Hablemos de VIH: ¿Por qué se dificulta tanto la adherencia al tratamiento?
¿Alguna vez has pensado en que tan difícil puede ser llevar un tratamiento medico de por vida? ¿Te has preguntado si pudieras escoger una enfermedad o condición de salud, cuál sería? O, simplemente ¿Alguna vez pensaste que podrías vivir con algo que NO escogiste o que NO buscaste o, que ni siquiera propiciaste?
Hablando de VIH: “Indetectable = Intransmisible (I=I)”
Así es, todas estas preguntas son las preguntas mas comunes que nos hacemos las personas que vivimos con VIH, sobre todo porque hay un mar de incertidumbre respecto a ¿Cómo fue que paso? ¿Cómo es que esto me paso a mí? ¿Cómo me va a afectar en la vida?, Cuando vivimos con un virus que no pedimos, la pastilla es el peor recordatorio de lo mal que la estamos pasando.
Aquí esta lo difícil de la adherencia, vernos obligados a asumir algo que no pedimos, y que, en muchos casos, a pesar de tomar todas las precauciones posibles, igual sucedió. La adherencia se complica porque la pastilla para el VIH, marca un antecedente muy importante para los que vivimos con el virus:
- Cuando recibimos el diagnostico, sabemos que algo pasa, entendemos que hay un virus, no entendemos mas y sobre todo estamos llenos de muchísima fe y esperanza que todo sea un susto amargo, nos creamos ideas al respecto: ¡Y si el químico se equivocó! ¡Quizás la prueba no estaba bueno! O simplemente, ¡Seguro es un error, probare con otro laboratorio!… Entramos en un duelo, en una negación de lo que sucede y esto puede demorarse tanto como la persona y sus recursos personales se lo permitan.
- Por ello la importancia de una pronta canalización, a veces nuestras propias resistencias pueden hacernos incrédulos de la realidad… Y honestamente, a veces nos duele tanto nuestra realidad que agregar mas dolor es insoportable para nuestra conciencia.
- Cuando por fin decidimos ir al médico… Estos empiezan con sus 100 preguntas incomodas respecto a nuestra vida sexual, personal, intima…Desde ese momento, la vulnerabilidad ya está más que instaurada y las dudas y el temor siguen en aumento.
- Cuando ya por fin tenemos el medicamento en manos, se rompe nuestra historia de fantasías de que todo podría ser un mal susto… Y sabemos que ¡Tomar el medicamento es aceptar una realidad y que ya no hay vuelta atrás!… Este momento es crucial para garantizar una adherencia terapéutica al medicamento ya que aquí confluyen todos los problemas previos al VIH y los nuevos…
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Todo esto es lo que complica la adecuada adherencia, toda la carga histórica emocional asociada de la familia, del trabajo, al que dirán los amigos, a mis proyectos de vida, a los mitos respecto al VIH y los miedos sobre los posibles efectos secundarios del medicamento. Tomar un antirretroviral requiere de asumir una realidad que no podemos ver, mas que en papel, pero que desagrada y que llega para quedarse.
La adherencia se complica porque a veces se olvida que vivimos con VIH, pero la hora de la toma del retroviral a veces es el único momento en el que nos acordamos que vivimos con “ESTO”. Y ello a su vez, nos aviva todo el malestar emocional asociado.
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Es por ello que como profesional en salud mental y como hombre de la comunidad LGBT+ y que vive con VIH, algo que he observado que es importantísimo, incluso antes de la adherencia al fármaco, es trabajar en una ADHERENCIA EMOCIONAL a la vida, antes de nada, debemos tener cubiertos todos los miedos, todas las incertidumbres y sobre todo el estado emocional y las alteraciones emocionales o conductuales previas al VIH o que se desarrollan a partir del diagnóstico. Teniendo elaborado todo ello, la adherencia al fármaco antirretroviral se dará por añadidura, no pesara tanto y no dolerá tanto cuando llegue esa hora en la que debamos tomar la medicina y recordemos que vivimos con VIH.
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