Salvador Núñez: “Uno también creció con prejuicios”

“Vivimos en tiempos de cambios significativos, en los que la lucha de quienes se arriesgaron ha logrado grandes avances en temas como el racismo, religión y libertad sexual. Bien lo dijo Hugh Hefner en su Filosofía Playboy: “Opinar sobre quién se mete en la cama con quién, es retroceder décadas en la lucha por la libertad sexual”.

En el mes del orgullo queremos reafirmar nuestro compromiso con la comunidad LGBT y la lucha en favor de sus derechos. Nadie debe someter su libertad religiosa y nadie debe dejar que se infrinjan sus libertades personales”.

Desde el mundo farmacéutico hasta el del yoga, la vida de Salvador Núñez ha pasado por muchos caminos, diferentes aventura que lo han llevado a su más reciente capítulo en el mundo de la moda y estilo de vida.

En esta historia, Salvador se ha convertido en una voz destacada dentro de la comunidad LGBT+, razón por la cual tenía que estar presente en nuestro especial de este año.

PLAYBOY: Te identificas como zapatero, ¿cómo inició ese proyecto?

SALVADOR: Todo empezó con los zapatos, pero la realidad es que siempre quise crear muchas cosas y en algún momento de la vida me vi envuelto en un trabajo, que en ese momento estaba padre, pero no me realizaba. Después de los cuarenta me dije: “ya no estoy tan chiquito para hacer algo que no quiero”, entonces renuncié a eso que ya no era para mí y emprendí un nuevo rumbo. Efectivamente, como empresario comencé por la parte de los zapatos, gracias a mis seguidores y amigos estamos creciendo en la tienda, vamos emprendiendo el comercio nacional; tratando de disfrutar lo más que se pueda intentando no estresarse, porque no es fácil [risas].

PLAYBOY: Me imagino que no fue una decisión fácil, tener una vida prácticamente establecida a los cuarenta y volver a comenzar de cero.

SALVADOR: Siempre es difícil cambiar algo, pero en mi caso nunca he tenido seguro nada [risas]. Soy como gato, tengo siete vidas en una: cuando estaba chavito me dediqué a cantar, después estudié fotografía, la dejé y comencé a hacer yoga, terminando como instructor en India. La vida cambia y te lleva para otros lados, tienes que aprender lo que realmente es fluir, no nada más cambiar de una postura a otra, sino en la vida real.

Al final acabé de diseñador editorial de un laboratorio farmacéutico [risas],  después de eso me hablaron de Israel, en Tel Aviv, para ser director en Latinoamérica de una red social, una página de activismo, empoderamiento y la comunidad LGBT.  Fueron tres años muy bonitos de mi vida donde conocí a mucha gente diferente, quienes me ayudaron a tirar muchos prejuicios, para enamorarme de toda la gente distinta.

PLAYBOY: ¿Cuáles fueron esos estereotipos?

SALVADOR: La gente muchas veces cree que es muy fácil ser gay, de entrada piensan que está mal o que estás enfermo; la realidad es que nadie está enfermo ni mal. Simplemente cada persona nace de una manera distinta, con una misión diferente para aportar algo distinto al mundo. A querer o no, los que somos gay también fuimos educados de la misma forma, tengo 44 años y creo que mi generación fue la transición en la que empezó a haber una apertura. Uno también creció con prejuicios: con ideas de que está mal, de que te vas a ir al infierno, muchas tonterías que por instinto de supervivencia uno tuvo que aceptar; muchos se quedaron con ellos y por ello participan en la discriminación.

Fotografías de @juandjj

Agradecimientos: V Motel Boutique

PLAYBOY: ¿Cómo lidias con ellos?

SALVADOR: A mí me gusta tratar de entender porque la gente es así, nadie nace sabiendo, aceptando e integrando. La vida es para ir aprendiendo y para ir sanando muchas cosas, en la medida en que uno se sane por dentro (porque todos tenemos errores, miedos y rencores), es más fácil empezar a aceptar las diferencias de los otros. Sobre todo, darte cuenta que no es gay, lesbiana, transexual  o bisexual, es una persona fin de la discusión; con quien se acueste no tiene nada que ver. No hay por qué encasillar a un ser humano de una forma o de otra, es simplemente permitirle la oportunidad de ser, de conocerlo y de enamorarte de la esencia de cada persona.

PLAYBOY: Nos comentaste que viviste este momento de transición, ¿cómo has visto el avance de la comunidad?, ¿va por el camino correcto?

SALVADOR: Sí veo mucho avance, obviamente todavía falta mucho por hacer, en la Ciudad de México creo que somos privilegiados, somos una burbuja que nos acoge los derechos (como la protección médica) en un mundo que todavía carece de esto. Sobre todo, ya hay información que le permite a la gente empezar a aceptar, y no solamente a la juventud que ya vive en otra época y lo ve como normal, sino también la generación de mi mamá o mi abuela lo empiezan a percibir de manera distinta; incluso a veces sacerdotes y personas religiosas también abordan el tema de manera distinta, quienes dicen: “nada está mal mientras haya amor entre seres humanos”, creo que eso es lo único. No me considero una persona religiosa, sí soy muy espiritual (creo en Dios infinitamente); pero siempre voy a favor de la libertad y del amor.