Si John Lennon estuviera vivo, este viernes 9 de octubre estaría cumpliendo 80 años. El Beatle de los anteojos redondos probablemente sería un viejito encorvado, malhumorado, millonario y quizá aún mantendría su acérrima rivalidad con su ex compañero vegetariano Paul McCartney.
Seguramente seguiría haciendo música y muy probablemente, continuaría casado con Yoko Ono, que en la actualidad sigue activa a los 87.
Es posible que John volteara de vez en cuando al pasado y se acordara, con cierto placer mezclado con remordimiento, de su temporada de Playboy. El autor de “Imagine” atravesó por una crisis masculina un poco antes de sus 40 en la que se entregó a los placeres epicúreos y dejó de lado la estabilidad familiar.
Durante más de un año y medio, se emborrachó hasta perder el sentido y se relacionó sexualmente con una joven once años menor.
Yoko y él mantenían una relación que a los ojos de los demás podría resultar extraña. Según se consiga en el libro Nowhere Man: Los últimos días de John Lennon, de Robert Rosen, John y Yoko dejaron de tener relaciones sexuales desde principios de los 70 y siempre se refería a ella como “Madre”.
Lennon había caído en una depresión. Componía muy poco y pasaba mucho tiempo en la cama.
Así que Yoko lo convenció de tener una aventura. Durante 18 meses, el músico británico se separó de su mujer y se entregó a la dulce juventud de May Pang, la asistente de Yoko. Por raro que parezca, Ono no sólo le pareció correcto sino que los dejó solos.
A este periodo de su vida, John Lennon lo bautizó como “El fin de semana perdido”. The Lost Weekend tuvo como principal escenario un lujoso penthouse ubicado en Manhattan que recientemente se puso a la venta por 5.5 millones de dólares es el precio.
El departamento de tres pisos en el que Lennon se entregó a una vida similar a la de Hugh Hefner junto a su joven “conejita” asiática, abarca una superficie de más de 1,200 metros cuadrados. Cuenta con una vista privilegiada y panorámica del East River neoyorkino.
Desde ahí, John Lennon y May Pang aseguraron haber visto un ovni.
También sirvió como locación para la sesión fotográfico que se le realizó al ex-Beatle y que se publicó en la revista Interview, de Andy Warhol en 1974. Poco después de recogerse estas imágenes de Lennon, él abandonó a May Pang y volvió con Yoko.
Fue por ese tiempo también que Lennon lanzó su cuarto disco sin los Beatles. En realidad fueron tres los álbumes que John produjo mientras disfrutaba de su “Lost weekend”. Estos fueron Mind Games (1973), Walls and Bridges (1974) y Rock and Roll (1975).
Si bien a John se le asocia con ideas de izquierda, no puede ocultarse que era millonario y muy excéntrico. Le gustaba vivir onerosamente: disfrutar de los buenos vinos y la buena comida. Prueba de ello es el penthouse donde se recluyó con May Pang.
Está situado en lo alto de un exclusivo edificio construido en 1928 en Sutton Place. Cuenta con una terraza envolvente a la que se puede acceder desde cualquiera de las cinco habitaciones principales del tercer piso.
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Ese mismo nivel tiene además cuatro baños completos, cuatro chimeneas, una biblioteca, una cocina equipada de chef y un comedor con capacidad para 20 personas.
¡La Mansión Playboy en formato departamento!
Mi selfie en la Mansión Playboy
El segundo piso del penthouse aloja la alcoba principal que tiene un techo de cuatro metros de altura. Está equipada con dos baños completos, chimenea (por cuando hace frío en Nueva York es súper necesaria) y un vestidor de dos niveles con percheros giratorios.
Una estrella de rock como John Lennon necesitaba de un sitio así para guardar sus outfits.
En el piso más bajo del departamento en el que la pareja construyó ese nido de pasión está habitado exclusivamente por un enorme dormitorio al que se puede acceder por una entrada privada. Si hablara, seguro podría escribir un libro contando todo lo que sucedió en su interior.
De entrada, fue la época en la que el músico vivió más a tope. Consumía mucha cocaína y bebía hasta caerse.
En 1975, la relación de May Pang con Lennon se terminó. El músico regresó con Yoko Ono, procrearon juntos a su hijo Sean y con la artista japonesa pasó sus últimos años hasta que el 9 de diciembre de 1980 Mark David Chapman lo asesinó.
Pero el célebre departamento en el que el “Fin de semana perdido” tuvo uno de sus principales escenarios, el otro fue una casa que John y May habitaron en Santa Mónica, California, se encuentra a la venta por 5.5 millones de dólares.
Además de la atención personal de un portero, hay algo más que no ha cambiado desde aquellos tiempos. Sigue siendo pet friendly. Además de las visitas ocasiones de Julian, el hijo que John tuvo con su primera esposa, Cynthia Powell, además de la pareja en el departamento vivían dos gatos: Major y Minor.
Seguro ellos también se dieron vida de Playboys.