Sila: Mi cita con un sex toy
La pandemia que sufre el mundo por COVID 19, nos ha traído malas experiencias y un tanto tristes, sin embargo, el confinamiento también nos ha llevado a reconocernos y reconectarnos con nosotras mismas.
A mediados de la pandemia, la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (AMSSAC) reportó un aumento en las fantasías sexuales y el sexting de un 34% y 39.3% respectivamente. Y por consecuente, un incremento hasta del 200% en la venta de sex toys.
De igual manera, la Asociación afirmó que quienes tienden a hacer mayor uso de los sex toys, son las mujeres que viven solas… este es mi caso.
Mi primer sex toy
Y es que luego de casi seis meses de confinamiento, el ocio me llevó a nuevas formas de vivir mi sexualidad, siendo la masturbación una de ellas.
Y como caído del cielo, llegó mi masajeador de clítoris sónico Lelo Sila, mi primer sex toy.
En primera instancia, cuenta con un diseño elegante con un tipo espejo en el medio que lo hace sofisticado; complementado con un color lila que le da ese toque de diversión; tres botones camuflados en la silicona y una entrada para el cargador USB.
Al tocarlo te da una sensación de suavidad y confort, como si fuese la piel de otra persona y aquí viene la fantasía.
Así cambió el sexo casual durante la pandemia
Mi cita con Silo
Romanticé el momento, pues ahora solo dependía de mí el pasar un buen rato.
Encendí una vela Forbidden Fruits y su aroma a fresas silvestres y champán me hicieron olvidarme de todos los problemas y a animarme a darme un ligero masaje que comenzó con caricias en mis piernas, luego en mi pecho y finalizando en mis glúteos con un lubricante de bolsillo sabor a manzana (sí es comestible y sabe delicioso).
Era momento de la entrada estelar y aunque sentía una sensación húmeda nunca está de más un poco de gel lubricante y apliqué el Intensity Female sobre mi vulva, ahora aumenta la temperatura.
Lelo Sila cuenta con ocho modos de vibración -mismos que puedes modificar con el botón de encendido- y que varían entre las ondas sónicas y la velocidad de la boquilla; la intensidad de cada opción se puede modificar con lo botones de + o –, y por supuesto que estaba dispuesta a recorrer cada una de esas experiencias.
Las ondas se sienten apenas al acercar a Sila unos centímetros, quizá a ello se debió que lograra llegar al clímax apenas en el segundo movimiento, pero no dejaría que las dos horas de duración de batería terminaran ahí.
Las vibraciones se distribuyen por igual en todo el sex toy, no únicamente en su centro, por lo que no solo mi clítoris se sentía satisfecho, sino con el, el resto de la vulva.
One more time
Entonces continué, busqué los movimientos más lentos y en los que la parte interna de la boquilla daba pequeños golpecitos en el clítoris, luego aumenté la intensidad para cambiar a la vibración continua… quedé.
Mi mano agradeció no haber tenido que esforzarse mucho en esta ocasión y solo tener que oprimir un par de botones para seguir el ritmo de mi excitación sin pausas.
Por si fuera poco, seguí por algunos minutos más y llevé la boquilla por cada rincón de la vulva, desde los labios menores a los mayores, como sellando la carta que espera pronto ser abierta por el mismo remitente.
Las primeras experiencias sexuales de las mujeres, no siempre suelen ser lo que esperamos; ahora agradezco que marcas como Secrecy nos acerquen más a la autoexploración, porque siempre es mejor antes conocerse a uno mismo, para luego poder compartir mejores aventuras con nuestras parejas y llevarnos -literal- un buen sabor de boca.
