¡Hola, amigos!, bienvenidos nuevamente a La Sexoteca de Eugenia. Hoy quiero compartirles algo que me parece un tema que puede dar respuestas a esas preguntas que con frecuencia me hacen muchos de ustedes en mis redes sociales y correo electrónico y que están relacionadas con la angustia que para muchos representa, el no poder dejar de ver pornografía.
6 famosos que enfrentaron una adicción al sexo
“No puedo dejar de ver porno”, “Si no veo porno no funciono”, “Tengo que ver porno antes de ponerme en acción”, “Tengo que ver porno mientras estoy con mi pareja porque si no, no se me para”.
Frases como estas me escriben por montones. Posteriormente comienzan a narrar cómo esto les genera angustia, o conflictos con la pareja, o simplemente quieren saber a qué se debe que no pueden soltar esa pantallita.
Esto es más frecuente de lo que creemos, desafortunadamente. Y uso esa palabra, porque realmente es desafortunado que muchos hombres dependan del porno para lograr la excitación. Así que, si eres uno de ellos, hoy voy a invitarte a que veas este “problema” de otra manera.
Ninfomanía y satiriasis, ¿la adicción al sexo es real?
Normalmente cuando dependes, en este caso, de ver porno, para poder excitarte o mantener una erección, tu cerebro te está diciendo en realidad otra cosa. Tu cerebro no te pide pornografía, ESA ES LA FUGA, la salida, pero es muy probable, que lo que realmente necesite sea algo totalmente distinto.
Un ejemplo frecuente de “adictos al porno” son: Adolescentes sin privacidad, sin dinero, sin vida sexual activa. Personas con dificultad para socializar, sin esas habilidades sociales que les permitan acercarse a otras personas. Personas sin autoestima o amor propio, inseguras, tímidas. Hombres con pene chico (o que creen que lo tienen chico, este es un gran tema, ¡créeme!). Trabajadores de plataformas petroleras o barcos pesqueros que pasan meses en altamar, sin posibilidad de contacto erótico. Personas con vidas eróticas y de pareja frustradas. Etcétera.
Visité un grupo de adictos al sexo
Es decir, si no puedes dejar de ver porno, lo que realmente importa es LO QUE TE MUEVE A ELLO. Al observar lo que te impulsa a verlo, te das cuenta de lo que realmente debes de trabajar. Y al hacerlo, con psicólogo, sexóloga, urólogo, o el especialista que requieras, es muy probable que se termine en la gran mayoría de los casos, la “adicción al porno”, porque no hay tal adicción, sino una fuga a eso que en realidad no estamos atendiendo.
Nuestro cuerpo, nuestro cerebro, es mucho más sabio de lo que nosotros creemos. Y tiene muchas formas de hablarnos y de decirnos lo que necesita. Solemos ser nosotros los que con frecuencia no sabemos interpretarlo.
¿Crees que puede ser tu caso?
Soy Eugenia Flo, sexóloga sustantiva. Y recuerda, que “El mayor placer, te lo da el saber”.