Redes Ocultas: prohibir las bolsas de plástico contamina más al planeta

Las acciones verdes ya no tienen el objetivo de acabar con todos los males que aquejan al planeta, desde hace unos años cambiaron y ahora están enfocadas en reducir lo más posible las terribles consecuencias climáticas que causará nuestra existencia.
Con respecto a esta cuestión, Claude Lévi-Strauss alguna vez se preguntó si la humanidad había tomado el camino correcto. Nos repetimos que nuestra historia es símil de progreso, una exitosa trayectoria que a través de la ciencia y la razón ha mejorado cada una de sus condiciones. Pero el antropólogo se pregunta si seres de otro planeta nos verían de la misma manera, tomando en cuenta el impacto ambiental de nuestras acciones y el equilibro ambiental que lograron varias civilizaciones ancestrales.
Prohibiendo el plástico
Cuando Lévi-Strauss escribió el planeta era otro, todavía existía una esperanza de corregir el rumbo; pero ahora la catástrofe es inevitable y lo único que podemos hacer es suavizar el impacto.
Entre las medidas que se han citado para aminorar el impacto está la prohibición de las bolsas de plástico. Numerosos estados y más recientemente la Ciudad de México, han anunciado medidas que prohibirían en un futuro el uso, entre otros productos derivados del petróleo, las bolsas de plástico.
Son obvias las razones detrás de la medida, tenemos ante nosotros un producto de un único uso que tardan cientos de años en degradarse y que especies marinas están consumiendo constantemente. Claramente el plástico se reduciría con esa medida, ¿verdad?
Efectos verdes contraproducentes
El mayor problema es que estas bolsas de plástico en la mayor parte del tiempo son utilizadas para tirar basura o recoger el excremento de los animales. La economista Rebeca Taylor de la Universidad de Sídney en un estudio demostró que la medida en California aumentó drásticamente las ventas de las bolsas para basura de plástico, llegando hasta un 120 % de incremento en bolsas con un tamaño similar a las que antes se regalaban.
La prohibición solamente hizo que floreciera un nuevo mercado a raíz de la necesidad, tráfico que es peor para el planeta debido a que las bolsas para la basura son más gruesas y por ende utilizan un 30 % más plástico.
Por si fuera poco, las ventas de las bolsas de papel también aumentaron, las cuales son peores; no sólo porque implica la tala de árboles, sino que su producción implica el uso de agua, químicos tóxicos, gasolina y maquinaria pesada, aspectos que aumentan notablemente su huella de carbono con respecto a sus contrapartes de plástico.
La situación se agrava cuando se toman en cuenta las “alternativas”. Greg Rosalsky de NPR cita un estudio del gobierno de Gran Bretaña que demostró que una bolsa de algodón debe ser usada 131 veces para que su huella de carbono sea menor a una de plástico.
¿Queda algo por hacer?
El calentamiento global y nuestro impacto negativo en el planeta ya son inevitables, cada día el planeta nos demuestra que no tiene la capacidad para soportar a la cantidad de individuos que somos y lo que nos queda por hacer es aminorar las futuras muertes.
Con respecto al plástico, Rosalsky indica que los expertos aseguran que las medidas más eficientes son utilizar lo más que se puedan bolsas de polyester y, en lugar de prohibir las bolsas, establecer un impuesto para reducir notablemente su uso.
El planeta continuará con su lenta agonía mientras se mantenga aquella maldición Ilustrada, la idea de progreso que constantemente lanza al mercado nuevos smartphones y autos, que legitima la explotación y que ve en la riqueza el fin último.