Playbill: una clase de yoga con cerveza

Me invitaron a una clase de yoga con cerveza. ¿En qué momento se encontraron una disciplina milenaria que te alinea los chakras con mi bebida favorita, la responsable de desalineármelos los viernes por la noche?
Lo ignoro, pero me animé. Pocas veces me rehúso a probar nuevas experiencias. Sobre todo cuando no involucran grandes alturas, que es mi mayor miedo, y el yoga se practica a nivel del suelo.
Además, habría cervezas.
El profesor, a quien parece no le había caído el 20 que muchos estábamos ahí más por la palabra “beer”, que por el “yoga” de la publicidad, nos propuso dejar hasta el final la bebida y mejor realizar las asanas a la usanza de la vieja escuela.
Supongo que la mayoría pusimos mala cara, porque accedió a que acompañáramos nuestra rutina con una espumosa pinta de Ale.
Nos advirtió que sólo beberíamos en cuatro o cinco momentos, pero mis compañeros y yo dimos cuenta de los vasos en apenas un par de posiciones.
Practica yoga y olvídate de la eyaculación precoz
Al final, nos ofrecieron un par de pintas más. De eso se trata la vida: te esfuerzas, alcanzas tus metas y después, te das un premio.
La cerveza sin yoga emborracha y el yoga sin cerveza… funciona, pero así es más divertido.
Así como la primera parte de mi vida adquirí malos hábitos, durante la segunda he adoptado comportamientos un poco más positivos. Uno de ellos es la meditación mindfulness. Dicen que esta práctica es responsable del éxito de empresas como Google.
Dos cosas me gustan de ella: te ayuda a ponerle un alto a la mente, que suele trabajar a mil por hora; y segundo, te enseña a lidiar con lo que yo he denominado “pensamientos metro”. Es decir, aquellos que llegan, te sacan de tus casillas, te alteran o te entristecen, pero queda en ti subirte e irte con ellos hasta donde te lleven… o sencillamente dejarlos pasar. Así, como el metro; espera a que se abran las puertas de los susurros del ego, que suene la alerta, se cierren otra vez sus compuertas y el metro se largue a toda velocidad.
Me ha funcionado para no tomar demasiadas malas decisiones.
Deberíamos estar abiertos a salir de nuestra zona de confort. A partir de esta edición de Playboy, por ejemplo, tú puedes ser parte de nuestro contenido, en artículos y fotografías. Consulta las bases en las páginas 99 y 103 de nuestra versión impresa.
Recuerda que la vida a esforzarte por superar tus propios límites, como en el yoga, y regalarte un generoso trago de cerveza cuando lo consigues.