La moral de Hollywood ahora tras el director de Guardianes de la Galaxia
La semana pasada James Gunn, director de Guardians of the Galaxy, fue despedido por Disney a raíz de una serie de tuits. Los comentarios los publicó en el 2009 y bromeaban con temas como pedofilia y los ataques del 11 de septiembre; los mensajes fueron borrados en su tiempo, pero recientemente fueron publicados nuevamente.
La empresa estadounidense despidió al director y justificó su acción al mencionar que las bromas fueron indefendibles, sin importar su antigüedad. Gunn respondió al escándalo aceptando la responsabilidad, además se justificó diciendo que en el principio de su carrera era un provocador y buscaba hacer este tipo de comentarios para generar controversia, pero que esos comentarios no reflejaban su manera de pensar actual.
Mensajes de apoyo
El despido no fue bien recibido por actores y seguidores del trabajo de Gunn, al poco tiempo se abrió una petición en change.com para solicitar la recontratación del cineasta.
A las voces se les sumó Michael Rooker, interprete de Yondu en la película, quien cerró su cuenta de Twitter en protesta por el despido. Selma Blair realizó la misma acción, no sin antes defender al cineasta mencionando que se trata de un gran hombre y que las personas no pueden ser castigadas a pesar de sus cambios.
El elenco actual de Guardians of the Galaxy¸ incluyendo a Chris Pratt, Zoe Saldana, Vin Diesel y Bradley Cooper se mantuvo en silencio por un tiempo, pero recientemente publicaron una carta donde hacen explícito el apoyo total. En el texto se lee: “Esperamos que americanos de todo el espectro político aligeren el asesinato de personajes y paren de armar a la mentalidad de masas”.
La tiranía de la moral
Hollywood por años se caracterizó por personajes, discursos y películas racistas y discriminatorios. Se trataba de un reflejo de su tiempo, la era a cambiado y ese tipo de representaciones ya no son aceptables.
Disney tiene el derecho de despedir al director, esa clase de comentarios afectan a su marca y la empresa hará todo lo posible para brindar su mejor cara. No obstante, en la decisión detrás del despido de Gunn existe un problema mayor que no tiene que ver con la era de la inclusión.
Los comentarios son indefendibles, cuestión que el mismo director aceptó y aseguró que en aquel tiempo se encontraba en un momento distinto de su vida, además que en la actualidad se avergüenza de las bromas. Su defensa sería cuestionable si continuara realizando esas aseveraciones o personas cercanas a él afirmaran que lo representan; pero las muestras de apoyo y su trabajo en las salas de cine son prueba que el cambio fue verdadero.
El despido sería una muestra de una sociedad sin la capacidad de perdonar, donde una broma de nueve años tendría más importancia que el trabajo de una vida, un mundo tenebroso en el que todos debemos temer las consecuencias de cualquier comentario. Como lo dijo un famoso sabio de la antigüedad: “Quien esté libre de pecado, que despida al primer director”.
