debería ser tomado a broma por el youtuber Jake Paul, célebre por sus dotes de figura digital, pero que en el boxeo real su peso no rebasa el kilogramo.
Si 20 años no son nada, según la mancuerna melódica filosofal de Gardel y Le Pera, unos meses menos reducen ese algo a nimiedad. Empero se trata de una contienda que desde su anuncio publicitario acapara las miradas de seguidores en todo el planeta de personajes diametralmente opuestos, pero interesantes por sus expresiones en sus distintos campos de acción.
En el papel. la ventaja de edades es a favor de Paul, 30 años menor que el otrora campeón mundial de los pesos pesados, a quien todos temían y despachó al son de 44 nocauts, dentro de su récord de 56 triunfos por seis derrotas y su imperio pudo ser mejor de no haber tenido una tortuosa vida extra deportiva, incluido su encarcelamiento de tres años (1992-1995) por ser encontrado culpable de violación.
Paul tampoco podría ser tomado como un cien por ciento advenedizo para el pugilato. Probó en diferentes ocasiones seguir el deporte de los puños con el intento de combinarlo con su carrera como histrión y como cantante rapero.
A los 27 años de edad–y con más de 20.6millones de seguidores en YouTube hasta el cierre de esta columna– puede ser considerado como un personaje atractivo para las generaciones dinamizadas por el ‘swipeo’ y el ‘scrolleo’.
Sumó buena parte de sus adeptos como actor juvenil, gracias a su participación en la serie Bizaarvark de Disney Channel. A la empresa liderada por Mickey Mouse no le agradó la idea de que un integrante de su elenco se viera inmiscuido entre golpes y las historias violentas en las canciones del rap y lo despidió en 2017.
En 10 peleas previas a lo largo de cuatro años dentro del box pudo noquear a seis sujetos de poca monta, según reseñó el diario Los Angeles Times.
Tyson no deja que le invada la melancolía a secas y antes acudió a una función similar.
En 2020, a los 54 años y a cambio de 10 millones de dólares se subió al cuadrilátero en un espectáculo supervisado, que no avalado, por el Consejo Mundial de Boxeo, ante Roy Jones Jr., a quien vapuleó en ocho rounds fácil, con la evidencia de que se encontraba en plena forma física. La puntuación de los jueces no quedó en registros porque el duelo se declaró nulo.
Para lo anecdótico queda el spot alusivo que muchos criticaron de desagradable en el cual Mike apareció comiéndose la cabeza de su rival.
TONGO O CONGO
El tan dispar enfrentamiento está fechado para el 20 de julio de 2024 en el AT&T Stadium de Arlington, Texas. Independientemente de los sucesos tras el primer campanazo, la víspera ofreció un combate alterno lleno de morbo que inundó de tinta virtual las redes sociales.
Netflix será la arena streaming para que sus suscriptores vean el evento de manera gratuita y que nadie en el mundo entero que pueda pagar el evento se pierda los detalles.
La pelea se anunció como pleito de exhibición, aunque la Comisión de Boxeo de Texas desea darle oficialidad. Lo que sí tiene un gran peso es la bolsa de 20 millones de dólares ofrecida a Tyson por participar.
En el argot del boxeo, se considera “tongo” a la disputa fake sobre el ring, una trampa y, por lo tanto, hay un fraude implicado. Pero en el Tyson vs. Paul… ¿A quién se engaña? Todo está claro.
El mercado de la nostalgia se revaloriza en el deporte profesional en cada una de las oportunidades que escasean y por eso es que se cotizan.
Es más fuerte el recuerdo de la bestia negra derribando a sus oponentes en el primer episodio (15) o en el segundo (cinco) en la época dorada del pago por evento, que los recursos invertidos.
Todo parece apuntar hacia que Jake Paul será un sofisticado costal para el hombre que una vez significó la furia desatada de la naturaleza, como lo refirió siempre Jorge ‘Sonny’ Alarcón, legendario cronista deportivo mexicano. Sin embargo, en el deporte y en la vida cualquier escrito puede romperse.
