#PlayboySeLee: Las madres de la marihuana

Cheryl Shuman tiene 53 años, es madre de dos hijos, fue reina de belleza y elegía personalmente las gafas para celebridades como Michael Jackson, Tom Cruise, Cameron Diaz, Steven Tyler y Jennifer Lopez a través de su empresa Starry Eyes con la que ganó 22 millones de dólares en 3 años. Sin embargo, su existencia dio un giro de 180 grados y su biografía de ensueño parecía formar parte de algún capítulo de la serie americana Weeds, en la que una mujer de clase alta decide vender marihuana a sus amigos para poder mantener el nivel al que está acostumbrada cuando su vida se desmorona de pronto.

“En 2006, me diagnosticaron cáncer en  los ovarios. Estaba deprimida y además tenía que pagar todas las facturas del hospital. Fueron cuatro años de tratamiento contra la enfermedad. El cannabis reconstruyó mi vida, me reinventó”, asegura Cheryl. En un intento por combatir los dolores que padecía, y tras varios años de quimio y radioterapia, dejó de tomar el coctel de medicamentos que le recetó su médico a base de 27 comprimidos de morfina al día, entonces probó el aceite de cannabis como medicina alternativa.

“Me ayudó con las náuseas, la ansiedad, la depresión y redujo el tumor que tenía. El extracto de thc de la planta fue el medicamento más seguro y menos adictivo prescrito para mí. Es más sano que el alcohol, el tabaco y los fármacos. Mejoró mi calidad de vida y  me permitió vivir libre de cáncer”, afirma.

Siete años después de su tragedia, con la mirada fija en el jardín orgánico y legal de hierba medicinal que tiene en su casa de California y por el que factura 150 mil dólares al año gracias a la alianza con 30 clientes de lujo, ella se describe como la “Martha Stewart de la marihuana”. Es una de las portavoces más conocidas de sus efectos positivos en Estados Unidos y no repara en sacar provecho de ello.

Su Club guarda el derecho de admisión a ricos y famosos que deseen disfrutar de esta droga medicinal en cálidos resorts o sobremesas de lujo. “Beverly Hills es un destino internacional. Estrellas como Justin Timberlake, Rihanna, Jennifer Aniston y muchos otros apoyan su consumo. Es un fenómeno que será tan común y aceptado como tener un vaso de vino en la cena. Por eso, nuestro Club ofrece los mejores jardines orgánicos y legales de esta planta para nuestros pacientes, donde puedan relajarse y disfrutar de sus vacaciones en un ambiente amistoso en Colorado, Washington y California”, agrega Cheryl sobre su millonario negocio.

Una industria que busca expandirse a nivel nacional e internacional a 11 nuevas ciudades dentro de los próximos cuatro años sin dejar de lado su línea de vaporizadores, ceniceros, jarras, ropa y otros productos relacionados que vende en diferentes coffee shops o tiendas legales de hierba.

“Quiero dejar un legado, que mi vida signifique algo para un cambio social positivo. Ofrecer puestos de trabajo y liderar la industria del cannabis con un movimiento femenino”, continúa. Para lograrlo, la empresaria cuenta con la ayuda de sus compañeras del Club: Mujeres de clase alta como ella, víctimas de enfermedades crónicas, ansiedad o estrés postraumático que llevan una vida normal y libre de dolencias con la ayuda de una buena dosis al día.

“Pasamos varios años aprendiendo a seleccionar semillas, cultivar y finalmente promover nuestra marca. Cuando consumas la planta en bruto, no experimentarás el efecto psicoactivo. Para mí, tres gotas de extracto debajo de la lengua me ayudan a calmar la mente y el cuerpo, lo que facilita un sueño muy reparador y sin aturdimiento por la mañana. Además, sirve para prevenir cualquier enfermedad, como el cáncer de mi madre”, enfatiza Aimee Shuman, hija de Cheryl y vicepresidenta ejecutiva del negocio que ha bautizado su cruzada como “la fiebre verde”.

Y qué mejor forma de socializar y hablar sobre la inversión en el negocio, que reuniéndose una vez a la semana en el prestigioso Club con una cena a base de cannabis. “Nuestro chef nos prepara una comida elaborada con hierba mientras probamos las últimas cosechas de nuestra granja en California. Fumamos mientras hablamos de política, actualidad o la expansión de nuestro negocio a otras ciudades como Denver, Seattle y Los Angeles”, confiesa Cheryl, quien describe sus logros como “una revolución”.

