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De largo aliento: Guerreros arcoíris

Por: Jafet Gallardo 20 Jun 2022
Los incidentes de Stonewall respondieron a una sociedad que negó a la comunidad LGBTQ+ e incluso la persiguió.
De largo aliento: Guerreros arcoíris

Habían pasado unos días desde que comencé a ver una serie que hablaba sobre la vida de diferentes personas de la comunidad LGBT+, cuyos problemas se centraban en encuentros sexuales, infidelidades o complicaciones adolescentes de cambios de humor e identidad. Había un personaje clave, Anna Madrigal, una mujer activista en pro de los derechos de los homosexuales, lesbianas y personas no binarias.

En su residencia, Anna rentaba a personas de la comunidad LGBT+ y los hacía parte de su familia, ayudándolos a resolver sus problemas.

Anna guardaba un gran secreto; ella era una mujer trans, que, gracias al destino, logró comprar una residencia en San Francisco, jurando apoyar siempre a los miembros de la comunidad LGBT+. Ella había sido parte de un pasado aterrador, nada alentador, viviendo ultrajes, abusos y toda clase de castigos para quienes en ese momento se atrevían a ser diferentes.

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Este personaje no fue real, pero sacudió en mí un profundo agradecimiento por quienes se atrevieron a luchar contra todo, para exigir los derechos de una comunidad inexistente en ese entonces y que hoy en día, cada mes del orgullo recuerdan los hechos ocurridos en Stonewall, donde todo comenzó.

 

Un bar llamado Stonewall 

Los incidentes de Stonewall respondieron a una sociedad que negó a la comunidad LGBTQ+ e incluso la persiguió. En la década de los años cincuenta tuvo lugar una serie de persecuciones hacia cualquier persona que se tuviera la sospecha fuera homosexual, la policía se basaba en este sentimiento y en la ley para intimidar constantemente a través de asaltos a los bares y la exigencia de prendas “apropiadas para el género”.

No había ley federal que protegiera los derechos de estas minorías, por lo que podían ser despedidos si los patrones descubrían sus preferencias. Eran arrestados arbitrariamente y en numerosas ocasiones eran ingresados a instituciones psiquiátricas; hasta 1973 la Asociación Estadounidense de Psiquiatría diagnosticó la homosexualidad como un desorden mental. Ante esta realidad, la comunidad LGBT+ debía vivir escondida y los lugares clandestinos donde se reunían constantemente eran cerrados por las autoridades.

 

En Nueva York, durante la década de los sesenta, existían bares donde se aceptaba la diversidad, pero en la mayoría de las ocasiones eran manejados por la mafia y no tenían licencia para vender alcohol. Lo que los convertía en sitios predilectos para que la policía realizara redadas y cobrara sobornos.

El Stonnewall Inn se ubicaba en el West Village de Manhattan, zona de la ciudad que parece  un laberinto con ángulos extraños y callejones sin salida. El edificio era un antiguo establo y pastelería, abrió al público en 1954 como un restaurante. En 1967, la mafia vio en el lugar una oportunidad perfecta para abrir un negocio; no existían muchos bares para homosexuales en la ciudad y ninguno permitía bailar juntas a personas del mismo sexo, por lo que cambió el giro del negocio.

El bar estaba lejos de ser un lugar ideal: se alteraban las bebidas, no había una instalación de agua y constantemente había redadas de la policía. Había una segregación informal, la mayor parte del recinto estaba reservada para los hombres gay, mientras que la pista de baile de un cuarto posterior para el resto de la comunidad.

Por si fuera poco, la presencia de la mafia provocaba una tensión, probablemente los dueños traficaran con drogas y operaban un círculo de prostitución. No era secreto que también ofrecían sobornos a las autoridades para que no intervinieran en las instalaciones. Asimismo, chantajeaban a sus clientes, les tomaba fotos y amenazaba con enseñárselas a sus familiares o a sus jefes en caso de no pagar una cuota.

A pesar de todo, el Stonewall era el único bar que era tolerante con la comunidad LGBT+, razón por la cual la amenaza de su clausura provocó un movimiento de defensa sin precedentes.

 

La noche donde todo comenzó

La noche del 28 de junio de 1969, Seymour Pine comandó un operativo en el Stonewall que tenía el objetivo de arrestar a los hombres relacionados con la mafia y procesarlos por vender licor sin licencia.

Era la 1 de la mañana cuando las luces del bar se encendieron y la policía gritó para hacer explícita su presencia. Estas redadas eran comunes, en promedio se realizaba uno al mes: las autoridades revisaban las identificaciones de todos los asistentes, en caso de que una persona no la mostrara eran arrestados. Si una mujer no usaba por lo menos tres prendas de su sexo también era puesta en custodia.

Esa velada fue particular, los empleados del recinto dijeron que no se les avisó de la redada, como era costumbre. La policía normalmente se llevaban a las mujeres al baño para verificar su sexo, y en caso de haber una del sexo apuesto, se le arrestaba. En esta ocasión el hartazgo era tal que ellas se negaron a la revisión. A las mujeres se les sumó el resto, todos se reusaron a mostrar sus identificaciones y se oponían a los arrestos.

