La sexoteca de Eugenia: “No fue como lo imaginaba”

Hola de nuevo. Bienvenidos a la Sexoteca de Eugenia. ¿Te ha pasado? Que de pronto vas entusiasmado a la cita con esa chica que te fascina, esa cita en la que sabes que terminarán en la cama, porque ya lo hablaron, ya lo acordaron, y la excitación comienza desde el momento en que te levantas pensando en que más tarde disfrutarán de lo lindo.

Es la chica más atractiva, hace tiempo que no sentías tal emoción y excitación por estar con alguien. Los chats previos han ardido de pasión, se han contado una y mil cosas que harán juntos cuando por fin suceda.

Ella te ha contado que irá a depilarse, y llevará algunos juguetitos para divertirse. Tu mente vuela, te depilas también, haces un diseño hermoso a tu barba, estrenas una loción, y el momento llega.

Todo comienza lento, piensas que ella estará esperando sacar a la felina que lleva dentro, esa que tanto describió en los chats. Ella por su parte, quizá está a la espera de algo, pero te acercas, tocas, provocas, y no hay reacción. Todo lo planeado o imaginado no lo ves por ninguna parte, eres paciente y prefieres ir lento. Quizá una copa de vino y una amena charla pueda bajar la tensión. Comienzas a acercarte nuevamente, como ella te había pedido que lo hicieras. Pero más que placer, percibes tensión.

Mientras más avanzas, más tensión se siente.

Ella te pide seguir, pero pareciera que la iniciativa del chat se quedó ahí, en el chat, y no logras ver la actitud seductora que tiene cuando escribe.

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Finalmente, el encuentro termina siendo un encuentro gris, con poca comunicación, escasa reciprocidad y te sacas de onda porque no sabes si te huele la boca, si hiciste algo mal o no le gustaste sin ropa.

Toda esa pasión de las salidas previas, los cafés, las noches de copas con amigos, las miradas, los chats calientes, todo se esfumó. ¡No fue como lo imaginabas!

Esto es algo que encuentro con frecuencia en mis sesiones sexológicas. Motivos, puede haber muchos, pero te hablaré del más frecuente, y es que se nos olvida, que para muchas personas, no todas, pero sí muchas, es muy importante sentir esa confianza, cercanía e intimidad, que el contexto social, por muy bien que nos llevemos, no nos da. Podemos ser muy valientes y calientes en una reunión, en un baile, en un bar, en un chat, y ser totalmente cohibidos al momento de desnudar los cuerpos, y ni qué decir, el alma.

Sucede tanto a hombres como a mujeres, aunque en esta columna, te escribo a ti, lector interesado en las mujeres. ¿Entonces qué es lo que debes hacer si eso pasa y la chica te interesa realmente? Comenzar con citas a solas, que ofrezcan una mayor intimidad, donde puedan conocerse de una forma más cercana. Hablar, contarse cosas, vivir experiencias, ir juntos a cualquier experiencia agradable, desde un concierto, hasta esquiar, escalar, nadar, etcétera.

Procurar espacios de intimidad recreativa, puede favorecer la intimidad erótica. No desesperes si ya les pasó, den un paso atrás y comiencen de nuevo. La pausa a los encuentros en la cama seguramente valdrá la pena. Y si no mejoran las cosas, entonces es momento de buscar otras causas. Pero antes, intenten estos espacios de solo dos, y luego me cuentas qué tal les fue.

Recuerda que, el mayor placer, te lo da el saber.