Las parrandas de los lectores

#LeerALaPlayboy versión Ferias del Libro. Están por llegar las grandes citas del año.
Por Jaime Garba (@jaimegarba)
El segundo semestre del año es una temporada de fiesta para los lectómanos, pues se llevan a cabo las que para algunos son las ferias del libro más importantes del país; en octubre está la Feria Internacional del Libro de Monterrey y la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, en el Distrito Federal; mientras que en noviembre se realizan la Feria Internacional del Libro de Oaxaca y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la que es considerada como la más importante en lengua española en el mundo. Si bien, las ferias del libro, vistas de manera sencilla y general parecieran ser sólo espacios para adquirir libros bajo características particulares, la verdad es que si vemos a detalle, estos representan muchas posibilidades de exploración y disfrute más que comprar un libro que bien puede hacerse en otro momento y lugar. Quienes han asistido y las han disfrutado, saben que no exagero si me refiero a las ferias del libro como verdaderas parrandas de los lectores.
Invitados especiales
Suena un poco elitista, pero vamos, ¿qué sería de una fiesta sin invitados especiales?, esos personajes que se esperan con ansias y sabemos le ponen sabor al ambiente, en el caso de las ferias del libro, suelen existir de dos tipos. Muchas deciden dedicar cada año un espacio especial a un país, lo cual significa hacer énfasis en la cultura del mismo y mostrar una comitiva representativa de la literatura de origen. Brasil por ejemplo lo es este año para la feria del Zócalo, Colombia para la de Oaxaca, y Argentina es el invitado de honor de la FIL Guadalajara. Tres países latinoamericanos con una legendaria tradición en literatura. Los otros invitados especiales son aquellos escritores famosos que los organizadores saben se anotan puntos al presentarlos a su público por la posibilidad de convivir con ellos, de tener enfrente a las plumas que admiran y disfrutan. Esta lista suele ser larga, pero este año, entre las tres ferias, además de nuestros imprescindibles escritores mexicanos contemporáneos como Juan Villoro, Jorge F. Hernández, Jorge Volpi y Xavier Velasco, entre muchos otros, también habrá figuras internacionales como los españoles Almudena Grandes y Fernando Savater, el norteamericano John Katzenbach, el argentino Andrés Neuman y el inglés Ken Follet.
De chile, de dulce y de manteca
Que no todo sea sobre libros y literatura parecería absurdo, pero no, nos encontramos con la idea de que en una feria de esta índole lo más sensato es aunar a las actividades literarias algunas de otro tipo que puedan resultar atractivas para la gente. Cuando los organizadores se ponen las pilas, las disciplinas artísticas conviven y en la fiesta se incluye a todos. Por ejemplo, en Oaxaca este año en el marco de un homenaje al escritor mexicano José Agustín, el legendario grupo de rock Botellita de Jerez ofrecerá un concierto. La FIL Guadalajara, según el país invitado, suele ofrecer una serie de conciertos con lo más representativo de la cultura correspondiente, así han pasado entonces decenas de grupos de todas partes del mundo con propuestas muy interesantes, ballets españoles, grupos de hip hop folclóricos alemanes, grupos legendarios como Los Lobos, música oriental, electrónica y mucho más.
Otras actividades que suelen acompañar las pachangas del libro son exposiciones de arte, muestras de teatro y cine.
¿Quiénes son los mejores?
De una manera casi morbosa, muchos lectores esperamos cada año a los ganadores de los importantes premios que otorgan estas ferias, algunos que representan una proyección literaria mayor para los autores.
El escritor mexicano Álvaro Enrigue, con su ya galardonada novela “Muerte súbita” (Anagrama, 2013) este año ganó el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska, que ofrece la feria del libro del Zócalo; mientras que el italiano Claudio Magris, ganó el FIL Lenguas Romances, un reconocimiento que además de mucho prestigio está dotado con $150 mil dólares.
Muchos otros premios se otorgan a editores, ilustradores, bibliotecarios, promotores de lectura, jóvenes escritores, llenando de posibilidades de nuevas lecturas a los lectores, y los bolsillos y fama de los escritores.
Cierto es que existen detractores de las ferias del libro, gente que prefiere ir, en medio de la soledad, a las librerías para dotarse de nuevos títulos, gente que de tan sólo pensar en las miles de personas que transitan los pasillos o llena los salones de presentaciones, sufre dolor de cabeza. Sin embargo, si miramos a detalle, como lo dije al principio, podemos darnos cuenta de que entrar a una feria del libro con el conocimiento y la actitud adecuada, puede ser sensacional. Además, ¿a quién no le gusta parrandear?