La Parka: “¿Miedo? Aquí se arriesga todo o nada”
El 11 de enero murió Jesús Alfonso Escoboza Huerta, que portaba el disfraz de La Parka, el legendario luchador. Para rendirle homenaje, publicamos esta entrevista que se realizó en 2013 y había permanecido inédita.
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¿Qué le genera a los niños tu imagen?
La idea es que el personaje fuera rudo, un concepto mezclado con la muerte, pero la personalidad de La Parka hizo que se volviera técnico. De repente, algunos chiquillos se espantan, pero en general me apoyan mucho.
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¿La lucha te aleja de tu familia?
Sí porque viajo mucho, pero cuando no lucho, siempre estoy en mi casa. Llevo a mis hijos a la escuela, hago quehaceres como cualquiera y aunque no cocino ni plancho, sí barro, tiendo camas y acompaño a mi esposa a comprar el mandado.
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¿Qué sacrificaste para ser luchador?
Cuando me vine a México (era originario de Hermosillo, Sonora), dormí varias veces en la calle mientras buscaba una oportunidad en la AAA. En ocasiones no tenía ni para comer. Pero lo más triste fue que, en esa búsqueda, no me enteré de la muerte de mi padre, porque no hubo forma de que me avisaran.
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¿Te gustaría que tus hijos se dedicaran a la lucha libre?
Tengo dos hijos y el más grande ya quiere entrenar. Lo apoyaré porque yo nunca tuve el apoyo de mis padres cuando empecéa luchar, lo último que haría sería darle la espalda.
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¿Eres vanidoso?
Nunca he despegado los pies del piso. Siempre sé dónde estoy parado y, en gran medida, se lo debo a mi familia que me orienta en todo momento.
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¿Dónde has librado las batallas más difíciles, en la casa o en el ring?
En el ring hay luchas que duran hasta 45 minutos. En mi casa, todo el día.
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¿Es rentable la lucha libre?
Me dijo una vez un compañero, “no es lo que ganes, sino lo que ahorres.” Depende mucho de la vida que quieras llevar; hubo un tiempo en que eché mucho relajo, me di la gran vida de soltero. Pero hoy, como padre de familia, ellos lo son todo para mí. Aunque no dejo de darme mis gustitos.
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¿Qué placeres se procura La Parka?
Las motos. Tengo dos.
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¿Un luchador se droga?
Igual que en todos los deportes, aquí hay sustancias como los anabólicos, que están prohibidas. Me tocó ver a algunos luchadores que bebían alcohol, pero nada más. Dicen que nos drogamos para aguantar todos los viajes, pero no es verdad.
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¿Son muy atrevidas tus fans?
Hay de todo, desde las muy lanzadas hasta las más tranquilas. He puesto mi autógrafo en sitios en los que no tienes idea. Una vez me pidieron uno en una pantaleta puesta, en Nuevo Laredo. Pero también he firmado senos.
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¿Cuál ha sido el mejor regalo que te han dado?
¡Una noche de pasión! La conocí en un función de lucha y me dijo que quería estar conmigo. En ese momento era solterito, estaba disponible ¡y era un auténtico desmadre!
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¿Quién ganó esa lucha?
¡Fue un empate muy rico! Ambos la pasamos bien.
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Cuándo haces el amor, ¿siempre es a dos de tres caídas sin límite de tiempo?
Son luchas extremas. En la cama soy un esclavo y hago lo que me piden.
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¿Quién es tu principal rival?
La Parka Negra, porque es el mismo personaje que yo. Hace tiempo, hice otro que se llamaba “El lado oscuro de La Parka”, iba todo de negro con vivos en color plata. Pero a la gente no le gustó, por eso él tomó ese personaje y nació la rivalidad.
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¿Te han querido sobornar para conocer tu identidad?
No como tal, pero una vez, una aficionada me pidió que le mostrara la cara y le respondí que era como si yo le pidiera que se desnudara frente a mí… ¡Y que se desnuda! Así que me descubrí el rostro y me fui.
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¿Cuál es la máscara o cabellera que más atesoras?
Máscara, la del Cibernético; y cabellera, la de Pirata Morgan.
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¿Has llorado después de luchar?
Sí, en aquella contra Cibernético. Experimenté mucha tensión y cuando terminó, lloré. Pero con el tiempo él y yo nos hicimos compadres.
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¿Cómo describirías el momento que vive la Lucha Libre?
Vive un crisis, pero poco a poco vuelve a tomar su camino. Hay promotores y luchadores nuevos. Hubo quien pensaba que la lucha extranjera sería un boom, pero tampoco le ha ido tan bien.
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¿Te llegas a calentar como para querer lastimar más de la cuenta al rival?
Siempre que lucho me caliento, pero hay que ser profesional. Cuando empezaba en esto sí lastimé a dos o tres compañeros que tuvieron que retirarse.
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¿Y sientes miedo?
No, para nada. Esto se trata de arriesgarse por el todo o nada.
