The Kooks: “Le diré a mi hijo que me perdí su nacimiento”
Me encanta la imagen de portada de “10 Tracks to Echo in the Dark”, ¿no te entristece que aparezca tan pequeña en las plataformas digitales?
Un poco, pero por eso que también contamos con el disco en vinilo, así todos pueden vivir la experiencia de una forma diferente. En el Reino Unido, aparecimos en el número tres de los más vendidos, lo cual quiere decir que existe un público para todo.
Pero sí es un poco triste, me gusta imaginar que en el futuro de la música sucede un renacimiento de los formatos físicos. No lo sé, con la fuerza que han tomado las redes sociales se ve complicado, pero quién sabe. Pero es una pena que no se pueda apreciar de mejor tamaño el trabajo que se hizo con la portada del álbum, fue algo sumamente creativo. Pero como dije: compren el vinilo (Risas).
A diferencia de lo que pasa hoy en día, que los discos se componen y graban muy rápido, el de The Kooks fue un álbum que se cocinó muy lento pues en el proceso se atravesó el confinamiento a consecuencia del Covid, ¿te gustó poder tomarte las cosas con más calma?
Fue bueno contar con el tiempo necesario para reflexionar. Hubo canciones como “Closer”, que la escribí y reescribí como cuatro veces. Representó una manera distinta trabajar, había que adaptarse al ambiente. Comenzamos el disco en Berlín y hubiera sido fantástico tener tiempo para acabarlo ahí, pero después empezamos a adoptar una nueva mecánica de trabajo, enviándonos archivos digitales, pero siempre con un espíritu muy DIY (Do it yourself).
Fue una dinámica interesante, sin tanta presión.
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En Berlín, David Bowie realizó su famosa trilogía (los álbumes “Low”, “Heroes” y “Lodger”), pero también fue donde peleó contra sus adicciones, ¿influyó de alguna forma Berlín en la composición de lo nuevo de The Kooks?
Sí, Berlín es un sitio muy inspirador para muchos compositores, y aunque no lo fue tanto para mí, sí me permitió darle un respiro a mis ideas, relajarme, porque es un sitio mucho menos comercial que Londres o Los Ángeles, que son ciudades en las que había trabajado anteriormente.
Fue inspiradora por su arquitectura, eso sí, que es bellísima.
En mi caso, no peleé precisamente contra una adicción en el momento en el que estuve en Berlín, pero sí me pude concentrar mejor en mis cosas y además, conocí gente muy bella con la que pude colaborar.
A diferencia de Bowie, estabas mucho más concentrado en el matrimonio y la paternidad. En “Modern days”, por ejemplo, cantas: “Algo me dice que debo alejarme de la vida que tuve”, ¿cómo te sientes hoy en día?
Me siento muy bien, como si disfrutara de una segunda vida. Siento que tener un hijo y empezar con él una etapa muy distinta a la que tuve antes, es un gran obsequio como ser humano. Puedes cambiar, encontrar amor y felicidad en sitios en los que no imaginabas.
No es que me arrepienta propiamente de nada que haya hecho antes, pero está muy bien poder ser una persona distinta, mucho más humilde. Además, mi esposa me vigila de cerca (Risas) y está bien, creo que es algo que todos necesitamos.
También está el punto de ser agradecido, de poder liberarte de cosas que no te permitían crecer como persona. Escribir música es un gran gozo y tener fans que la disfruten no se diga, por eso me siento aún más contento de que pronto podamos reencontrarnos con los fans de Latinoamérica.
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Uno siempre quiere más. A veces crees que no tienes todo lo que necesitas para ser feliz, pero en este momento yo siento que sí. Por eso esta etapa por la que atravieso representa un gran cambio, una etapa de tranquilidad como la que no había tenido la oportunidad de disfrutar antes.
Remontémonos a los días de “Inside in / Inside out”, quizá en ese momento tu única preocupación era ser músico de rock and roll, ¿cómo divides ahora tu tiempo en hacer música, girar por el mundo y también ser padre?
Es duro, complicado, pero no es imposible si te lo propones. Mi esposa se hace cargo de muchas cosas. Hacemos música juntos también (Ellie Rose), al final la música es algo que influye en todos los aspectos de nuestra vida y no dudaría, quién sabe, que un día también mi hijo toque.
Irme de gira y dejar a mi familia es complicado, así será la primera vez que tenga que despedirme de Julian, pero es parte del trabajo.
También debe serlo al revés. Cancelaste tu participación en el Corona Capital en 2021 para poder asistir al nacimiento de tu hijo.
Exacto, estaba en México cuando él iba a nacer, fue algo muy loco. Tuve que volar de regreso al Reino Unido y sí, me perdí su nacimiento, pero con todo y lo triste que fue, agradezco que él esté sano y todo saliera bien. Fue complicado tener que cancelar el concierto de México, pero estoy seguro que los fans entendían que se trataba de algo muy importante para mí.
En fin, volveremos a México para tocar en el Corona Capital de este 2022 y supongo que un día podré contarle a mi hijo que me perdí su nacimiento por andar en el rock and roll (Risas).
“Inside in / Inside out” cumplió 15 años, ¿cuál es el mejor recuerdo que conservas de esa época?
(Risas) Muchos, sobre todo las giras… o la primera vez que escuchamos “Eddie’s Gun” en la radio. También cuando dormíamos en la van, porque no había dónde hacerlo. Todos esos momentos son irrepetibles. Era muy excitante darte cuenta que tu música le empezaba a gustar a otras personas.
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En “Closer” dices dos cosas muy representativas. Primero: “Siento que el mundo se está viniendo abajo”; pero más adelante: “nunca estuvimos tan cerca como ahora”. Las dos imágenes, quizá no les hayas escrito pensado en eso, pero me remiten a dos momentos de la pandemia, cuando sentíamos que la normalidad se había perdido para siempre y después, cuando la tecnología nos permitió estar en contacto. ¿Escribes mejor en tiempos de sufrimiento o de felicidad?
