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Censúrame: Me moja Bad Bunny

Por: Adrivainilla 02 Ene 2023
La democratización del arte llevó a que fuera cuestionado, como lo dice Arthur Danto en su libro “El abuso de la belleza”: “Ser juzgado bello, no es ni ha sido nunca el destino último del arte”.
Censúrame: Me moja Bad Bunny

A mí me mojan los hombres que usan falda como Bad Bunny. Desde Kurt Cobain, David Bowie y Jonathan Davis, los hombres han utilizado falda porque les gusta y provoca al público. Así es como comienza una de las tantas críticas absurdas hacia Bad Bunny: dicen que no está siendo original..

El hecho de que Bad Bunny utilice faldas o tenga gestos que responden a lo que se considera “homosexual” se saca de contexto. Comenzando porque para cualquier persona con dos dedos de frente, en 2022, se trata de una crítica contra el género impuesto por la vestimenta.

De la misma forma, sus detractores critican que el reggaetón no tiene referentes y es por eso que carece de valor. Pero si investigamos un poco, todo lo que llega a considerarse “leyenda”, “clásico” o “arte” nació en la calle. Desde el jazz hasta el punk, todos respondieron a lo que una generacion determinada exigía.

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A los críticos, que se hacen llamar “artistas”, aquellos que reniegan de Bad Bunny les pregunto si han leído algún libro sobre filosofía del arte. Segun Nietzche, en “El nacimiento de la tragedia”, podemos distinguir entre dos tipos de arte, el apolineo y el dionisiaco. El primero responde a todo aquello que se considere artístico por su belleza, su técnica y, si nos referimos a la pintura, lo idéntica que sea a la naturaleza. Por otro lado, el arte dionisiaco se caracterizaría porque no cuenta con una belleza explícita, pero responde a un discurso que invita al análisis, desatando un sentimiento de incomodidad en el receptor. Por ejemplo, el dadaísmo y la música punk. Ambos fueron criticados en un principio, pero luego se consideró expresiones honestas que reflejaban los sentimientos de la clase popular. La democratización del arte llevó a que fuera cuestionado, como lo dice Arthur Danto en su libro “El abuso de la belleza”: “Ser juzgado bello, no es ni ha sido nunca el destino último del arte”.

Benito fue un joven de escasos recursos que desde muy pequeño se interesó por la música. Gracias a la globalizacion del conocimiento pudo compartir sus composiciones a través de las plataformas digitales.

Pero a Bad Bunny se le critica porque no es arte. Y me pregunto, ¿quiénes son ellos, los que lo crtitican, para distinguir entre lo que es y no lo que es arte?

Hace unos años, yo jamás había escuchado raggaetón. Pero hace un par de meses me encontré con que en ciudades como Roma y Madrid se escuchaba a Bad Bunny en cada auto, farmacia o centro turístico. Fue así que me consideré fan de Bad Bunny. Y grata fue mi sorpresa al enterarme de que él también era piscis.

El odio que genera Bad Bunny hacia sus letras, que porque son repetitivas, me causa vergüenza. ¿Acaso la música electrónica de “Aphex Twin” no es repetitiva? También dicen que las letras de Bad Bunny letras son machistas. Eso es una gran falacia. Existen boleros y otros géneros musicales con letras machistas a los que se justifica diciendo: “pero era otra época”. Hoy es otra época y Bad Bunny compone canciones genuinas que representan este momento. Hace canciones poéticas y románticas en las que se expresa de la mujer como un ser sexual y capaz de provocar sin ser juzgada.

No existe nada más machista que tenerle miedo a una mujer porque se le considera “una tentacion”. Porque esos hombres; mejor dicho, bestias, no pueden controlar sus instintos.

Benito también es insultado por culpa de sus frases “sexuales”. Sacan de contexto sus letras, porque somos seres sexuales y cuando hablamos, lo hacemos desde el eros y la sexualidad de que nacimos.

Quién soy yo para decir que Bad Bunny o no. Eso lo decidirá el tiempo y los gustos, intereses y preferencias de una generación que necesita ser escuchada.

Para mí, ese es el propósito del arte. Además de lograr que millones de personas evidencien su estupidez odiándolo, tal vez consiga que algunos se cuestionen.

Ese joven, que dicen que es un producto de la mercadotecnia, ha conseguido con su puesta en escena, opiniones, carisma, provocación y vestimenta ganar miles de premios y hacer que el mundo reaccione a su música.

El moralismo de los intelectualoides vuelve a ser pisoteado. Estamos por entrar al año 2023. Gracias, Bad Bunny, porque haces que el mundo hable, piense, discuta, se apasione y divierta.

Me moja Bad Bunny

Una mirada crítica a los detractores de Benito y sus argumentos. ¿Repetitivo? ¿Macho? ¿Un producto del marketing?

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