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El VIH a través del tiempo

Por: Miguel A. Subero (1) y Carlos I. Ahedo-Rocha (2) 15 Jun 2023
Un repaso por las perspectivas, reflexiones y aportaciones comunitarias para poner fin al sida.
El VIH a través del tiempo

La historia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) marca un hito en la historia de la salud pública mundial, ya que ha estado influenciada por diversos factores más allá de los aspectos puramente clínicos. Antes de ser conocido como VIH, el virus fue inicialmente identificado y descrito como GRID, acrónimo en inglés de “Gay-Related Immune Deficiency” (Inmunodeficiencia Relacionada con la Homosexualidad), con el objetivo de describir la presencia de infecciones oportunistas y enfermedades poco comunes en hombres homosexuales jóvenes y previamente sanos. Manifestaciones como el Pneumocystis carinii y el sarcoma de Kaposi alertaban sobre algo nuevo y diferente a otros problemas de salud, y lo que estaba claro era su relación con la orientación sexual.

Sin embargo, a medida que se presentaban y estudiaban más casos, los científicos se dieron cuenta de que este cuadro no se limitaba únicamente a la comunidad homosexual. Se detectaron casos en usuarios de drogas intravenosas, receptores de transfusiones de sangre y personas heterosexuales, lo que llevó a una revisión del término GRID.

En 1982, la enfermedad fue renombrada como sida, Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, para reflejar su naturaleza más amplia y su potencial de transmisión en diferentes grupos de población. A medida que avanzaba la investigación, se descubrió que la inmunosupresión era causada por el VIH, un retrovirus que ataca y debilita el sistema inmunológico del cuerpo humano.

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En cuanto a la innovación científica, hemos logrado grandes avances, desde el descubrimiento del primer tratamiento para combatir el virus, la zidovudina (AZT), hasta los fármacos existentes actualmente que prometen mantener el virus bajo control con inyecciones bimensuales como el cabotegravir y rilpivirina. Contamos con una amplia oferta de métodos de prevención y también con avances políticos a nivel global que buscan sumar esfuerzos para poner fin a la pandemia del sida. Actualmente, tenemos la certeza de poder cambiar la realidad de la epidemia si alcanzamos las metas globales, que incluyen que más del 90% de las personas con VIH estén al tanto de su estatus, que más del 90% de las personas que saben que tienen el virus tengan acceso al tratamiento y que más del 90% de las personas en tratamiento antirretroviral alcancen la supresión viral (indetectabilidad). Con esto, se reducirían radicalmente las muertes asociadas al virus y se acercaría cero el número de nuevas transmisiones, lo que nos permitiría poner fin de una vez por todas a esta pandemia.

Pero aun contando con toda la innovación; farmacéutica, científica, social y política, no hemos alcanzado las metas, y es que nos hace falta mirar lo que desde el principio nos saltaba a la cara; el estigma, y no solamente el asociado al virus, sino los propios estigmas que acompañan a las poblaciones más afectadas, estos, limitan que haya cobertura en tamizajes, aleja a las personas de los sistemas de salud y dificultan la adherencia terapéutica. La epidemia del VIH no solo se ha definido por la propagación del virus, la propagación de la idea falsa de que el riesgo del VIH es propio de las poblaciones más afectadas y que por ende son ellas las que tienen que cambiar ha hecho que los modelos de innovación no tengan un énfasis en adaptar los nuevos saberes a las poblaciones sino de esperar que las poblaciones se adapten a las innovaciones.

Inicialmente alrededor de los años 2010 y 2020 se había identificado que, dentro de los principales retos para poner fin a la pandemia del SIDA, ha existido un déficit significativo en los proceso para promover el uso correcto de preservativos y lubricantes, legislaciones que amparan el libre acceso a pruebas de VIH, falta de reconocimiento de los espacios que frecuentan las poblaciones clave, así como ampliar el acceso y la información sobre las profilaxis pre-exposición (PrEP) y post-exposición (PEP).

