Un cuento para para pasar la tarde: “Seguí mi camino”
Iba caminando y llovía. Los relámpagos sonaron y, de pronto, uno lo hizo tan fuerte que se distinguió de los demás, como si proviniera por arriba de los otros.
–¿Y ahora? ¿Qué pasa?
En los días previos había llovido pero se dio de manera habitual. Ahora, la única diferencia era que el Sol salió tras la lluvia. Este día ya era tarde y llovía. Había truenos que, como tales, no recordaba ver tan estruendosos con anterioridad.
¡Tanta agua!, H2O: Hidrógeno y oxígeno. El primero de esos elementos que abarca tres cuartas partes del Sol. Un cuerpo esférico que es plasma y que mediante la liquefacción transforma demás elementos en su constitución.
Liquefacción… líquido, tres cuartas partes del planeta están cubiertas agua. La hay en la Luna y en otros planetas del sistema solar. Se dice que Dios hizo el firmamento entre las aguas. Del cual forma parte la esfera celeste y en el centro de ella está nuestro planeta la Tierra.
Aguas pesadas abajo, ¿arriba de los abismos? Agua finita arriba, y más arriba el cielo de los humanos. Alrededor de nuestro planeta: el cosmos donde nada es personal y todo, simplemente es, o el universo, el cual es como un verso unido y vivo en su integridad, para evolucionar de un fondo negro a uno blanco, eso sólo la evolución lo dirá.
Y qué es el agua. Es obvio que nosotros somos más que carne y hueso. Como escribe Erich Kahler en Historia universal del hombre. “Cuando intentamos definir la característica esencial del ser humano, en contraste con el animal, encontramos que aquella era la facultad general del hombre de trascender los límites de si mismo. Esta facultad humana es idéntica a lo que entendemos por la palabra espíritu”. Entonces, ¿qué hacemos en el agua? ¿Vendremos del agua? Más de la mitad de nuestro cuerpo es agua. Entonces, ¿somos cuerpo o espíritu?
Goyo Cárdenas; ¿psicópata asesino o inocente trastornado?
Es como decir si veo una persona alta y semitransparente en un sueño o la imagino eso puede ser algo cotidiano o algo tan limitado como llegar a ver al monstruo de El lago Ness caminando frente a una casa en América Central, siendo que el posible dinosaurio, si está, vive en Escocia. Eso, lo previo, hay quienes pueden decir proviene de alienígenas avanzados que repudian la limpieza y adoran el hollín. Entonces, ¿el cuerpo es del demonio y el espíritu de Dios? Y, ¿a dónde vamos?
La lluvia, mientras consideraba todo esto, arreció. Apresuré el paso, y veía al agua conformar corrientes que se agrupaban donde las banquetas terminaban y el pavimento comenzaba. A la distancia observé a un grupo de personas pasar, mientras se perdían en la obscuridad de la noche joven.
Seguí caminando y crucé por donde ellos habían pasado. Voltee a mi derecha mientras vino a mi mente la imagen de la Diana cazadora, muchas historias se mencionan a su alrededor… y, ¿qué hay de la que está en Guadalajara? La Minerva, ¿qué significan esas mujeres? ¿Esas diosas? ¿Eran dignas o indignas? Cuando mi mirada terminó de girar a la derecha, ahí me pareció ver a una mujer que me mandó de inmediato una imagen que atrapó mi atención: Era una persona con un impermeable y paraguas que volteó al sentir mi mirada. Empecé a ver su figura a detalle y podría jurar que al bajar la mirada por debajo de la cintura…
¡¡¡TRUMMBB PRUSSSH!!! El resplandor del rayo me cegó por un momento para después ver el árbol a mi lado partido en dos, como si Dios me dijera: “¡Insensato, ya deja de pensar en tonterías!”: Me puse firme y seguí mi camino.
Sigue al autor del cuento en hoyoblanco.com.mx
