Playbill: el avión donde te dejan tener sexo
Me contó una vez un amigo que trabaja como piloto de vuelos privados, que en una de las empresas para las que trabaja existe un servicio de “pedida de mano en el aire”. No es otra cosa que una manera velada de permitir que una pareja cumpla una de las fantasías sexuales más populares: tener sexo a miles de metros de altura.
Porque el avión viene equipado con un dormitorio. El órgano sexual que los seres humanos tenemos mejor desarrollado no es el que llevamos en medio de las piernas, sino el que viaja dentro del cráneo. Específicamente la imaginación.
De acuerdo con la 9a Encuesta Nacional de Sexo, publicada en esta edición con Divina Casas en portada, el 57.3 % de quienes respondieron, reconocieron haber tenido sexo en un lugar público. De ellos, 30.9 % se entregó al placer en un parque, 15 % en el baño de un restaurante y 31.2 % en un estacionamiento.
Nos excita ser descubiertos. La adrenalina es el mejor condimento para la pasión. Porque además, el 81.0 % de los encuestados dijeron haberse masturbado pensando en alguien que conocen, 30.5 % incluso aceptan que se trató de la pareja de un amigo o amiga (hay que decir que el 18.1 % de quienes accedieron a nuestra página web para responder de forma anónima fue- ron mujeres) y el 31 % de esas personas han representado algún rol en la cama.
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Es decir, han jugado a ser profesora y alumno o jefe y asistente, en cualquiera de sus variedades.
Una tarde caminando por la colonia Roma, encontré una activación muy original de una marca de preservativos en la que invitaban a una pareja a que diera un paseo en una camioneta a la que se había empotrado una cama en la parte trasera. Seguramente más de una aprovechó para hacer el amor sobre ruedas.
Las fantasías sexuales nos conducen por un camino mucho más emocionante a la hora de encamarnos con otra persona. Cumplirlas, lejos de volverlas aburridas, inevitablemente nos obliga a ir un poco más lejos. De ahí que estilos de vida como el cuckold, swinger o poliamoroso, poco a poco vayan saliendo de la caverna social adonde hasta hace poco se mantenían confinados.
Tú también debes tener una fantasía por cumplir o una cumplida que te ha inspirado a subir el siguiente escalón. A cada roto, corresponde un descosido.
Esa vez, le pregunté a mi amigo piloto de avión si no le incomoda operar una aeronave mientras detrás de él una pareja gemía sin pudor.
—¡Pero qué dices! ¡Si es lo más cachondo del mundo!
Una amiga europea me platicó incluso que existe un club virtual de personas que se dedica a compartir sus historias, acerca de las veces que sus integrantes han conseguido tener sexo en el baño de un avión. Van sumando puntas por cada una y subiendo de nivel.
Recuerda: en el sexo, tu imaginación es el tope.
