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Regresa Garbage a México: entrevista con Butch Vig

Por: Arturo J. Flores 29 Ago 2023
"En mi casa jamás he puesto a Nirvana, Smashing Pumpkins, Sonic Youth o a Garbage. Una vez que termino de producir un disco, lo más seguro es que haya escuchado cada canción unas 500 veces".
Regresa Garbage a México: entrevista con Butch Vig

Garbage regresa a México. El grupo integrado por la cantante Shirley Manson, el baterista y productor Butch Vig y los guitarristas Steve Marker y Duke Erikson actuará el próximo lunes 4 de septiembre a las 20:00 hr en el Pepsi Center de la CDMX.

El grupo, además de realizar un recorrido por hits como “I think I’m paranoid”, “Stupid girl” o “Sex is not the enemy”, presentará su más reciente EP “Witness to your love”.

Aún hay algunos boletos a la venta en Ticketmaster. Los precios son los siguientes: Citibanamex VIP: $1,896; General: $936;  Box superior; $1,152 Sección C; $576 y DISCAP: $576.

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Con ese pretexto, quisimos rescatar la entrevista con Butch Vig que tuvimos hace tiempo, en plena pandemia.

Una videollamada con el genio

Butch Vig me responde desde la sala de su casa. Atrás del productor de discos como Nevermind, de Nirvana, y Siamese Dream, de Smashing Pumpkins descansan en sus pedestales dos guitarras. En la pared cuelga un póster de The Who. Al fondo, una copia de Beatiful Garbage, de Garbage, el grupo en el cual ocupa el banquito de la batería, que vendió más de un millón y medio de copias en el planeta.

Le hablo para arrancar con la entrevista, pero Butch Vig no me escucha. Delante de uno de los productores más respetados de la escena alternativa de los 90, cometo un error básico: olvido encender el micrófono en Zoom.

Lo hago y entonces sí, el tipo que integra el súper grupo 5 Billion in Diamonds junto a los británicos Andy Jenks  y DJ James Grillo pronuncia esa misma frase que debió retumbar en el estudio cuando trabajó con Kurt Cobain y Billy Corgan: “listo, ya puedo oírte”.

A 30 años del lanzamiento de su disco más emblemático, Butch Vig se presta a hablar de la terapia que le dio al líder de Nirvana para que se dejara producir, el ambiente tóxico que rodeaba a los Smashing Pumpkins cuando grabó junto a ellos el que piensa es el disco más difícil de su carrera, su gusto por Tame Impala y también de los mensajes de texto que se envía con Dave Grohl.

Además del más reciente álbum de 5 Billion in Diamonds, claro.

Pasión por Tame Impala

Los grandes discos suelen tener grandes historias detrás, ¿Divine Accidents la tiene?

Buena pregunta. El mundo estaba colapsado en este momento. La cuarentena que hubo es una de las razones por la que tendremos música muy interesante durante los próximos años. A mi me costó bastante hacerme a la idea de quedarme encerrado. El disco Divine Accidents en realidad se grabó en 2019, pero acabé de mezclarlo en enero del año pasado, en pleno confinamiento.

5 Billion in Diamonds es un proyecto muy colaborativo. Nos juntamos a hacer ‘jaming’ y una vez que tenemos completada la instrumentación, invitamos cantantes a que hagan su parte. Eso hizo que el proceso para terminar el primer álbum fuera un poco más lento, porque había que dar oportunidad a que cada vocalista escribiera una letra y la montara.

En el caso del segundo, escribimos las canciones pensando en ciertos cantantes en específico. Si me preguntas, me fascina Tame Impala. Así que le dije a Andy y a James: ‘hagamos algo que suene a Tame Impala´. James sugirió que James Bagshaw de Temples fuera uno de los cantantes y a mí me gusta mucho Temples. Hace un rock psicodélico increíble.

Cuando le enviamos la canción, nos dijo que podría incorporar guitarra, teclados o batería. Es todo un hombre orquesta. Nos quedamos con su línea de bajo, aunque yo terminé haciendo las baterías. Pero James transformó completamente a canción.

Si escuchas detenidamente la canción, descubrirás algunas referencias a Tame Impala, pero con la magnífica voz de James.

Tame Impala es al final un proyecto de una sola persona, Kevin Parker, mientras que 5 Billion in Diamonds es una sociedad colaborativa, ¿se te complica estar abierto a escuchar las opiniones de otras personas?

Tal vez se trate del proyecto más plural en el que me haya involucrado. Para mí significa un descanso, porque no tengo que ser el productor, el ingeniero, el músico y el compositor. Lo soy, pero no estoy solo.