A pesar de la negativa, la policía logró realizar los arrestos de los mafiosos y de los rebeldes. No obstante, no se los pudieron llevar de inmediato debido a que no tenían un transporte, lo que los obligó a esperar. Durante ese tiempo se reunió una gran multitud a las afueras del Stonewall y los ánimos se calentaron. Corrió la palabra que el último rincón de tolerancia estaba por ser cerrado.

La gente se duplicó cuando llegó el trasporte, los primeros en ser introducidos a los vehículos fueron los miembros de la mafia, hecho que fue congratulado por la mayoría. Todo cambió cuando fue el turno de los empleados, se escuchó el grito de ¡Poder gay! y algunos otros comenzaron a cantar ‘We Shall Overcome’. Las palabras pasaron a la agresión física rápidamente, un hombre que fue empujado por un policía respondió con un puñetazo, una mujer se logró escapar de la custodia y la mayoría expresó su apoyo a los rebordes.

La mujer que logró escapar fue reaprendida por cuatro agentes… ante el forcejeo le gritó a los hombres: ¿Por qué no hacen nada?, pregunta que decantó en violencia. Los policías golpearon a algunas personas en su intento por controlar a la mayoría, pero cada acción encendía más los ánimos. Los arrestados se lograron escapar y la multitud intentó voltear los camiones de la autoridad.

Los policías no fueron preparados para la ocasión, el estigma hacia la comunidad los hizo creer que se enfrentarían ante una multitud de afeminados que no les harían frente. Cuando se dieron cuenta de la realidad, tuvieron que refugiarse en el bar y esperar por ayuda.

Al llegar los refuerzos los ánimos explotaron. En la multitud se escuchó el rumor que el recinto sería cerrado debido a que los dueños no pagaron su soborno, en respuesta, los protestantes decidieron pagarles aventándoles monedas y gritándoles: ¡cerdos! Las monedas se convirtieron en botellas y después en ladrillos, las personas estaban hartas del trato que habían recibido por años y nadie les podría hacer frente. El resultado final fue de trece personas arrestadas, algunas personas hospitalizadas y cuatro policías heridos.

 

Así comienza la esperanza

Los disturbios eventualmente fueron calmados, pero dieron origen a un naciente movimiento. El Stonewall Inn volvió a abrir, pero en esta ocasión con un centro donde se organizaban eventos de contracultura y de protesta para alcanzar los derechos civiles que tanto buscaban.

Un año después, se organizaron las primeras marchas para conmemorar el evento. Las protestas no sólo se quedaron en Manhattan, sino que fueron organizadas en diversas ciudades de Estados Unidos. Expresiones que se convirtieron en la primera marcha LGBT+ en el mundo.

 

¿Quién fue la primera transexual de la historia?

Lili Elbe es considerada la primera transexual de la historia, al menos, la primera de la que hay datos registrados. Lili nació en Dinamarca en 1882, nacida como un hombre, es la primera persona conocida en someterse a una cirugía de reasignación de sexo.

Antes de convertirse en Lili, se casó con Gerda Wegener, a quien había conocido en  la Escuela de Arte. Ambas eran artistas y trabajaban como ilustradoras.

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En una ocasión, Gerda le pidió que se pusiera unas medias y unos zapatos de mujer para terminar un cuadro, ya que su modelo femenina no se había presentado. Así surgió Lili. Esta experiencia, aparentemente insignificante, le permitió descubrir su verdadera identidad.

Cuando decidió someterse a la cirugía, su caso ya era conocido en Dinamarca y Alemania. El rey de Dinamarca invalidó su matrimonio en 1930. Lili Elbe consiguió obtener legalmente el cambio de sexo y de nombre, eligió el nombre del río que cruzaba la ciudad que la vio nacer como mujer: el Elba, y recibió un pasaporte donde figuraba su nueva identidad.

En junio de 1931, Elbe tuvo una nueva operación que consistió en la implantación de un útero y la construcción de una vagina, procedimientos nuevos y experimentales. Sin embargo, su sistema inmunológico rechazó el útero trasplantado y las secuelas acabarían con su vida en diciembre de ese mismo año.

 

La Marcha del Orgullo Homosexual

Fue un 29 de junio de 1979 cuando en el entonces Distrito Federal, se llevó a cabo la primera Marcha del Orgullo Homosexual. El movimiento era en protesta para exigir los derechos para la comunidad LGBT+, rechazando la intolerancia y el rechazo de la diversidad.

Este primer movimiento no logró concentrar más de un millar de personas, sin embargo, ese pequeño continguente marchó con la frente en alto por las calles de lo que hoy en día es la Ciudad de México, pidiendo igualdad y respeto.

Originalmente se tenía contemplando recorrer Paseo de la Reforma, comenzando por el Ángel de la Independencia, sin embargo en los archivos del Gobierno de México se menciona que l contingente fue desviado por la policía hacia la calle de Río Lerma para evitar que fueran vistos por la población.

En esos años no había eventos de clausura o conciertos, pero fue el inicio de las marchas del orgullo en el país hasta convertirse en nuestros días en una gran celebración que conmemora el esfuerzo que todos los guerreros arcoíris sumaron para regalarnos libertad.

 

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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