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Fab Moretti: “He pasado esta cuarentena pintando”

Por: Arturo Flores 22 Mar 2022
El baterista de The Strokes y creador del proyecto Machinegum se presentará en el Festival Pa'l Norte, que se celebrará este 1 y 2 de abril en el Parque Fundidora de Monterrey.
Fab Moretti: “He pasado esta cuarentena pintando”

Fab Moretti está en cuarentena en su casa. Aunque es un gran fanático del rock, el baterista de The Strokes y creador del proyecto de rock art, Machinegum, se ha pasado mucho más tiempo delante de un lienzo que de su reproductor de música.

“Casi no he escuchado música en estos días”, me cuenta del otro lado de la línea telefónica. “Me la he pasado pintando, lo cual me da mucha paz. Pero siempre pongo música para pintar, aunque más bien música clásica y cortes de John Coltrane”.

Este periodo de aislamiento social ha puesto nuestro mundo en pausa, literalmente.

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Fabrizio Moretti, Julian Casablancas, Albert Hammond, Jr., Nick Valensi y Nikolai Fraiture, lanzaron disco “pandémico”. Lleva un título que bien podría definir este presente de calles desiertas, ciudades detenidas en el tiempo y seres humanos que buscan, como su aislamiento, detener la propagación de un virus sumamente contagioso.

Fotografías de Jason McDonald

La paradoja vintage

The new abnormal, producido por el célebre Rick Rubin, se estrenó en las plataformas digitales en medio de una paralizada industria musical, sin embargo, la banda neoyorkina estará de regreso este 1 y 2 de abril en uno de los festivales más relevantes de México: Tecate Pal’Norte.

Esa es “la nueva anormalidad”. La que mantiene a músicos como Fab entre cuatro paredes. Con todo y que grandes proyectos se vislumbran el panorama.

Uno de ellos es la edición en vinilo de Conduit, el álbum de su proyecto alterno Machinegum, que a través del sello Frenchkiss Records.

PB: Si echamos un ojo a la forma en que se visten los integrantes de The Strokes, el tipo de instrumentos que tocan y su sonido en general, podemos decir que son grandes fanáticos de lo vintage y no sorprende que ahora lances Conduit en vinilo.

FM: En realidad, tengo un problema con esa forma tan vintage de escuchar música. Los discos tienen un proceso de producción y degradación que influye, de alguna forma, en problemáticas mayores, como el calentamiento global. Vaya paradoja, porque entre más música se graba, al mismo tiempo es menos sustentable. Me preocupa mucho eso, por eso me alegra que cada día más y más personas tienen acceso a mayor cantidad de música digital y eso significa que dejará mucho menos huella de carbono en el planeta. Por otro lado, enfrentamos con el problema de que el vinilo es un mejor formato para escuchar música, eso es indiscutible; y entonces, gran cantidad de esa música digital se está convirtiendo a formato vinilo. Escucharla así posee cierto ambiente ritualista. Entonces me gustaría, con tu ayuda y la de quien guste sumarse, comenzar a ver de manera ritualista el escuchar música en formato digital, de manera que nos apartemos poco a poco de lo vintage.

 

El rosado es el nuevo negro

Machinegum es un proyecto multidisciplinario integrado por: Fab Moretti, Ian Devaney, Delicate Steve, Chris Egan, Martin Bonventre y Erin Victoria Axtel, que intenta ofrecer al espectador una experiencia inmersiva.

El año pasado, hicieron instalar máquinas dispensadoras en diferentes puntos de Nueva York. Al accionarlas, te podía tocar un chicle. Pero con un poco de suerte, las cápsulas transparentes podían incluir un cuarto de dólar en rosa; código QR que, al ser escaneado, proveía al dueño de contenido exclusivo de la agrupación.

Algunos de ellos, tendrían la oportunidad de ganar un acceso al debut de Machinegum, que se llevó a cabo el 28 de enero en una galería secreta de Nueva York.

Durante la fiesta, los espectadores dejaron de ser tales. En los muros, se proyectaron imágenes de los asistentes en filtros rosados. Además, cada uno tenía la oportunidad de intercambiar algún objetivo que trajeran en sus bolsillos y que pintaran (sí, de rosa), por un cassette rosado. Al final, quedó una especie de “instalación” colaborativa realizada por todos los asistentes.

Machinegum tocaría en vivo el álbum Conduit y abandonarían ahí los instrumentos musicales para que futuros espectadores pudieran jugar con ellos.

 

PB: ¿Por qué el rosa parece ser tan importante en Machinegum?

FM: Es el color que, me parece, representa mejor a la cultura pop, al mercantilismo en el que estamos inmersos. Machinegum es un proyecto para el que tuve que buscar a los colaboradores indicados y me pareció que el rosa tenía que ser también un ingrediente primordial. Representa ese comercialismo en el que estamos inmersos, a través del cual se vende desde el arte hasta la comida. Además, ya sabes, en el rock todos quieren vestir de negro y ser muy rudos, así que el rosa me parecía mucho más disruptivo.

 

PB: También el número 28 parece ser primordial en este proyecto, es el día que se realizó la presentación (28 de enero; es decir, 28/01), pero también tienes una canción titulada 128. ¿Por qué?

