5 mitos sobre la sexualidad y nuestras emociones

Debido a que la sexualidad ha sido un tabú, la gente recurre a información errónea en ciertos sitios de Internet, evitando incluso que dentro del entorno de la pareja no exista el placer y actúen sin responsabilidad. Ante esto, me di a la tarea de enumerar los siguientes mitos respecto a las relaciones sexuales y cómo las emociones están ligadas a este acto.

1. Sexualidad no es igual a coito: la sexualidad implica cuestiones que tienen que ver más allá de lo genital, por ejemplo, abrazos, juegos eróticos, besos, caricias, etc.
2. Los hombres siempre tienen más deseo sexual que las mujeres: esto limita de cierta manera a las parejas, haciendo ver que ciertos tabúes culturales impidan que cada uno exprese lo que realmente quiere. Los hombres creen que quieren mucho sexo, hasta que conocen a una mujer que quiere mucho sexo.
3. El onanismo, “una mano amiga”: Sigmund Freud plantea el onanismo como aquello que conjunta los tocamientos y la evocación de la fantasía, lo cual es bueno para la relación. Sin embargo, la masturbación ha sido vista como algo dañino, especialmente para los hombres cuando no es así, sólo si sus actividades cotidianas son interrumpidas por ello.
4. El tamaño sí importa: aunque se ha establecido que muchas mujeres prefieren a hombres con penes más grandes, la realidad es que regresando al primer punto, hay que recordar que para llevar a cabo la sexualidad se necesita de más estímulos que no sólo tienen que ver con la penetración
5. Las personas de la tercera edad ya no pueden tener sexo: las personas son capaces de tenerlo a distintas edades, incluso pasando etapas de menstruación en las mujeres podría llegar a ser más placentero. Aunque en ocasiones lo que termina con ello es el deseo hacia la pareja, mas no una cuestión física que se los impida.

@psicoanalista_adriana #saludmental #emociones #psicoanalista ♬ sonido original – Psicoanalista Adriana Ortiz

¿Para qué me sirven las emociones en la sexualidad?

Primero que nada, para tener una buena relación sexual con el otro debo conocerme y definir qué es lo que se quiere. Si el plan es sólo obtener placer deben ser claros y disfrutar de ese momento como tal. Pero en muchas ocasiones está muy visto que esto reciba el nombre de “hacer el amor”, donde desde luego, ya implican emociones que tienen que ver con la pasión, la ternura y si uno no está de acuerdo puede derivar en discusiones y separaciones.

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¿Qué emociones pueden impedir un acto sexual?

• Miedo: cuando la relación suele tener algún peligro, este nos alerta en el acto.
• Tristeza: si alguna de las personas pasa por un momento difícil y no pueden solucionarlo.
• Ansiedad: evita una erección o lubricación adecuada.

A esto también se le puede agregar que existen enfermedades que tienen que ver con el sexo, por lo que una persona puede tener relaciones sexuales sin medida dejando de lado sus actividades diarias.

De igual manera, en la época victoriana la mayoría de las mujeres sufría de histeria, por lo que, como parte de un estudio médico comenzaron a ser estimuladas. Esto hizo que los dolores de cabeza, la ansiedad, la irritabilidad, insomnio y los problemas gastrointestinales redujeran, por lo que así, se dio paso a la creación del primer vibrador.

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En el caso de los hombres, uno de los principales problemas es la disfunción eréctil, pero un varón que no puede tener coito sí puede estimular a una mujer y sentir placer mediante otros aspectos de la sexualidad, por lo que en ocasiones la justificación de que las parejas se separen por falta de sexo, tiene que ver más con la falta de comunicación entre ellos que en las carencias que se tienen.

Como nota, las personas sí se pueden separar por falta de sexo, debido a que es muy importante en la relación de pareja por el vínculo íntimo. Sin embargo, hay personas que podrían generar actos de infidelidad, de manera conscientes. Por ello es necesario llegar a acuerdos que puedan razonar esas pulsiones antes de fallarle a la pareja.

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Finalmente, hay que tomar en cuenta que conocerte siempre será la clave para que sepas reconocer tus emociones dentro de tus relaciones sexuales, así como para saber qué es lo que provocas y cómo el otro te hace sentir a ti en estos actos. Gestionarlas y reconocerlas te permitirán entender que no siempre es necesario sentir afecto hacia la otra persona, sino más bien tener responsabilidad afectiva para que ambos salgan beneficiados emocional y físicamente.