Tenemos solamente una regla entre nosotros: está prohibido traer energías negativas. Sólo trabajamos con gente cool, que tiene ganas de divertirse. Andy, James y yo tripulamos este barco, pero le damos toda la libertad a nuestros invitados para que  aporten sus propias ideas. 

Kevin Parker: “Tame Impala siempre fue mi proyecto solista.”

Dices que las letras son lo último que se hace en la banda. Como productor, estás mucho más envuelto en los sonidos, pero ¿qué tan importantes son las letras para ti, tomando en cuenta que a la gente le gusta cantar?

Estás en lo correcto. Soy un geek, un clavado en los sonidos. Puedo pasarme días encerrado en el estudio intentando conseguir un sonido. Siempre empiezo a hacer canciones a partir de un beat o una progresión de acordes. Las letras vienen a mí hasta después. Pero sí, al final a la gente le escucha escuchar a los cantantes. Muchos dicen: ´¡Wow, escucha ese teclado!´ o ´¡Vaya riff de guitarra!´, pero siempre la relacionan con las letras.

Como productor, no me gusta cuestionar a la gente que canta acerca de lo que canta, porque sé que escribir letras es un proceso sumamente personal. Si ves la letra escrita en un papel, es distinta a lo que un cantante proyecta cuando la interpreta y también es verdad que cada persona se fabrica una historia a partir de una letra.

Aunque Tame Impala haya sido una influencia para ti, en la música de 5 Billion in Diamonds hay muchas referencias a la música de los 80 y los 90. Para las generaciones más jóvenes, series como 13 Reasons Why y Stranger Things les han permitido descubrir bandas y canciones de esas décadas. ¿Crees que deberíamos buscar música nueva no sólo en el presente, sino también en el pasado?

Quien ha estudiado la música seriamente y busca las referencias de aquello que ama, ha tenido que bucear en el pasado. No hay forma de crear música sin pensar en todo lo que has escuchado a lo largo de tu vida.

En 5 Billion in Diamonds, nuestro primer disco estuvo muy influido por los 60 y 70, pero este segundo lo está más por los 80 y 90, además de muchos soundracks de cine.

Cada generación ha tenido sus artistas representativos, los que suenan en la radio, pero hay mucha más música por debajo de eso que los jóvenes deberían descubrir.

Citaré una línea de la canción Broken Wing: “Si no podemos escuchar los sonidos que traes”. La pandemia nos trajo quizá el periodo más extenso sin conciertos que haya tenido el mundo desde que floreció la industria del entretenimiento, ¿consideras que la música puede ayudar a sanar las heridas de esta situación?

Puede y debe hacerlo. Es una parte fundamental en la vida de las personas, ya sea escuchándola en tu auto o de fondo en una serie de televisión, cuando te colocas los audífonos para evadirte del mundo, la música se vuelve terapéutica.

Hace poco hablaba con un programador. Me dijo que durante la pandemia la gente escuchó más la radio, pero también consumió música en streaming y compró más discos. Necesitábamos ese escape. Por eso lanzamos el disco en medio de la cuarentena, porque había personas que estaban escuchando canciones nuevas.

Discos para chavorrucos

En México les decimos ‘chavorrucos’. Son personas que dicen que la música nueva no vale la pena y siguen escuchando a muchas de las bandas cuyos discos más representativos produjiste tú, como Nirvana, Sonic Youth o Smashing Pumkins. ¿A ti te gusta escuchar bandas nuevas?

Escucho toneladas de música nueva. La busco en blogs como Brookyn Vegan, Drunken WereWolf pero también en Pitchfork, Spin o Playboy. En la radio no tanto.

Entro a los estrenos indie de Spotify cada dos o tres semanas. Escucho rock clásico y mucha música nueva, mucho más que música vieja. Como productor, me dejo impresionar muchísimo por lo que los jóvenes hacen con su laptop un domingo por la noche y que se vuelve viral. Están haciendo grandes canciones con ayuda de la tecnología.

Produjiste grandes discos de manera análoga, sin correcciones, porque no existía cómo hacerlo, y un sonido muy sucio, ¿no extrañas esa parte orgánica?

La gente discute mucho acerca de lo análogo y lo digital. El estudio que tengo en mi casa, aquí en Los Ángeles, es cien por ciento digital, aunque mis instrumentos sean análogos.

Nirvana y Smashing Pumpkins grababan en cinta, sí, pero aprendí algo cuando hice Wasting Light de Foo Fighters. Cuando grabas en cinta, es imposible manipular el sonido como lo haces con un programa de computadora. La responsabilidad de cómo suena recae completamente en el músico. Para mí, Wasting Light es lo más cercano a cómo se escucha Foo Fighters en vivo.

