“Standing up or going down like James Dean or James Brown
Norma Jean and Kurt Cobain but what about Jimi Hendrix, man,
Oh, she’s a legend, I know it, she’s crazy about Willie, Cash and Elvis,
John Lennon said it best it’s the starman, he’s the best next to me”.
Mrs. Henry
“Escucha ‘Tommy’ mientras una vela se consume, y verás tu futuro”. La frase habita en una nota que la hermana mayor de William Miller le deja escrita como despedida. Además de la profecía, le hereda su colección de discos. Entre ellos hay uno de Led Zeppellin, Neil Young y Cream. Influido por esa ópera rock el muchacho se convierte en un periodista musical que documenta una gira de la agrupación ficticia Stillwater.
Lo anterior tiene lugar dentro de “Almost Famous”. La película en la que Cameron Crowe vierte sus experiencias como reportero de la Rolling Stone. Uno no puede sino pensar en el largometraje que marcó a decenas de escritores musicales cuando realiza una cobertura en la misma ciudad en la que William Miller conoce al legendario Lester Bangs.
Henos aquí para atestiguar la actuación de un grupo local. Se llama Mrs. Henry. La lidera el compositor y guitarrista Daniel Cervantes, quien a los siete años de edad fue iluminado igual que William Miller. En su séptimo cumpleaños recibió de manos de su hermana dos discos de rock: “Magical Mystery Tour” de The Beatles e “Insomniac”, de Green Day. Los escuchó hasta el cansancio. También lo hizo con “Tommy”, de The Who, que encendió en su cabeza más la llama por escribir su propia ópera rock.
El primero de los tres actos está listo: “The Sex Sells, Love Drugs, Rock N Roll Society”. El que nos convocó a una aventura en el mismo San Diego donde William se subió por primera vez al autobús de Stillwater en 1973. Y en el que vuelve a casa destruido, después de que los músicos interpretan espontáneamente “Tiny dancer” y la Penny Lane encarnada por Kate Hudson pronuncia su contundente: “Estás en casa”.
Un camión muy parecido al que transportó por carretera a una docena de periodistas mexicanos desde el aeropuerto LAX de Los Ángeles hasta el reconstruido hotel The Guild. El que en su página de Internet advierte “los mejores road trips conducen a San Diego” y 72 horas de excesos después podemos decir que no se equivoca.
Comenzó un día antes del concierto de Mrs. Henry, reunidos delante de cinco de aquellos reporteros, Daniel Cervantes, el bajista y cantante Blake Dean, el baterista Chad Lee y el tecladista y cantante Jody Bagley, explicaban a 34 pisos de altura, en el University Club de la ciudad californiana, por qué estrenar una ópera rock en el mismo año que Gene Simmons dijo que el rock ha muerto.
“Este primer acto define el escenario y plantea los personajes. Es similar a Star Wars: A New Hope. Antes de entrar de lleno en la historia, tienes que saber quién es Darth Vader y quién es la Princesa Lea. En este disco hay una canción que se llama ‘Back in the Beginning … a Kid at Heart’ que habla la primera vez que grabas una canción y entras a un estudio. ¿De qué vas a cantar? Pues de lo que sabes a los 18, 19 años. La vibra del rock and roll. Las drogas. El sexo”, explicó Daniel.
Pero a los 18 o a los 43 nunca es tarde para encender un churro de mariguana en el baño de la habitación (de cualquier modo aquí es legal) o vaciar tres botellas de mezcal a bordo de un autobús con los vidrios polarizados.
—Güey, yo sí quiero esnifar hormigas— me dijo un colega radiofónico cuando le comento que a los periodistas del tour poco nos falta para ser los Mötley Crüe de los 80 en “The Dirt”.
Lo que nadie te dice sobre las drogas sexuales
El hígado casi reducido a cenizas no extinguió la emoción de mirar un concierto en vivo después de más un año y medio de insoportable silencio, nos presentamos en el Music Box de San Diego.
Una prueba negativa de Covid en el celular sirvió como salvoconducto para ingresar a una sala que nada tenía de hoyo funky. Desde el ascensor que depositaba a los músicos sobre el escenario hasta la pantalla digital en la que se leía el nombre de la mixología (desde el The Dark Side of the Mule hasta el Bind Melon, ambos con vodka), aquello se parecía más a una estación espacial como la que Bowie describe en “Space Oddity” en la que “las estrellas lucen distintas este día”.
Como abridores, en la tradición de los White Stripes y los Black Keys, los locales Moxi & Loon (Nick Fulsher y Jake Jarz) demostraron que sin bajo se puede construir un muro potente de sonido; mientras que ThunderBeast, también de San Diego, decidieron recargar su acto en su energético vocalista Calen Lucas que no escondió su fascinación por Wolfmother.
Entrevista con Mrs. Henry acerca de su ópera rock
Cerca de las 10 le tocó a Mrs. Henry levantar el telón de la ópera rock. Sus integrantes subieron al escenario ataviados con los mismos trajes de astronauta y los casos que simulan unas esferas disco, para después volver a colgarse los instrumentos.
De nada valdría estrenar un disco conceptual si no se tocado completo y en orden. Mrs. Henry lo hizo. Desde el preludio vocal “Keep on rising” hasta la clausura “The Sex Sells, Love Drugs, Rock N Roll Society”.
Sorprendente la química entre los cuatro. La ejecución quirúrgica de Daniel. El carisma de Jody, indiscutiblemente influido por Elton John. La energía de Chad y el punteo de Blake. El apetito de un público, sobre todo el contingente mexa, al que ya estaba harto de los conciertos online.
Los Casi Infames. Eso fuimos. Los que como en el video “Peace, Love, Rock N Roll” se fueron acercando al púlpito de una iglesia imaginaria atraídos por el milagro de la música tocada en vivo.
“Escucha ‘Tommy’ mientras una vela se consume, y verás tu futuro”, le dijo su hermana Anita al imberbe William Miller.
La vez que platiqué con Daniel Cervantes me comentó a propósito de su idea de componer este álbum de Mrs. Henry: “Espero que ´Keep on Rising´ pueda inspirar a un adolescente. Ese mismo chico podría grabar un disco conceptual dentro de 20 años”.