Palomitas y refrescos: Elvira, Tony y la mujer trofeo

La película siempre es la misma, sólo que uno cambia. Por ejemplo, Los tres García es la misma película que pasaban en televisión abierta cada sábado, pero con el tiempo descubres cosas que habías pasado por alto. Por ejemplo, la ambigüedad moral de los personajes, que la colorida (pese al blanco y negro) población de San Luis de la Paz, Guanajuato, se parecía mucho a la Ciudad de México más cuando la iglesia donde ejerce el padre, es igualita a una que está en Cuajimalpa.

Pero más allá de eso, hay algunas películas que con la revisitación pierden interés y se muestran como realmente son, un simple divertimento. Algunas, por el contrario, muestran cosas nuevas o simplemente, revelan su actualidad. En el caso de Scarface, es un hecho incuestionable, pese a que la música ya se escucha demasiado atada a un momento (por alguna extraña razón Hollywood pensó que el trabajo de Moroder iba a sonar siempre actual), el planteamiento adrenalínico de Oliver Stone y la dirección de Brian De Palma, crearon una cinta que no funcionó en su momento, pero que ahora, a más de 40 años de su estreno, es poderosísima.

Cierto sector de la periferia, en especial afromericanos pobres, tomaron a Tony Montana como una ídolo a seguir, una especie de ejemplo de triunfo del hombre que sehizoasímismoabasede esfuerzo. Incluso, su estética, el cartel, las frases de la cinta son usadas constantemente en el gangsta rap.

A mi parecer, la vida de Tony es la vida de un depredador que pasó por encima de todos para poder tener. no dinero, sino poder. Montana es capaz de manipular a la gente que confió en él, amigos, hermana, madre, jefes, para poder estar en lo más alto. Al final, Tony se queda solo, y no tan al final, porque hay constantes escenas donde se le ve en su grandeza rodeado de nadie. La icónica escena en la que Manny y Elvira salen de su enorme cuarto de baño, dejándolo metido en la tina de baño mientras despotrica contra todo.

Durante mucho tiempo Elvira ha sido un personaje secundario, sin embargo es parte fundamental de esta tragedia, ya que es una mujer bella, probablemente inteligente y capaz, (nunca lo sabemos de cierto), que va incluida en el menaje del jefe. Por sus pocos diálogos, sabemos que nació en Baltimore, Maryland, que trabajaba para Frank López, quien la acabó haciendo su amante.

Pero Elvira no era una mujer, apenas un trofeo que mostrar para el pequeño capo que era López. La manera en que es presentada en la película, como un ángel descendiendo por el elevador transparente, le brinda un aire etéreo cosa que buscan los hombres en ella. Sin embargo, cuando habla, se muestra harta de ser solo un objeto. Pero tampoco hay mucha perspectiva para una mujer como ella en el Miami de los años ochenta, donde, se estima, cada billete de dólar tenía residuos de coca.

Elvira enfrenta, cada que puede, a su dueño, ya sea Frank o Tony, y eso me hace pensar que tal vez no tiene hijos por infertilidad, sino por decisión propia. Cuando Tony le echa en cara que está “podrida”, tal vez sea una pequeña rebeldía callada para evitar tener descendencia con un narcotraficante.

A veces me preguntó, qué fue de Elvira luego de que ella y Tony pelearan. ¿Habrá caído con algún otro capo? ¿Se habrá hundido más en la adicción? O tal vez vivió una vida plena en algún lugar lejos de Miami.