Fuckup Nights nos cuenta los fracasos de Chumel, Pambo y Aquiles Chávez
Vivimos en una sociedad que únicamente se enfoca en los triunfos, ya sea en entrevistas, memorias o en las redes sociales, todo parece ser una épica griega que narra el triunfo del héroe. El fracaso siempre se oculta y se evita, pero es central para forjar un proyecto exitoso.
El riesgo de no fracasar
El miedo a fallar puede tener consecuencias catastróficas, en 1986 la NASA preparaba una misión espacial que llevaría, entre otras personas, a la civil y maestra Christa McAuliffe. El lanzamiento se había atrasado debido a problemas con el transbordador.
Un día antes de la misión la NASA consultó con un grupo de ingenieros si no había problemas para realizar el lanzamiento. Allan McDonald, que en el tiempo trabajaba en el equipo de consultores, determinó que las condiciones ambientales del día siguiente podían afectar una parte del aparato.
La NASA desestimó su recomendación, no podía verse en la penosa situación de retrasar el evento una vez más, razón por la cual aprobó el lanzamiento. El día era el 28 de enero y 73 segundos después del lanzamiento el Challenger se desintegró, ninguno de sus siete tripulantes sobrevivió.
Noches de fracaso
La negativa de la NASA por aceptar un fracaso provocó una tragedia, claramente la mayoría de nuestros fracasos no tiene consecuencias de esta magnitud; pero una actitud similar puede limitar notablemente nuestros proyectos.
Esta es la idea detrás de Fuckup Nights, un movimiento que nació en el 2012 tras una noche de copas en la que unos amigos se dedicaron a contar sus fracasos. Con más de 304 ciudades visitadas, se ha convertido en un movimiento mundial que celebra todas las vallas de la vida para animar que las personas cumplan sus sueños.
Recientemente, Fuckup Nights, organizó la Release Your Infinite Sessions, una plataforma para compartir historias que inspiran a descubrir #MyFuckingPropósito. El evento se realizó gracias a Johnnie Walker, la mítica empresa escocesa que también se fundó tras un fracaso: cuando John Walker fracasó como vendedor de tés y utilizó su conocimiento en las hierbas para crear el mejor whisky del mundo.
En esta ocasión, Aquiles Chávez, destacado cocinero mexicano, nos habló de su aventura en varias sociedades fallidas, quienes le enseñaron que para triunfar en el mundo gastronómico no sólo se requiere pasión por la cocina.
Por otro lado, Pambo, la cantante la cantante mexicana, contó la forma en que los corazones rotos se convirtieron en la esencia de su música. A partir de ese momento se convirtió en una persona que vivió de su fracaso.
Cerramos la noche con múltiples rechazos de medios de comunicación, largas caminatas sin dinero y un Red Bull y un Mamut, todos elementos cruciales en la historia de Chumel Torres y la creación de su más exitoso hijo: El pulso de la república.
Próximamente publicaremos las entrevistas completas que tuvimos con Chumel Torres y Aquiles Chávez.