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De acuerdo a lo anterior, las iniciativas y los movimientos para brindar acceso e información oportuna a las comunidades fue creciendo, más personas y comunidades han logrado fortalecerse y desarrollar excelentes mecanismos de reducción de riesgos y daños de modo que han podido consolidar su responsabilidad y autonomía en el ejercicio de su propia sexualidad, sin embargo, el VIH sigue teniendo indicadores de incremento significativo que se han generado por factores inesperados y que nos han dejado ver la brecha significativa de hacia dónde se deben enfocar las nuevas estrategias para dar una respuesta integral a la pandemia del VIH, a continuación un ejemplo de ello; para el cierre del año 2021 se habían diagnosticado 15,869 nuevas personas con VIH en México y para el año 2022 en México se diagnosticaron un total de 14,093, sin embargo esta disminución no representa un impacto positivo en la respuesta al VIH ya que durante el año 2022 se disminuyeron los esfuerzos en atención oportuna del VIH, esto derivado de las necesidades que suponía la nueva pandemia mundial COVID-19 la cual requirió que se paralizarán todos los protocolos de intervención en todos los niveles de atención de salud pública.

La pandemia del COVID-19 nos enseñó que los esfuerzos para disminuir una pandemia no solamente debían estar enfocados en disminuir la cantidad de nuevas infecciones por año, sino que había que llegar a las necesidades primarias de las personas que estaban adquiriendo el VIH. Motivo por lo que en la respuesta del VIH ahora se han incorporado una serie de estrategias que no solo están enfocadas en reducir cantidad de números de nuevos diagnósticos y control sanitario, sino que contemplan las necesidades y las desigualdades sociales.

Actualmente los increíbles avances científicos logrados, la experiencia acumulada respecto al VIH, el compromiso político, el trabajo de base comunitario, el progreso en materia de derechos humanos, y los nuevos recursos derivados de todo ello nos han brindado una oportunidad histórica para poner fin a la epidemia del sida como una amenaza para la salud pública para el año 2030.

Desde la salud comunitaria se plantea como parte de las estrategias un enfoque que atienda la salud basada en una prevención transversal y combinada de esfuerzos biomédicos-conductuales-estructurales y no solo en la prevención del VIH/sida.

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Combinar los métodos de barrera convencionales como el condón interno y externo con el uso de lubricantes con composiciones adaptadas a las mucosas anales y vaginal y que no limiten el placer, alternativas biomédicas por medio de estar inscrito en protocolos PreP que no se limitan a la ingesta de medicamentos antirretrovirales sino a una atención integral de limitación de riesgo y tamizaje de otras infecciones de trasmisión sexual a la posibilidad de acceso a PEP en caso de prácticas de riesgo no planificadas e incluso en casos de abuso sexual, el acceso universal al tratamiento antirretroviral para quienes ya viven con VIH con revisiones periódicas para sostener la indetectabilidad son algunas de las alternativas que actualmente se encuentran disponibles en México y otros países de la región, sin embargo se debe apostar por otras medidas como contar con insumos para la reducción de riesgos y daños en el consumo de drogas endovenosas como jeringas desechables, ligaduras, diluyentes y atención libre de estigmas y criminalización, programas que acompañen a las y los trabajadores sexuales de manera integral, derogar todo documento que pretenda criminalizar a las personas con VIH por un supuesto riesgo de contagio, incentivar a las dependencias encargadas de salud, cultura, seguridad entre otras a trabajar en materia de VIH buscando erradicar el estigma y promover discursos que no dejen a nadie atrás, diluir la idea de “victimas culpables” y ampliar la necesidades de trabajo directo y específicos en espacios comunitarios.

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Foto perfil de Miguel A. Subero (1) y Carlos I. Ahedo-Rocha (2)
Miguel A. Subero (1) y Carlos I. Ahedo-Rocha (2) 1 Psicólogo Clínico Especializado en poblaciones con VIH/Sida e ITS, Instituto Mexicano de Psicooncología (IMPO), Maestrante de Psicooncología, EC0548 Consejero Certificado en Adicciones, Creador de contenido digital psicoeducativo IG @SoyPsicopositivo 2 Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Maestrante de Salud Pública con concentración en Ciencias Sociales y del Comportamiento, coordinador del Programa Salud Positiva para Yaaj México, cambiando tu vida A.C.
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