Muchas de las críticas que recibe la industria aseguran que se aprovechan de la vulnerabilidad de mujeres con baja autoestima, que los videos están plagados de chicas que en su pasado sufrieron abusos sexuales o que se encuentran en un problema de drogadicción.
En la psicología se le llama a esta presunción la hipótesis de “bienes rotos” y un grupo de psicólogos realizó un estudio para comprobar si estas afirmaciones tienen algún sustento en la realidad.
117 actrices porno y otras mujeres que no pertenecían a la industria (las participantes tenían la misma edad, etnicidad y estatus marital) contestaron un cuestionario en el que se les preguntaba sobre su vida sexual, autoestima, calidad de vida y uso de drogas. En caso de que la hipótesis en cuestión fuera correcta, las actrices presentarían una mayor cantidad de traumas y uso de drogas; pero los datos mostraron otra realidad.
Las primeras diferencias notables se vieron en el plano sexual: las actrices porno en su mayoría se identificaron como bisexuales, tuvieron sexo primero y con más personas y estaban más preocupadas de contraer una enfermedad de transmisión sexual.
Hasta ahí los datos no causan conflicto con la hipótesis de “bienes rotos”, es claro que las actrices porno experimentan más con su sexualidad que las demás. La situación cambia cuando se toma en cuenta los números relacionados con el abuso sexual, que no tiene ninguna diferencia entre los dos grupos; por lo que las actrices en su mayoría no deciden hacer porno por un trauma.
Esto se reafirma cuando se toma en cuenta las características psicológicas. Las protagonistas de las películas porno tuvieron mayores niveles de autoestima, sentimientos positivos, soporte social, satisfacción sexual y espiritualidad que el otro grupo.
El único aspecto donde la hipótesis acertó fue en el consumo de drogas, debido a que más actrices porno contestaron que habían probado diez tipos de drogas.
Es claro que este análisis se trata de un estudio general y que no muestra toda la realidad. Existen varios casos de mujeres que un trauma las llevó a hacer porno, pero las estadísticas demuestran que no existe una diferencia sustancial entre ellas y las mujeres que desempeñan otro trabajo.