Chumel Torres en entrevista: “No coincido, pero no eres un güey p*ndejo”

Fuckup Nights en esta ocasión se alió con Johnnie Walker para traernos la Release Your Infinite Sessions, una noche para compartir historias que inspiran a descubrir #MyFuckingPropósito. Como ya es tradición en estas sesiones, el escenario fue testigo de diversas historias de fracaso que nos demostraron que las fallas son centrales para construir éxitos.

Chumel Torres cerró la noche con su historia de fracaso, y para llegar a ser una de las caras más conocidas de la sátira política en nuestro país tuvo que hacer frente a varios. Desde la renuncia a una carrera segura, hasta el rechazo de los medios de comunicación, y la pobreza.

En Playboy México tuvimos la oportunidad de platicar con el creador de El Pulso de la Republica momentos antes de que se apoderara del escenario, quien nos demostró que su impacto fue todo menos fortuito y que se trató de un trabajo constante.

PLAYBOY: Claramente tu plan no era abrir un canal de YouTube y generar contenido en Internet, ¿qué fue lo que te motivó a tomar este camino?

CHUMEL: Querer hacerlo en otra parte, yo quería hacer televisión y ahí me cerraron la puerta en las narices 80 veces. Dije “Fuck It”, a ver YouTube, y de repente todo explotó, la parte bonita es cuando te llaman de regreso y los rechazas.

PLAYBOY: ¿Cómo fue la concepción de El Pulso de la República?

CHUMEL: Fue enamorarme perdidamente de John Stewart, Stephen Colbert y de John Oliver, darse cuenta de que existe el humor inteligente. Los veía tanto que aprendí a escribir como ellos, en sus últimos años te podía decir el escritor de cada sketch, ya veía los estilos. Entonces cuando comencé a experimentar con El Pulso, me decía “quiero hacer uno igual” y me grababa en el estacionamiento de la maquila con un celular y probaba voces o personajes. Decidir hacerlo como yo soy, con mis palabras  y acento norteño, be Yourself.

PLAYBOY: Mencionas a Colbert, en su The Colbert Report creó un personaje que parodiaba a un comentarista de derecha, ese papel terminó por eclipsar a la persona que lo creo, ¿El Chumel Torres que vemos en la pantalla es diferente al de la vida real?

CHUMEL: La cosa con Colbert es que es un personaje muy difícil, tienes que pasar por un John Stewart para entender este tipo de personajes, entender que es broma. Al principio yo quería ser un Colbert y la banda pensaba que era real, decían “¡pinche ricachón de mierda!”, ¡es ironía! Es otro pequeño fracaso.

PLAYBOY: ¿Entonces el Chumel de antes era un personaje?

CHUMEL: La neta no tanto, si me oyes hablar es como hablo en El Pulso, nada más un poco más gritado; pero El Pulso me enseñó algo muy bonito, soy mamá de él pero a la vez en algunas cosas es mi papá. Te enseña que si no te divierte a ti, no le va a divertir a alguien más y si tú no le entiendes nadie más lo hará. Mantenerlo simple… muchas veces me pasa que cuento un chiste y si se ríe el de la cámara ése hay que dejarlo. No tienes que ser este Brainiac cerebral del guion perfecto.

PLAYBOY: ¿Te consideras un líder de opinión?

CHUMEL: Es muy difícil ese tema, si bien lo que hacemos es bastante popular y la gente luego usa El Pulso para muchas cosas, me gusta pensar en que somos una puerta de entrada a la política. Somos “Ciencias Naturales”, no somos “Genética”, que bien que con el canal te enteres del pedo que está pasando en Venezuela y después ves una entrevista con Ciro Gómez Leyva, ves otra cosa con Aristegui o con Ruiz Healy y ya sabes, ¿por qué? Porque yo te enseñé el Abc.

PLAYBOY: En este sentido, ¿cuál es tu objetivo?

CHUMEL: Hacer comedia política y después hacer comedia política. Te lo juro, si me preguntaras “cuál es tu trabajo ideal” te contestaría que es éste, soy el niño que se convirtió en astronauta.

PLAYBOY: ¿Cuál crees que fue la razón de su éxito?

CHUMEL: Divertirme haciéndolo, eso te motiva bien cabrón. Cuando no hay vistas, o cuando vas empezando, el sólo hecho de hacerlo es emocionante. Es como alguien que va a un gimnasio o comienza a hacer ejercicio, no estás mamado, pero qué divertido es ir a remar, salir en la bicicleta.

PLAYBOY: ¿Cuál crees que es tu mayor responsabilidad?

CHUMEL: Sí es una responsabilidad, sí hay temas que me la pienso dos veces para tocar. También es parte de estar en la luz pública, no puedes dejar que eso te venza y tenerle miedo a tus propias opiniones. Más bien hay que ser lo suficientemente inteligente por si alguien reta tu opinión, decir: “no estás pendejo, pero yo tampoco”, entonces platiquemos.

Me han pasado cosas muy bonitas, me pasó en Los Cabos, nos fuimos a un bar y un güey se me acerca y me dice: “veo tu contenido, no pensamos igual, pero respeto lo que dices, ¿podemos platicar?”, ¡Obvio!, eso de “no coincido, pero no eres un güey pendejo”, ni yo tampoco, una charla en la que acabamos siendo más brothers. Platiquemos, está más chingón.

PLAYBOY: Y eso es lo que se necesita ahora

CHUMEL: ¡Hablarse! Eso me lo enseñó mucho la guerra en Chihuahua, en ese tiempo no había bares, antros, nada. Las fiestas se empezaron a hacer en casas, ¿qué pasaba con eso? De repente ibas a la casa del punk, del grupero o de los vatos cholos, esa era la fiesta. Teníamos que mantenernos activos, la ciudad respirando, te comienza a girar la rata y te das cuenta que al final queremos lo mismo. Tú quieres vivir en paz, tener una familia, pasarla de huevos y que te vaya bien en la vida; Dude, same story, que tú tengas una corriente de pensamiento y yo la otra, mamón, el final es el mismo. Si pensamos los dos en que no nos cargue la verga vamos a encontrar muchos más puntos en común que en contra (a menos de que seas un psicópata).

PLAYBOY: De repente te convertiste en una figura pública, ¿es difícil adaptarse a esa vida?

CHUMEL: Trabajamos tanto que no te das cuenta que de repente tienes un millón de vistas, una vez me pasó en Tepic, Nayarit, cuando un chavo me preguntó “¿qué se siente alcanzar el éxito?”, en ese momento le contesté que no me había dado cuenta, pero que en ese momento me había hecho sentirlo. Sin embargo, como estás aquí [simula estar en la computadora] es como “ya grabamos, bueno hay que hacer el siguiente”, como un peleador que nunca tiene La Pelea, siempre es otra. La vida no es el escenario, es el escritorio.

PLAYBOY: ¿No tuviste un momento en el que te diste cuenta que ya no sólo era un pequeño proyecto en Internet?

 CHUMEL: Tienes momentos muy bonitos: una vez que me tocó dar un discurso en el Capitolio de Estados Unidos, cuando Stan Lee sabe quién soy, ese tipo de cosas son como medallitas. Saberlas apreciar es bonito, la primera vez que me fui de vacaciones, que le compré una motocicleta a mi papá, ahí me di cuenta que mi chamba estaba dando para que la banda sea feliz.

Yo me baso mucho en el ejemplo de Elon Musk, cuando inventa PayPal, tú y yo hubiéramos dicho “ya estamos, esto durará para siempre”. En ese momento él dijo “Tesla” y todo nació, no es gente conforme, tiene sed y es una sed sana.