Nude Spa: Así fue mi primer masaje con final feliz
Nude Spa es una boutique que lleva las formas de relajación y descontracturación a otro nivel extrasensorial con final feliz.
La invitación a Nude Spa me llegó por una compañera en una cena elegante, cerca de avenida Reforma, ya con unas copitas encima, me armé de valor y acepté a vivir la experiencia.
Es así como un miércoles por la mañana recibí un mensaje: “ya está lista tu cita, Jerry te estará esperando”, junto con la dirección y el whatsapp del masajista.
Sentí un poco de misterio que solo hicieron que mi paciencia disminuyera y que las horas pasaran lentamente.
Agregué su número y su foto de perfil de man fatal hicieron volar mi imaginación.
Una desafortunada tormenta me hizo llegar a mi cita por lo que creí que mi cita ahora duraría menos.
Llegando a Nude Spa abrió la puerta un hombre de cara un tanto noble y amigable, pero un cuerpo bien trabajado:
-¿Jerry?, pregunté.
-Sí, pásale, contestó con una sonrisa.
Así fue como me adentré a un edificio antiguo en la calle de Londres con azulejos los 70 y escaleras amplias en las que perdí la cuenta de los pisos que subí.
“Adelante” me dijo entusiasmado Jerry. Al entrar al Spa se ubicaba un sillón de dos plazas en donde creí que me explicarían lo que estaba a punto de suceder.
Sin embargo, debido a mi tardanza, Jerry me llevó directo al cuarto donde se llevaría a cabo “el ritual”.
-Quítate la ropa. Me dijo con seguridad.
-¿No tienen una sábana para taparme? Pregunté un poco tímida.
-No te preocupes, yo también me voy a desnudar. Me dijo esperando a agarrar confianza, se equivocó.
-Es que me da pena. Insistí.
-¿Trabajas en Playboy y te da pena? Me dijo de forma cómica.
-Escribo en Playboy, no me desnudo. Le dije tras una risa burlona.
En fin, me logró persuadir y después de una breve explicación de mi trabajo, ya estaba desnuda boca abajo.
Comenzó a masajear cada centímetro de mi espalda, luego bajó por mi trasero hasta llegar a mis muslos.
-No sé por qué te da pena si tienes un cuerpazo. Mencionó Jerry, quien para entonces, ya me había contado que trabajaba como constructor de casas y que ese era su segundo empleo de incógnito.
Definitivamente, algo excitante para aquellos que les gusta vivir una doble vida y solo salir de la rutina.
-Gracias por el cumplido, ¿te has enamorado de una clienta? Le pregunté aprovechando el piropo.
-Sí.
-¿Han intentado sacarte de trabajar?
-No, si no, ya no trabajaría, me contestó luego de contarme la historia de cómo llegó al Spa. Esto gracias a unas amigas que conoció en el mundo del nudismo.
-¿Y se te ha parado en actividades nudistas? ¿Cómo haces para controlarlo?
-Sí, lo que pasó fue que mis compañeras se tuvieron que sentar en mis piernas mientras me relajaba.
Pero en realidad mi pregunta iba más encaminada a “¿cómo le haces para ver mujeres desnudas siempre y evitar una erección?”
Mientras pensaba mi siguiente pregunta, sentí cómo rozaba con su pene mis manos y demás partes de mi cuerpo. En realidad no estaba evitando una erección, la erección es parte de la experiencia en los masajes eróticos.
Habían pasado más de 30 minutos y apenas me estaba volteando para continuar con la parte de enfrente.
Seguimos con la conversación y por un momento se postró sobre mi cabeza inclinándose hacia adelante para alcanzar de nuevo mis muslos y mis ingles.
Su pene pegaba contra mi frente y solo pude decirle: “¿Crees que puedas cambiarte de lugar, es que siento algo aquí (señalando mi frente)?”
Solo sonrió y se colocó en mi lado derecho. Seguro era la mujer más mojigata que había pisado ese Spa.
Sobre sus servicios me comentó que contaba con distintos finales felices, que hacía sexo oral y penetración si la clienta o cliente lo pedía, pero claro, con un costo extra.
Mientras, colocó mi mano en su pene y luego procedió con la masturbación. No soy fan de introducir algo más que no sea un pene en mi vagina, pero Jerry sabía cómo hacerlo, removió hasta mis pensamientos que ya muy sacudidos estaban.
Los masajes con final feliz existen: Hanna se dedica a darlos
Terminé y me ofreció un squirt, ya que le comenté que nunca había llegado a él. Pero me negué, pensé en mi virginidad de squirt y en tenerlo con alguien especial (lo sé, no tiene lógica).
El ritual de Jerry terminó con un fuerte abrazo lleno de aceites aromáticos con los que mi cuerpo estaba bañado y luego de esa 1:20 de desnudar nuestros cuerpos y nuestras almas, fui a enjuagarme.
Cuando creí que todo había terminado, Jerry me siguió hasta la regadera y siguió conversando mientras me piropeaba y me observaba detenidamente enjuagarme.
Mis pies descalzos y yo envuelta en una toalla húmeda volvimos al cuarto para ponerme la ropa que se pegaba con mi cuerpo debido a que no logré quitar todo el aceite de mi cuerpo.
Jerry, ya con ropa me agradeció como si yo le hubiera ofrecido esa experiencia extrasensorial, por lo que noté que en verdad disfrutaba de su trabajo y luego de otro abrazo salí de ese lugar lleno de energía.
Nude Spa cuenta con tres masajistas eróticos: Lina, Violetta y Jerry. Cuentan con un amplio menú en el que podrás encontrar, masajes suaves, kynky, hawaianos, terapeúticos orientales, hindúes y más.
Además, cuentan con masajes en pareja y lo mejor es que el spot es Gay Friendly.
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