FM: Me agrada que lo notaras (risas), pero las razones son tan íntimas, que prefiero no develar el misterio.

 

PB: Llevas mucho tiempo haciendo música, con The Strokes y también con proyectos alternos como Machinegum, ¿cómo criticar el comercialismo si de alguna forma eres parte de él?

FM: No lo critico. Sólo lo describo. El mundo en que vivimos y todo lo que hacemos pertenece al mercado. Pero el primer paso para cambiarlo es entender y reconocer que estamos dentro de él.

 

Yo, robot

PB: Hablando de estas nuevas canciones, en Atomized, decides utilizar una distorsión robótica en la voz, ¿a qué se debe?

FM: Es una canción que habla acerca de lo que queda cuando una relación se termina. Yo mismo estaba pasando por algo así cuando empecé a escribirla, por lo que no me reconocía. Usar esa voz representa una metáfora de ese momento, cuando ni tú mismo sabes quién eres.

 

PB: ¿Cuesta trabajo compartir situaciones tan íntimas, como ésta, en una canción que después escucharán tantas personas?

FM: Cuando estoy componiendo canciones y escribiendo las letras, realmente no pienso en la gente las escuchará. Estoy sumergido en mi papel, pensando qué es lo que la canción dirá y en el aspecto emocional de la música. Si sólo hiciera música para que sonara en la radio, eso significaría un acto de traición a mí mismo. No tendría razón alguna para dedicarme a la música. Antes que todo hay que ser honesto: escribo para mí. Pero una vez que la canción ha sido estrenada, entonces sí, habrá quienes la traduzcan, la interpreten y le den el sentido emocional que prefieran. Eso me hace sentir muy honrado.

 

PB: Una vez que pase el periodo de aislamiento y a reserva de tus compromisos con The Strokes, ¿habría forma de salir de gira con Machinegum?

MT: ¡Definitivamente! Me gustaría salir de gira. Puede ser que no toquemos delante de muchas personas a la vez, pero sí haríamos muchas fechas. Entre más lo hagamos, será más especial, más inmersivo.

La ciudad donde vivo

PB: Machinegum es un proyecto mucho más arriesgado que la banda con la que sueles tocar en estadios, ¿cómo puedes saltar de un escenario a otro, de no ver a los espectadores de las primeras filas, a tocar casi a nivel de calle?

TM: Así como lo describes. Este es un proyecto que hice para satisfacerme a mí mismo y en el que, de alguna forma, tengo el control. Aquí también se involucra a las mayorías, pero de otra forma. Publicamos una convocatoria para que las personas nos envíen pequeños videos de su vida cotidiana grabados con sus teléfonos y que formarán parte del video de Kubes. Lo curioso es que esta acción se nos ocurrió antes de todo este asunto de la cuarentena.

 

PB: A propósito, existe también una canción en el disco que se llama City walls. En uno de los versos dice: “Estas murallas en la ciudad, están ahí para que las disuelvas”. Ahora que te ves imposibilitado a recorrer tu ciudad, ¿qué tan importante es para ti tu ciudad, sobre todo tomando en cuenta la acción callejera que implicó colocar las máquinas dispensadoras de Machinegum?

FM: Tan importante como el aire que respiro. Si me cortara el cabello y me preguntaras si sigo siendo Fabrizio, mi respuesta sería sí. Yendo más lejos, si me cortaran un brazo y me preguntaras si sigo siendo Fabrizio, la respuesta también sería que sí. Incluso si me quitaras mis pulgares, seguiría siendo yo. Pero no me quites mi ambiente, las cosas que me hacen feliz y los sonidos de la ciudad, el azul del cielo, particularmente el de Nueva York. Todo eso es lo que me inspira a salir, a conocer personas y regresar a hacer música.

 

Con y sin The Strokes

PB: Por cierto, antes de Machinegum, participaste como curador de la exposición In Passing junto al coleccionista Fabrizio Moretti, ¿qué representó para ti conocerlo?

FM: ¡Fue toda una experiencia! Es extraño conocer a alguien que lleva exactamente tu mismo nombre, sobre todo cuando tu nombre y apellido no son tan comunes. Establecer una relación con él fue muy enriquecedor porque está clavadísimo en lo que el arte quiere expresar.

 

PB: Finalmente, habían pasado 7 años desde su último disco de estudio (Comedown Machine, 2013) y muchos especulaban que sería el final de The Strokes, ¿puedes imaginarte un futuro sin ellos?

FM: Puedo imaginarme todos los escenarios. Me imagino siendo un pez solitario, pero también puedo imaginarme tocando con otras personas. Ahora lo que más me agrada es mi presente, en el que (The Strokes) somos amigos y hacemos música. Tal vez cuando ya no sea, cuando ya no hagamos música cool, entonces podríamos caminar cada quien por su lado, pero eso será cuando ya seamos muy viejos, espero. Ya lo somos un poco.

 

PB: Pero el rock provee una fuerza sobrehumana. Ahí están los Rolling Stones.

FM: Es verdad. Así me siento.

 

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Imagen cortesía de Sony Music

 

 

 

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