Siamese Dream de Smashing Pumpkins se grabó en vivo con cinta, doblamos algunas guitarras pero definitivamente el sonido quedó como quedó. No había computadoras.

Lo mismo sucedió con Nirvana. Nevermind se grabó en un pedazo de cinta, con una banda reunida en una habitación.

Pero ahora, los músicos más jóvenes pueden ponerse perezosos porque saben que si la toma no queda a la primera, yo la arreglaré. La pondré a tiempo.

Eso nos hace perder algo de espontaneidad. Porque cuando tenías sólo una toma para que las cosas quedaran, la adrenalina que eso generaba se reflejaba en la manera en que los músicos tocaban. Eso es lo que extraño.

Por eso le agradezco a Foo Fighters que me dejaran eso, concentrarme en extraer de cada músico su mejor ejecución.

Eres un productor, no un “arreglador”.

Soy un productor y puedo arreglar las cosas, pero no quiero.

Lo que Kurt Cobain escribió y no fueron canciones

Butch Vig conoce a Nirvana

Ahora que se cumplen los 30 años de Nevermind me gustaría preguntarte, ¿cuál fue la primera vez que viste a Nirvana en vivo y cómo intentaste capturar su energía en ese álbum?

En realidad, son dos conciertos los que considero como mi primer acercamiento a Nirvana. Estábamos grabando un disco para SubPop en mi Smart Studio en Madison y ellos se tomaron el día libre para dar un concierto. Chad (Channing) tocaba la batería, aún no se unía a ellos Dave Grohl. Habíamos estado grabando durante tres o cuatro días. Kurt escribía unas letras maravillosas y era capaz de crear grandes melodías. Había como 70 u 80 personas en ese concierto. Tocaron brutalmente. Kurt se quedó afónico después del show. Como no podía cantar, tuvimos que cancelar el resto de la grabación.

Se supone que el grupo regresaría a terminar el trabajo, pero lo que hicieron fue tomar el material mezclado que ya teníamos y realizar algunas copias en casete que regalaron a sus amigos. Se piraterearon a sí mismos. Se hicieron tantas copias que quizá eso posibilitó que llegaran a oídos de Geffen Records.

En fin, el segundo recuerdo que tengo es cuando estábamos a punto de acabar Nevermind y el grupo quiso tocar en un club punk. Algo tan chico que prácticamente parecía una cafetería. Estaba llenísimo. Apenas empezaron a tocar, la gente enloquecía. Aquello me recordó la Beatlemanía. De verdad estaban desatados. Fue la primera vez que la gente escuchó Smells Like Teen Spirit y Come as you are. Era un público muy pequeño, quizá de 200 personas, pero se podía sentir la electricidad. Sentí que venía algo importante, que teníamos algo grande en las manos con ese disco. Aunque me quedé corto.

Se supone que Nirvana venía de una escena punk, ¿fue complicado meterlos en cintura, haceros repetir las partes o que se ajustaran un metrónomo?

Cuando llegamos a Los Ángeles reservé cuatro días de ensayo en un local. Esa vez conocí a Dave Grohl y lo primero que lo escuché tocar fue Smells Like Teen Spirit. Me impresionó mucho su sonido. Cuando terminaron, Kurt Cobain me preguntó: “¿Qué te parece, Butch?” y yo les dije que la tocaran otra vez. Lo hicieron y yo pensaba: ´¡Pero qué bien suenan!´.

Al segundo día me di cuenta que no necesitaban ensayar. Estaban listos para grabar. Así que les di dos días libres y los cité en el estudio. No sabía que ellos habían ensayado incansablemente durante seis meses, todos los días. Eso era porque el lugar donde vivían no tenía calefacción, así que se resguardaban en el lugar de ensayo para mantenerse calientes. Estaban muy concentrados.

Kurt tenía ambiciones, no era ningún vago. Él quería estar en la banda más grande del mundo. Cuando empezamos a grabar, les decía que quería doblar algunas guitarras y  voces. Yo quería hacer un disco mucho más rico en capas. Pero él se mostraba reacio. ‘No quiero doblar las guitarras, Butch. Eso es falso’, me decía. Entonces le dije: ‘John Lennon dobló sus vocales y sus guitarras’. Kurt era un gran fanático de The Beatles, así que dijo: ÓK, hagámoslo´ y a partir de ese momento no volvió a poner ningún pero.

Dejó que utilizáramos otros efectos y reforzáramos la guitarra en los coros. Pero tuve que invocar a The Beatles para convencerlo.

 

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La crisis de Smashing Pumpkins

Supongo que la experiencia debió ser distinta con Billy Corgan, que es un músico mucho más inmiscuido en la producción.