“Al Igual que Pauline Sabin, una mujer de la alta sociedad, que luchó en los años 30 del siglo pasado para acabar con la prohibición del alcohol en Estados Unidos, puedo decir orgullosa que nosotras ahora estamos liderando la lucha para acabar con la prohibición del cannabis para el 2016”, señala convencida. Shuman maneja un fondo de 100 millones de dólares, junto a su hija Aimee, para invertir en el sector y acabar con los estereotipos de “perdedores” o “hippies” que venden los medios. “Queremos dar una nueva imagen del consumidor moderno. Somos la nueva cara de la marihuana”.

El debate en torno a la legalización de la marihuana sigue siendo acalorado, pese a que su consumo medicinal es legal en 21 estados de América, y para uso recreativo en Colorado y en Washington. En California, grupos como la Organización de Ciudadanos Contra la Legalización de la Marihuana (calm, por sus siglas en inglés) señalan los efectos negativos de esta planta sobre la salud mental de sus consumidores, pues es adictiva y causa un deterioro en la capacidad cerebral.

Pero Cheryl Shuman no está de acuerdo con ello y recuerda que la hierba también contiene sustancias que no son adictivas como el cannabidiol (cbd), que tiene un amplio alcance para aplicaciones médicas. Sin más, denuncia a los cultivadores ilegales que se esconden en la red, amenazándola de muerte en su lucha por hacer legítima la hierba.

“Recibimos correos aterradores, escalofriantes a diario. Pero ten en cuenta que soy una sobreviviente del cáncer, me enfrenté a él de frente y he triunfado. También voy a ganar la batalla contra esos matones en los tribunales y en los medios de comunicación mediante la exposición de mi drama”, amenaza Shuman, de vuelta, a cualquiera que se atreva a amedrentarla en su red social con más de 80 mil usuarios registrados.

Y es que, su objetivo es vender la mejor marihuana posible. “Se estima que la industria legal del cannabis rondará los 47 mil millones de dólares dentro de tres años, en Estados Unidos. Dará trabajo y engordará las arcas del Estado. Nos permitirá revolucionar el sector de la salud alternativa y ayudará a nuestra economía”, advierte esta mujer que está pensando en llevar su batalla a Israel, Australia, Nueva Zelanda y Europa.

“Aquí está el futuro. El cannabis es el nuevo sueño americano. Me hizo mejor madre, ya no soy una zombie por las noches; da dinero. Las empresas tabaqueras ya han comprado cientos de miles de tierra en Estados Unidos  para cultivarlo. Nos han ofrecido 100 millones de dólares por nuestro concepto de marca. ¿Quieres saber cuántas personas han muerto a causa de una sobredosis de marihuana? Cero en la historia de nuestro país. Es mucho menos adictiva que cualquier otra droga, además potencia mi sexualidad”, explica la empresaria acerca de las virtudes de la planta.

Asimismo, “es aún más eficaz que el Viagra para los hombres y en las mujeres eleva el deseo sexual sin efectos secundarios. Soy una firme creyente en que una esposa/madre feliz hace una vida feliz. El genio ha salido de su botella y el cannabis está aquí para quedarse. ¡Gracias a Dios!”, concluye Cheryl luego de aspirar con gran gusto un poco de esta sustancia vaporizada.

Aunque la mayoría se opone, en nuestro país hay algunos políticos que se han expresado abiertamente por la legalización de la planta. El ex presidente Vicente Fox muchas veces ha comentado que está de acuerdo con ésta, aunque como mandatario no hizo nada por legitimarla. Eso sí, si alguien más lo lograra, él ha afirmado que se dedicaría con creces a la producción y comercialización del producto. “La marihuana con un control adecuado y reglamentación puede ser perfectamente una industria legal operativa, que le quitará millones, millones y millones de dólares a los criminales”, dijo a la prensa el año pasado.

El excanciller y excandidato a la presidencia, Jorge Castañeda, escribió el artículo “Marihuana y Distrito Federal”, que publicó el primero de agosto pasado en el periódico Reforma. “Si el DF llegara a despenalizar su consumo, desde el punto de vista internacional, esto colocaría al gobierno mexicano en una situación a la vez compleja y favorable”.

En su momento, el ahora desaparecido Partido Socialdemócrata impulsó la validación en la producción y el consumo de marihuana y cocaína “porque con esas dos drogas la gente tiene para pasársela bien”, dijo el entonces dirigente Jorge Carlos Díaz Cuervo.