Desgraciadamente, esa idea ha hecho que mucha gente piense en suicidarse o peor aún, que lo lleve a cabo, porque se piensa que sólo el dolor genera obras de arte que valgan la pena. No coincido.
Hay muchas canciones memorables que nacieron de la felicidad. Por mencionarte un ejemplo, está David Bowie, cuando recuperó su vida, su salud y volvió a las giras hizo grandes trabajos. También está John Lennon, que compuso “Imagine”, en un momento de gran felicidad.
Pero sí, entiendo que el dolor genera arte. Este disco lo hicimos en un momento complicado, las malas noticias iban y venían, todos teníamos mucho miedo. De hecho, de eso habla “Modern days”, de que no existe nada más peligroso que el miedo y los lugares a los que te puede conducir. El miedo puede conducir a los gobiernos y a las personas a cometer locuras. No deberíamos olvidar que esa no es la salida.
La pandemia fue un momento complejo, no era fácil no poder interactuar entre nosotros. Pero al mismo tiempo, pasar tanto tiempo en casa y viéndonos a través de una pantalla me hizo sentir que nunca antes había generado un nivel de conexión como ese. Fue toda una paradoja. Por eso fue importante escribir de ello, hacer música en ese contexto.
En “Sailing on a dream” suena una saxofón muy interesante, ¿qué música escuchaste durante la composición del álbum?
Gracias, esa canción me encanta. Fue muy divertido grabarla. Si echas un ojo a la letra, es un poco surrealista, un escape. Creo que muchas de nuestras letras pueden ser interpretadas así. ¡De huir hacia las nubes!
Digamos que me gusta escuchar a Steely Dan, el disco “Young Americans” de Bowie y cosas así, mucho de Depeche Mode, Talking Heads, y algo de música independiente de los 80… no lo hicimos de forma consciente, sencillamente nos sentamos a componer y las cosas fluyeron.
En Latinoamérica, cuando pensamos en la música británica, nos remitimos a climas oscuros, lluviosos y llenos de bruma. Ahora que en el Reino Unido están lidiando con un clima caluroso, ¿crees que esto eventualmente podría afectar la música que se hace?
Claro, podría tener un impacto, ¿por qué no?… aún tenemos algo de lluvia, eso no ha cambiado, pero sí está muy loco (Luke se pone de pie y apunta la cámara de la computadora hacia su patio, para que pueda ver cómo pega el sol). Pienso en los discos que se hicieron en California y que tienen esa vibra tan funky, no lo sé, quizá no fuera algo intencional, sino producto del lugar donde se hicieron, quizá así surgieron los sonidos. Tal vez así nos suceda en el futuro.
Entiendo que durante este proceso, y la portada del disco es un ejemplo de ello, leíste mucha ciencia ficción, ¿cómo te sentiste cuando algunas de las imágenes que quizá Ray Bradbury o Isaac Asimov pintaron en un libro, de repente eran parte de la realidad?
¡Ya sé, es loquísimo! Todos los escritores de ciencia ficción del siglo pasado tenían boca de profetas. Parecían estar advirtiéndonos de lo que podría suceder. Es fascinante leerlos, porque te das cuenta que el ser humano ha hecho cosas terribles en su afán de colonización.
Esos libros hablaban de cómo pensaba la civilización de estos tiempos y sin embargo, hay cosas que no han cambiado. Uno de los escritores que más admiro es Philip K. Dick, casi todas sus ideas eran premoniciones. Mira por ejemplo “Los tres estigmas de Palmer Eldritch”, en el que habla de los habitantes de una colonia en Marte que utilizan una droga especial para poder vivir una vida que no es la suya, como la de un multimillonario, por ejemplo.
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No es que algo así haya sucedido, pero en realidad habla de algo más profundo, como es la soledad en la que estamos sumidos y cómo lidiamos con ella. Las redes sociales son como esa droga. La gente se construye esa vida que no corresponde con la realidad, ¡es fascinante!
Deberíamos acercarnos a la ciencia ficción con una mirada mucho más filosófica y utilizarla para construirnos un mejor presente.
Entiendo que el Brexit es un tema que te preocupa mucho. Cuando pasas gran parte de tu vida viajando y durmiendo en hoteles, ¿cambia la forma en que percibes las fronteras?
Sí, es muy triste, porque se refiere a estar separados en vez de unidos. Sería bueno que entendiéramos que para sobrevivir, tenemos que trabajar de la mano.
Estuvo muy mal que dejáramos la Unión Europea, cuando deberíamos colaborar todos como un solo organismo. No quiero sobredramatizar, pero decir que el Reino Unido era parte de la Unión Europea ya me parece hablar de una época dorada que pasó y no volverá.
Ve lo que pasa con Rusia, crear divisiones siempre trae consecuencias negativas, sobre todo cuando tiene que ver con el dinero y la corrupción. Me parece una locura que haya quienes apoyen la creación de más fronteras en vez de establecer lazos colaborativos.
El Brexit me afectó, porque creo que el estado de derecho no debería permitir que se discrimine a la gente o que se atente contra los inmigrantes y los refugiados. Eso es lo principal, no encuentro razones legítimas que nos lleven a apoyar la separación. El Brexit se sostuvo de mentiras, cualquiera debería poder verlo.
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Se celebrará los próximos 18, 19 y 20 de noviembre en la curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, con la participación de My Chemical Romance, Arctic Monkeys y Miley Cyrus como headliners. The Kooks se presentará el sábado, saldando así la deuda después de su cancelación en la edición de 2021.
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