Es un gran amigo. Cuando grabamos, intentamos forzarnos mutuamente a rebasar nuestros límites. Es un gran compositor y un guitarrista virtuoso. Fue muy sencillo trabajar con él en Gish. Lo grabamos en tres semanas y media y lo mezclé en siete días. Siamese Dream es quizá el disco más difícil que haya hecho en toda mi carrera.

Grabamos diariamente durante cinco meses, desde el mediodía hasta las dos de la mañana. Nunca fuimos a cenar a un restaurante. Todo era trabajo, trabajo y más trabajo. Tenía que ver con lo que platicamos: era análogo y no se podría corregir. Había que tocar.

Desde el punto de vista técnico estábamos de acuerdo, pero la relación de la banda era disfuncional. Todo el tiempo había una energía negativa entre ellos y eso era muy desgastante psicológicamente. No fue divertido.

Tuvimos algunos días en los que reímos, pero en general fue un proceso muy oscuro para el grupo.

En mi casa jamás he escuchado a Garbage

Un hecho comprobado es que si te estás tomando una cerveza en un bar de rock, tarde o temprano sonará una canción que has producido, ¿puedes disfrutar de ella o te pondrás a analizar cómo suena y aquello que pudiste hacer mejor?

Un bar es de hecho el mejor lugar para escuchar algo que yo produje. También en el auto. Porque en mi casa jamás he puesto a Nirvana, Smashing Pumpkins, Sonic Youth o Garbage. Una vez que termino de producir un disco, lo más seguro es que haya escuchado cada canción unas 500 veces. Necesito alejarme de ellas cuando menos durante seis meses para poder acercarme otra vez de manera objetiva.

Pero cuando estoy en un club es otra cosa. Entonces sí disfruto de ellas. Se debe a que ya son parte del mundo, ya caminan por sí solas y me agrada haber tenido que ver con esas canciones. Me gusta oírlas en la radio porque vienen mezcladas con más música. Escucho algo de Depeche Mode, luego R.E.M. y finalmente, Garbage. Me gusta ser parte del combo.

Ya que hablas de Garbage. La gente común no suele prestar mucha atención a los productores, se casa más con los músicos. ¿Te gusta la fama que conlleva ser el baterista de una banda, que te pidan fotografías y autógrafos?

Ser el productor y ser parte de la banda son cosas distintas. He formado parte de grupos durante toda mi vida desde que tenía 16 años y me siento muy agradecido de que Garbage siga existiendo. Shirley y yo celebramos hace poco que dimos nuestro primer concierto juntos en Minneapolis 25 años atrás, ¡qué locura!

 

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Me gusta ser parte de la banda porque lo mismo puedo producir una canción que sólo preocuparme por tocar la batería, la guitarra o los teclados. También puedo pedir de cenar y destapar una botella de vino.

Pero si produzco a otra banda, mi trabajo es producir. La música no me pertenece. En cambio, si soy parte de la banda puedo meter un sintetizador o una guitarra  punk.

Volviendo a tu primera pregunta, coincidentemente unos días antes de que se declarara la cuarentena en Los Ángeles, tuvimos nuestro último día de grabación en el estudio con Garbage. Nos faltaban unas guitarras y unas voces de Shirley. Pero que el mundo entrara en pausa nos desconcertó muchísimo. Aunque todo sucedió antes, las letras de Shirley Manson son oscuras y esquizofrénicas. Me recuerdan un poco a Talking Heads y Roxy Music. Fue como si ella hubiera podido asomarse al futuro. Me remitía a la época de Beautiful Garbage. Algo muy clásico de Garbage.

Fue muy duro esperar a que lo estrenáramos. Le peor parte de ser músico es tener que esperar seis meses a que la compañía te deje mostrar lo nuevo que hiciste.

¿Disfrutas tocar en vivo?

En el estudio puedes manipular una canción hasta que suena como tú quieres. Pero en concierto, cuando la cagas, tienes que vivir con ello. Pero me gusta escuchar las reacciones de la gente. Incluso cuando jodes la canción, parece que les gusta más. En el estudio en cambio no hay aplausos y en los conciertos nadie espera que seas perfecto.

Todos los músicos que conozco extrañaron muchísimo salir de gira. Anoche me estaba mensajeando con Dave Grohl. Ya no aguantaba por dar un concierto. Lo entiendo, Dave es un animal sobre el escenario.

Tocar en vivo es el regalo que nos dan los fans, porque si nadie viniera a vernos tendríamos que hacerlo en una habitación vacía.

¿Ir a concierto es como tener sexo con un extraño?

 

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Arturo J. Flores Publisher Periodista con más de 20 años de experiencia en entretenimiento y estilo de vida.
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