Pelayo: no es un restaurante de comida española (tradicional)
“Este no es un restaurante de comida española… tradicional”, me dice el chef de Pelayo, Rodrigo Reyes, cuando estoy a punto de llevarme a la boca una croqueta de jamón serrano. La pausa dramática que hace cobra todo el sentido cuando me entero que la especialidad lleva también hongos, bacalo o chipirones en su tinta.
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Su intención cuando inauguró este restaurante, ubicado en una casona de la colonia Roma, era ofrecer un menú fuera de lo convencional. Algo que inevitablemente remitiera a España, pero que pudiera explotar también la riqueza y calidad de los ingredientes mexicanos. De ahí, por ejemplo, que antes de traer los platillos a la mesa, nos pusieran delante las salsas hechas en casa: la tradicional, con alioli y romesco, también la de alioli de habanero y la romesco picante con chile de árbol.
Pelayo
La tortilla negra y otras maravillas
Llevaba semanas con un antojo de tortilla española que por gracia de los dioses ese día se sació. Maridado —no podía ser de otra forma— con una Estrella Galicia, disfruté de una exquisita Tortilla negra de chipirones, acompañada además de sepia, pimientos y calamarcitos.
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Del ambiente de Pelayo hay que decir que mantiene todo el tiempo una selección de flamenco y música gitana que ayuda a construir la experiencia. Pero también que posee una terraza que te aísla de la calle pero te provee de una vista excepcional. Se antoja para pedir un trago y pasar la tarde picando. Porque sus platillos están diseñados para compartirse y en el que manos de los comensales se encuentren.
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Las tapas de Pelayo
Durante nuestra visita lo hicimos con su buena selección de Tapas. Las hay de Jamón, Lomo ibérico, Queso manchego o Boquerones fritos. Pedir una variedad de ellas resulta ideal para además realizar mezclas con las diferentes salsas. En una mesa de tres o más personas, el ejercicio se convierte en una entretenida expedición de sabores.
Pero Rodrigo Reyes cuenta también con una propuesta ganadora de platos fuertes. ¿Alguien dijo Paella? Bien conviene probar la Paella a la Buñuel, que no en vano lleva el apellido del surrealista, pues parece un sueño que rompió con las fronteras de la realidad. Además del arroz calasparra, se acompaña de lomo de cerdo, butifarra, pollo, alcachofa y camarones.
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Las opciones se multiplican como el pan y los pescados de forma bíblica. Lo mismo se puede disfrutar de un Atún a las brasas, que de un Chuletón o un Solomillo en salsa de hongos con mil hojas de papa y pimientos de padrón.
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Proteínas de preparación lenta y opciones veggie
En nuestra visita, nos decantamos —igualmente producto de un añejo antojo que por fin se vio satisfecho— de un Lechón confitado. Se puede pedir en porciones individuales o en taquitos, que fue lo que hicimos. Las raciones son vastas y algo que se debe tomar en cuenta es que sus platillos tienen una media de preparación de 30 minutos. Por lo tanto, hay que tomar las cosas con calma, pero sí considerar que cada instante valdrá la pena cuando la carne se deshaga dentro de tu boca.
Pelayo es además un spot en tendencia, que pretende ser incluyente con todos los paladares. De ahí que su carta tenga opciones veggie para quienes no consumen proteínas animales. Mención aparte merecen la Coliflor rostizada y la Milanesa de hongos con verduras asadas.
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Coctelería y postres
También deberías detenerte y repasar las opciones de coctelería y los postres. Dentro de los primeros, hay variedad de destilados entre los que se cuentan los tequilas, mezcales, whiskies y ginebras. Una propuesta interesante podría ser la Margarita Pelayo, que se sirve con licor de naranja, jugo de limón y oleo saccharum. También cuentan con una amplia variedad de vinos nacionales e internacionales. Sin duda, hay que pedir un Rioja si se trata de un maridaje mucho más riguroso.
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Pero sin duda, los postres representan la mejor manera de signar esta experiencia. Una sugerencia son las Torijas de pan brioche caramelizado y frutos rojos con helado de lotus. Independientemente de lo exquisito, representa una oportunidad indiscutible para presumir en Instagram.
Tenía razón el chef Rodrigo Reyes cuando dijo que Pelayo no es un restaurante de comida española tradicional. No es queja.
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