#PlayboySeLee: Los ricos deben sufrir

La película cuenta la historia de Germán Noble (Gonzalo Vega), y sus tres hijos: Barbie (Karla Souza), Javi (Luis Gerardo Méndez) y Cha (Juan Pablo Gil); todo ellos niños bien, adinerados e irresponsables. Para darles una lección de vida, su padre inventa una historia de desfalco y se los lleva a vivir a la pobreza absoluta y ahí empieza lo divertido del asunto.

 

Nadie sabe cómo ni por qué esta comedia ha tenido tanto éxito. Los críticos la odian, pero la gente la ama. Hace reír a las personas, es la explicación común de quienes acuden al cine no a pensar, sino a pasar un buen rato.

 

Nosotros los Nobles es todo un fenómeno. Es motivo de fiestas de disfraces en las que orgullosos los niños ricos de México se asumen como “Mirreyes” y “Barbies”. Hay incluso quienes memorizan los diálogos de la película y los escenifican en sus borracheras.

 

Ha sido tal el éxito que Estados Unidos quiere hacer su propia versión de la película mexicana. En Italia también quieren comprar los derechos para adoptarla, y los brasileños ya dijeron que quieren sus propios Nobles.

 

Gary ya se prepara también para escribir la segunda parte de Nosotros los Nobles, pero antes filmará una película, una comedia también, en Chicago y hablada en inglés, sobre las religiones. La historia tiene como personajes a una estudiante de filosofía, un taxista judío y otro personaje musulmán. El presupuesto será de dos millones de dólares, pero “no hará los números de Nosotros los Nobles”, dice el director. 

 

 

(Risas). Como el rey de la taquilla. Nunca imaginé tener tanto éxito.

 

¡Con la cuba más grande del mundo! Contando chistes, cenando con mi familia, mi mujer, mi hermano, los actores, el productor, riéndonos de todo.

 

No, la película está llena de huecos, todavía me falta mucho por aprender.

 

Que lo sencillo es algo complicado, siempre he dicho eso.

 

Nada. Trabajé mucho tiempo para que quedara como yo quería, que era una comedia de estructura clásica hollywoodense.

 

Una película que es divertida, que te hace reír y sirve también para criticar.

 

No. Mi hermano es chistoso, él sabe hacer a la gente reír, lo tiene a flor de piel, yo tuve que apoyarme en gente chistosa, yo ni siquiera soy chistoso.

 

 

Que se me abran puertas, que conozca gente, que me ofrezcan proyectos y pueda trabajar en cualquier parte del mundo.

 

Nunca. No creí que una comedia lograría plasmar tantos sueños depositados en la magia del cine y haberlo realizado me llena muchísimo. Pero no hablo en nombre del cine mexicano, sólo hice una película más.

 

Pensé que si metía 80 millones de pesos en taquilla estaba bien, pero si rompíamos la marca de los 100 millones de pesos me daba por bien servido. (La película ya superó los 300 millones de pesos).

 

 

Lo primero que hemos visto del fenómeno de Nosotros los Nobles es lo fuerte que conectó con los jóvenes, que típicamente es un mercado medio no pelado por los cineastas, la adoptaron, se están aprendiendo los diálogos y los están posteando en Twitter y Facebook.

 

Yo me iba a la escuela, con mis amigos, todos en car-pool, y nuestra conversación básicamente era de Ace Ventura (con Jim Carrey, 1994) y Loco por Mary (con Cameron Diaz), eran puras comedias de ese tipo.

 

Que la película funcionara en las salas, que lo que la gente viera en la pantalla fuera lo mismo que les vendiéramos fuera de ella.

 

Los tres personajes salen de mí mismo, de mi hermano, de mis primos, de mi vieja, sus primas. Quería que Lucho (Ianis Guerrero), el pobre, y la Barbie (Karla Souza), la rica, fuera como un Tarzán. Que para Bárbara, la Central de Abastos fuera como una jungla, eso es lo que pasa en Tarzán.

 

A México lo demonizan o lo caricaturizan como un pueblito de huaracheros y no he visto que se haga una representación fiel de que hay un México de la élite y un México de la Central de Abastos y la parada de peseros, y que esos dos mundos coexisten.

 

Claro, es como cualquier comedia. Pero también está ese cine, de arte o de autor, con ese tono deprimente y feo, y muy crudo sobre la realidad, es una realidad de México, pero no es toda la realidad. El cine debe distraer al público, la gente la está pasando muy mal y debe tener, por lo menos en la pantalla, la satisfacción de ver a los ricos sufrir.

 

En la Central de Abastos, si no interfieres con las operaciones te dejan trabajar, en el paradero del Metro Tacubaya primero no nos querían dejar filmar y al final los choferes terminaron actuando para nosotros, como amigos del Javi, y lo hicieron muy bien, incluso ellos mismos cerraron el paradero e hicieron todo lo necesario para hacer la película.

 

Que tienen derecho a su opinión, que no hice esta película para los críticos ni para los festivales, porque son comités. Yo la hice para el público; te puedo decir que el público y yo nos entendemos con esta cinta, si ellos no se entienden ni con el público ni con mi película, no sé qué decirles.

 

Solamente una vez, en el súper, creo.

 

Aprendí que las estrellas no importan ni los actores famosos, lo que importan son las historias, y que en México a la gente le gusta verse reflejada en la pantalla.

 

 

> En su séptima semana de audiencia, Nosotros los Nobles, película de Alazraki, destronó a El crimen del Padre Amaro, de Carlos Carrera, con Gael García Bernal, que ocupó el primer lugar de taquilla durante más de una década, de 2002 a 2013, con 5.2 millones de espectadores.

 

> La película mexicana, de poco más de 2 millones de dólares de producción, sólo fue superada en México por dos mega producciones de Hollywood: Iron Man de Disney y Star Trek. En la oscuridad, del niño genio del cine de acción, J.J. Abrams.