El rayalibros: 1984 es otra vez hoy

Por: Adán Medellín 02 Sep 2019

Desde el siglo pasado, escritores como George Orwell anunciaron los peligros del control estatal sobre cada aspecto de la vida de los ciudadanos, un control disfrazado de buena voluntad y armonía generalizada.
El rayalibros: 1984 es otra vez hoy

La sensación de que vivimos un momento apocalíptico en el mundo crece más y más, no sólo por los desastres naturales que se reportan constantemente, sino por el regreso de gobiernos y regímenes conservadores en distintas regiones del mundo.

Pero los discursos de odio y la pérdida de la libertad individual para favorecer un discurso político totalitario no son algo nuevo en la civilización humana. Desde el siglo pasado, escritores como George Orwell anunciaron los peligros del control estatal sobre cada aspecto de la vida de los ciudadanos, un control disfrazado de buena voluntad y armonía generalizada que se materializó en 1984, una de las novelas más emblemáticas de la centuria pasada.

Ahora, el universo distópico de Orwell regresa a la Ciudad de México con una nueva adaptación de Robert Icke y Duncan Macmillan, bajo la dirección de José Manuel López Velarde, que vuelve a contarnos la terrible historia de Winston Smith, quien choca con el Partido que controla la vida social cuando, en un futuro cercano, comienza un diario donde registra algunos de sus recuerdos, sueños y dudas sobre el régimen en el que vive.

Cortesía del Centro Cultural Helénico

Este video te puede interesar

Este régimen funciona con base de algunas sentencias paradójicas y contundentes como “La libertad es la esclavitud” o “La ignorancia es la fuerza”. Con ellas, el Partido ha absorbido todas las posibilidades de memoria, organización y hasta de ilusiones de sus ciudadanos. Además, ha borrado los rastros de toda disidencia y creado una atmósfera de guerra que privilegia el miedo y la paranoia colectiva. Winston (Antón Araiza) buscará alzarse contra esto creándose un espacio autónomo y clandestino para iniciar su propio conspiración y para vivir el amor con Julia (Vanesa Restrepo), un par de hechos prohibidos en la asfixiante estructura donde viven.

El Rayalibros: literatura y Spotify

Pero el Partido que todo lo sabe gracias a la vigilancia del Big Brother castigará con toda su fuerza al insurgente llevándolo a un enigmático cuarto en el llamado Ministerio del Amor, donde lo torturará psicológicamente enfrentándolo a su miedo más profundo y obligándolo a traicionar a la persona que más ama.

Aunque posee un desarrollo parsimonioso en su primer tercio, esta versión de 1984 se acelera para impactar al espectador a partir de la captura de Winston y la tortura mental a la que se ve sometido. Mientras O´Brien (Constantino Morán), el agente del Partido, cuestiona la percepción de la realidad y la disidencia de Smith, los asistentes también se cuestionan sus maneras de construir el mundo y qué han cedido de sí en aras de alinearse a alguna postura ideológica. Aprovechando la ambientación de pantallas, potentes luces frías y sonidos, nos asfixiamos junto a Winston Smith. Y es que un mundo sin espacio para la disidencia, la duda o los sueños humanos es, sobre todo, una prisión perpetua.