Rutas de viajero: En las alas de Mercurio
Vivir en una ciudad tan grande como la ciudad de México, a primera impresión, podría ser sinónimo de tráfico, mucha gente y caos. Pero esta ciudad es tan noble, que es totalmente lo contrario y ofrece experiencias para todos los gustos.
El rastro de una pandemia desapareció por unas horas para sentirme nuevamente como hace más de dos años, cuando podíamos caminar libremente por la calle, disfrutar la vida sin mascarillas y andar en bici cada domingo. Llegué al punto de reunión para tomar una bicicleta Mercurio, armarme de casco, agua y todo lo necesario para comenzar la rodada.
La travesía comenzó sobre Paseo de la Reforma, un grupo de 5 periodistas que estábamos dispuestos a recordar esos años de práctica en bicicleta, otros más experimentados tenían la ruta muy bien trazada. Tenía tiempo que no sentía la fuerza del viento sobre el rostro, así que cada momento era magia en este recorrido.
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Comienzan los primeros kilómetros y he de destacar el confort, estabilidad, manejo y armado de las bicicletas Mercurio. La velocidad es lo suyo, pero tenía que esperar al grupo, así que después de tomar un descanso, llegamos a la primera parada culposa; la pastelería Zuiza en el corazón del barrio de la Condesa. Sí, sé que las calorías están presentes, pero vale la pena si después las quemas.
Del barrio de la Condesa, continuamos sobre Álvaro Obregón para llegar a la colonia Roma, uno de los lugares más emblemáticos de la Ciudad de México y que esconde a la panadería Rosetta, que se ha convertido en parada obligatoria para tomar un café y probar alguno de sus panes únicos en la ciudad, como la berlinesa de mamey y el champurrado de hoja santa, ¡una delicia!
Rodada 2.0: cómo pedalear en contingencia ambiental
Después de recuperar calorías, continuamos con la rodada y nos perdimos entre calles que te transportan al pasado pero con toques de presente que te llenan de vida mientras pedaleas.
Tercera escala en una de las churrerías más queridas de la ciudad, me refiero a la Churrería El Moro, que originalmente se encontraba con solo una sucursal en el Centro Histórico y que, hoy en día nos alegra toparnos con un chocolate con churros en diversos puntos.
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Y así se fue la mañana, entre rodada y merienda con los colegas del grupo, pero sobre todo, disfrutar de experiencias que nos llenan de energía y alegría en la ciudad de México. Y si se preguntan si en algún punto aceleré, la respuesta es sí y se siente como volar con las alas de Mercurio.
¿Por qué Mercurio?
Bicicletas Mercurio pone alma y corazón en cada una de sus bicicletas y, desde hace más de 50 años, el esfuerzo y trabajo se han convertido en toda gama de bicicletas de todo tipo. Desde la línea infantil, urbana o adultos y, dependiendo de las necesidades, estoy seguro que podrás encontrar una para tu estilo.
