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El BDSM —acrónimo de Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo— ha dejado de ser un tabú para convertirse en una práctica erótica explorada por muchas parejas o personas solas que desean ampliar sus horizontes sensuales. Pero entrar al mundo del BDSM sin preparación puede generar riesgos físicos y emocionales: por eso es fundamental conocer sus bases, reglas y mitos.
El BDSM no se reduce a sadismo y masoquismo, y no es necesariamente sinónimo de violencia. En su núcleo, se trata de juegos de poder consensuados donde roles de “dominante” y “sumiso” pueden intercambiarse, y donde el placer puede incluir dolor ligero, ataduras o disciplina.
La curiosidad hacia estas prácticas ha crecido con medios como 50 sombras de Grey, pero el BDSM tiene raíces más profundas: algunas tradiciones sexuales antiguas ya hablaban del uso controlado del dolor como forma de intensificar sensaciones.
Tres pilares sostienen una práctica responsable de BDSM:
Consentimiento informado: Todos los participantes deben estar de acuerdo, entender los límites, y tener la posibilidad de retirarse en cualquier momento.
Palabra de seguridad (safe word): Una palabra o señal que indica “alto, se está excediendo el límite” — imprescindible para prevenir daños reales.
Conocimiento y técnica: Saber cómo usar herramientas, cuerdas, azotes o dispositivos, así como conocer anatomía, salud física y psicológica.
Bondage: Restricción física (cuerdas, esposas, arneses).
Disciplina / castigo: Reglas y consecuencias (azotes, ejercicios, humillación leve).
Dominación / Sumisión (D/s): Juego de roles basado en el control psicológico y simbólico.
Sadismo / Masoquismo (S/M): Incluye causar y recibir dolor, dentro de los límites definidos.
Shibari / Kinbaku: variante japonesa del bondage centrada en estética y simbología de los nudos.
“El BDSM es solo moda”: Falso. Tiene antecedentes históricos y culturales que preceden tendencias modernas.
“Solo se trata de disfraces y juguetes”: No. Aunque estos pueden ser parte, la práctica abarca psicología, emoción y confianza.
“Puede provocar la muerte”: En casos de irresponsabilidad sí, pero con técnicas seguras, educación y palabra de seguridad, los riesgos pueden minimizarse.
Infórmate primero (artículos, talleres, comunidades seguras).
Practica con parejas de confianza, comienza suave.
Usa palabras de seguridad claras.
Evalúa física y emocionalmente luego de cada sesión.
En resumen, el BDSM puede abrir una puerta hacia nuevas formas de placer y autoconocimiento si se aborda con respeto, comunicación y cautela. No se trata solo de imponer o recibir dolor, sino de explorar confianza, límites, poder y creatividad compartida.
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