En las últimas semanas, leí tres biografías. La de Morrissey, la de Richard Branson y la de Edward Snowden. Los tres libros coinciden y podrían resumirse en una frase, la que da título a otro, esta vez escrito por el psicoanalista mexicano Santiago Ramírez: Infancia es destino.
El polémico líder de The Smiths cuenta en las páginas de Autobiografía que durante su pubertad amaba ponerse a cantar en la soledad de su cuarto, con el tocadiscos de fondo.
El presidente de Virgin Group narra en El estilo Virgin que desde niño incursionó en los negocios, con empresas de crianza de árboles navideños y aves, entre otras cosas, que fracasaron estrepitosamente, antes de aventurarse a dejar la escuela y fundar el imperio que hoy dirige.
Por su parte, el exagente de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, que vive exiliado en Rusia a consecuencia de los secretos que reveló, escribió en Vigilancia permanente que lo primero que aprendió en la vida fue a hackear el sistema. A hurtadillas se dedicaba a atrasar una hora los relojes de su casa, incluido el que su padre llevaba en la muñeca, para irse a dormir una hora más tarde.
Una vez le respondí a mi mamá que yo quería ser agente secreto, cuando me preguntó qué iba a estudiar. La cuestión es que no quería trabajar todos los días dentro de una oficina, condenado a la repetición de una rutina ad infinitum. Me veía más cumpliendo misiones diferentes cada día, guiado por el azar.
Tenía claro lo que quería hacer, pero hasta que salí de la preparatoria supe que se llamaba periodismo. Eso hacemos. Todas las mañanas nos levantamos con una sorpresiva encomienda por cumplir: entrevistar a un personaje, escribir la crónica de un suceso, dirigir una sesión fotográfica o salir a prisa rumbo al aeropuerto para pisar un sitio del planeta que nunca antes hemos explorado.
Esta edición de Playboy México, como ha sucedido con las 208 anteriores, no representa sino el informe que este humilde agente no tan secreto le rinde a sus superiores: ustedes.
Ahí está el reporte de la conversación con Tame Impala, la guía de lugares en los que se sirve carne vegana que realizó Tania Hernández, lo que Kenia López le sacó a Madame Récamier y, por supuesto, las fotografías que sólo una modelo como María del Mar Molar podía obsequiarnos.
La próxima vez que escuchen a un niño decir lo que será cuando crezca, tómenselo muy en serio.