Ya con una semana en cartelera de Once Upon a Time in Hollywood, mi experiencia en la Alfombra Roja del estreno en nuestro país y con esta nota, cierro mi trilogía de artículos referentes al que es y seguirá siendo mi director favorito: Quentin Tarantino. Y sí…

¡Odio los Spoilers!

Por eso me limitaré lo más que pueda al escribir esta nota, sin embargo si aún no la han ido a ver no sé que demonios están esperando… vayan sin expectativas, pidan su combo favorito y sólo disfruten de la función, y recuerden:

“Tarantino NO es para TODOS”

No, no me siento especial, ni he leído miles de libros ni visto cientos de películas de culto, sin embargo cuando eres objetiva sabes reconocer los aciertos y errores aún cuando ames una cosa. TODOS tenemos diferentes puntos de vista, diferentes maneras de interpretar las cosas e inclusive muchas veces no tienen nada que ver con lo que el director realmente quería transmitir. ¿A qué voy con esto?

Yo salí de la sala satisfecha, aunque sí podría decir que con Django Unchained se cerró la Era Tarantinesca, todo lo que hizo, produjo y escribió antes de Once Upon a Time in Hollywood de principio a fin tenía su sello de calidad. Con esto no estoy diciendo que lo hayamos perdido, sin embargo creo que en ésta última producción rellenó e incluso se obligó a meter referencias que lo hacen él. Una historia delicada para la industria de Hollywood, un actor en decadencia y un doble de acción con historias complejas, ciento cincuenta y nueves minutos en total de película, que quedan resumidas como: ciento treinta minutos dedicados a Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y Cliff Booth (Brad Pitt) , veinte minutos al caso Mason y 9 dedicados a la sangre a la que nos tenía acostumbrados.

Universos paralelos, finales fatales en la vida real convertidos en finales que todos hubiéramos deseado que sucedieran, así como en “Inglorious Bastards con Hitler, acá Once Upon a Time in Hollywood con Manson”.

Esperemos que la décima y posible última producción de Quentin, nos deje satisfechos a todos y con un buen sabor de boca, se lo merece, nos lo merecemos.