El búho no ha muerto: La revolución del chairo
Los cambios del siglo XXI obligan romper con esquemas del pasado. La simulación de organizaciones sociales creadas para “beneficiar” a obreros, campesinos y los llamados sectores populares muy poco hicieron por mejorar la vida de sus agremiados y mucho por controlarlos.
Los sindicatos son marcas bajo las cuales se mantiene a raya a ciudadanos de escasa educación, creatividad e iniciativa, metidos en un carril de manipulación.
Los más “vivos” toman niveles de mando, eternizándose en liderazgos difícilmente destronados. Las cabezas sindicales son tomadas por círculos de poder, desde donde se somete a las masas.
A mayor masa humana… mayor poder.
Mayor control… dominio.
Lo más evidente de esa maniobra es el consecuente adoctrinamiento. Vocablo que temo, será utilizado muchas veces en los años por venir.
Veo, como nunca, un intento de organizar a las masas, por la vía de manipulaciones sucesivas, con la sola idea de imponer para el futuro un México de izquierda, de ideas marxistas y socialistas, bajo el motor de un Estado Protector, asistencialista tendiente a estandarizar la pobreza y la “austeridá”.
Algo así como estar contentos con ver un vaso medio vacío, pendientes de que no haya nadie que reaccione ante la estandarización de la mediocridad.
Neoliberal se ha convertido en sinónimo de fracaso y corrupción.
Conservadurismo es igual a fifí y liberal significa Taibo II. Personaje que al ver su fotografía, casi se puede oler. Añejo sudor mezclado con tabaco. Aroma perfecto del “libre pensador”.
Rebasamos los primeros 100 días del nuevo gobierno. El mayor daño que éste le ha incidido al país es la falta de certeza por el futuro, el desprecio por el dinero de todos —llamado presupuesto— de los mexicanos y la absoluta ceguera de objetivos hacia el bienestar.
Gobierno de “chairos”… para chairos.
He intentado definir el término… y sólo encuentro que significa:
S y adj. (Ofensivo) Persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes.
La chairez está vinculada con ignorancia, ligereza, descalificación automática a cualquier argumento y total ausencia de productividad o creación de riqueza. Una especie de Homo Sapiens degradado a la mínima expresión con una extremidad estirada para recibir cualquier limosna.
Nuestro país tiene un esquema de educación pública impresentable. Las masas acumularon ignorancia con el paso del tiempo.
¿Qué quiere este nuevo gobierno?
Controlar al país, administrando la insatisfacción. Los sindicatos serán un extraordinario vehículo. Lo están capitalizando de manera magistral.
Nadie pudo calcular el efecto de un pasado de abuso, corrupción e impunidad. El efecto es que todo lo que suena al revés, provoca el aplauso.
Vender un avión presidencial, porque es un lujo, no necesidad.
Cancelar un aeropuerto de gran nivel, porque sólo los ricos vuelan.
Acabar con el huachicol, sin reclamar justicia para sus autores.
Decir que todo está bien ahora que hay un presidente honesto, aunque haya más delincuencia, menos inversión y fuga masiva de capitales.
Hoy, todo se traduce en la toma de poder de los que lucen como los tradicionalmente “vencidos”, al levantar el puño de la fuerza y la venganza. No hay planes futuros… Hay ocurrencias, improvisación e ineficacia. Los próximos años serán de mayor deterioro.
Nuestras ciudades, el campo, la naturaleza, convivencia y estado de ánimo nacional se verán fuertemente deteriorados. La tolerancia envasada en un frasquito, en lo que crece la manipulación del odio y la falta de respeto a la meritocracia, el trabajo y la educación.
¿Qué queda por hacer?
Sólo seguir luchando por el proyecto abandonado de hacer de México un gran país, donde impere el respeto a la propiedad en todas sus formas, la educación y la decencia, hoy disciplinas en desuso.
