Mohamed Salah: El faraón rojo

Su rol de máxima estrella en el Liverpool campeón de la Champions League y el cambio generacional que empieza a hacer mella en Messi o Ronaldo abren las puertas a un nuevo aspirante al trono. Es un faraón de origen egipcio: Mohamed Salah.

Colocar a Mohamed Salah en la nueva realeza del futbol suena ahora como lo más natural del mundo, pero el delantero de 27 años nacido en el humilde Nagrig, un pequeño pueblo de 10 mil habitantes al norte del Delta del Nilo, no tuvo las cosas fáciles.

Quizá por crecer en un ambiente asolado por conflictos bélicos civiles, Salah, musulmán fervoroso de carácter discreto y trabajador, se ha esforzado con creces para mejorar la calidad de vida de su terruño natal gracias a su condición de superestrella del balompié: donó la primera ambulancia del pueblo, así como puntos de venta de comestibles, y avanza en la construcción de un hospital, un centro para jóvenes y una escuela.

La emergencia de Salah en las canchas internacionales ocurrió en 2012 con su traspaso desde el Al-Mokawloon Al-Arab, un club de la primera división de su país, al Basel de Suiza. Salah ya era un prospecto interesante que había jugado la Copa Mundial Sub20 de la FIFA en 2011 y los Juegos Olímpicos en 2012, pero no parecía el objetivo por el que pelearían los principales equipos del orbe.

En tierras suizas, Salah se destapó como un extremo incisivo que calló las bocas de sus detractores, incluidos su compatriota millonario Mamdouh Abbas, quien se había negado a firmarlo para el Zamalek, uno de los grandes clubes de Egipto. Lo veían como un futbolista pequeño y al que aún le faltaba trabajo. Salah ganó la Superliga de Suiza en su primera temporada y fue galardonado con el Premio al Futbolista del año en África.

Aunque no era un goleador de temer —anotó 20 tantos en sus 79 partidos en Basel—, su inteligencia, sus buenas actuaciones y su capacidad de jugar por la banda lo catapultaron al Chelsea de Mourinho en 2014, donde vivió sus momentos más difíciles como profesional, comiendo banca continuamente y sin ser del agrado total del técnico portugués.

Por fortuna para Salah, el destino le tenía preparada una sorpresa al irse a préstamo a la Fiorentina italiana. Ahí comenzó la explosión pura de su talento en apenas media campaña de 2015, mejorando su promedio goleador. Este hecho lo puso en la mira del AS Roma, a donde llegó cedido en la temporada 2015-2016, para iniciar el año futbolístico que cambiaría todo para él y para el futbol mundial.

Nace un faraón

Aún ligado contractualmente al Chelsea y hambriento de revancha, Salah explotó desde el comienzo de su temporada romana. En 2015-2016, se convirtió en el máximo goleador del AS Roma, al tiempo que clasificaba con el equipo de La Loba a octavos de final de la Champions League, donde serían eliminados por el Real Madrid.

La Roma terminó tercera en la liga local y las noticias alrededor de Salah eran sobresalientes: los romanos lo compraron definitivamente gracias a sus 15 anotaciones en todas las competencias. Sin ser un centro delantero nominal, sus dianas serían superadas al año siguiente, incluso aunque se ausentó para cumplir compromisos en la Copa Africana de Naciones. La Roma obtuvo el subcampeonato y él anotó 19 tantos en 41 juegos totales, con una media goleadora récord de 0.46 anotaciones por partido.

Fue el rendimiento que necesitaba para ascender un nivel más a una liga de oropeles y salarios jugosos. Así se enfundó en la playera de otro gigante histórico de Europa, el Liverpool FC, que lo fichó por 42 millones de euros. De la mano táctica del alemán Jürgen Klopp, y formando un tridente ofensivo letal con el senegalés Sadio Mané y el brasileño Roberto Firmino, Salah fue aclamado como Mo (abreviatura de su nombre) y se catapultaría a la mejor campaña de su carrera: 32 goles en la Liga Premier, un récord desde que ésta cuenta con 20 equipos.

Salah abanderó la causa red durante toda la temporada y confirmó su estatus de nuevo ídolo de masas, no sólo en su país, sino internacionalmente. Obtuvo la Bota de Oro de la Liga Inglesa y llevó al Liverpool a la final de la Champions League, donde conmocionó al mundo cuando debió ser sustituido al minuto 30 del primer tiempo tras una falta que le cometió Sergio Ramos.

Fue un momento que inclinó la balanza del partido a favor de los merengues y marcó otra huella de Salah en la cultura pop. Sus imágenes saliendo del campo entre lágrimas le dieron la vuelta al mundo y lo convirtieron en Trending Topic. El Twitter en Egipto se llenó de insultos en árabe contra Ramos e incluso un abogado inició una demanda contra el defensa español por 874 millones de libras por causar “daño físico y moral a los egipcios”. La lesión también le daría una actividad limitada en el Mundial de Rusia 2018, donde no obstante marcaría en dos ocasiones.

Pero la adoración del pueblo egipcio y los fans del Liverpool tendrían su revancha un año después, en la temporada 2018-2019, ganando de nuevo el campeonato de goleo inglés, coronándose como campeón de la Champions League ante el Tottenham y marcando el destino del partido tras convertir un penal en el minuto dos de la gran final.

Tras la campaña histórica del equipo rojo en Inglaterra, en plenitud de sus facultades físicas y con un equipo tan competitivo, sólo queda preguntarse si la nueva era del futbol de clubes de más alto nivel en el mundo puede abreviarse en un simple sonido: Mo.

El fenómeno social

Salah es idolatrado en su país, donde sus acciones filantrópicas han trascendido a la política nacional. Lo apodan “el creador de la felicidad” e incluso obtuvo el segundo lugar en las boletas electorales anuladas con más de un millón de votos en las últimas elecciones egipcias. Salah está casado con Magi, una chica de su pueblo natal, y es considerado un símbolo de superación y unidad nacional como Tutankamón o Las Pirámides por Mohamed Farag Amer, líder del parlamento egipcio en la comisión de juventud y deportes. Productos basados en su figura se venden a raudales durante la fiesta del Ramadán, pero su fama traspasa fronteras. Los fans de Liverpool le compusieron la canción ‘Egyptian King’ y posee 29.5 millones de seguidores en Instagram.