Encuera-ditto Maki: la carne y el Sushi

Cada 18 de junio, desde 2009, se celebra el Día Internacional del Sushi gracias a la propuesta de Chris DeMay (@CDeMay en twitter), sus followers mitoteros se unieron al plan y este año los sushilovers cumplirán diez años con esta arrocera celebración.

¿Y por qué diablos japoneses celebramos al sushi? La respuesta es sencilla: es un alimento milenario que ha traspasado fronteras y domina en muchos países el mercado de la comida rápida.

El origen del sushi tiene mucho de serendipia. La técnica para elaborarlo nació en China por el 200 antes de Cristo. Era complicado conservar el pescado en esos ayeres sin refrigerador, entonces a los chinos, que siempre han sido los nerds del ingenio, implementaron un método que consistía en envolver el pescado crudo con arroz, ese envoltorio de cereal alargaba su caducidad y le daba cierto sabor agrio al arroz que desechaban.

Pasó el tiempo y la técnica de conservación llegó a los japoneses, sabios para aprovechar todo lo que su poco terreno y el mar les da. En Japón conservaban el pescado como los chinos, pero a la hora del hambre sí comían el arroz. Ya en el siglo 17 metió las manos Matsumoto Yoshiichi, el mero mero papá del Sushi (cuyo término se entiende como arroz amargo o avinagrado), quien usó el vinagre para sazonar el arroz y el pescado. Matsumoto jamás imaginó que con su aportación puso las bases para los negocios millonarios de sushi actuales, ya que la gente encontró en este platillo algo práctico incluso para llevar o comerlo en la calle.

Tan sólo en 2018, el sushi como negocio en México generó más de 1300 millones de pesos al año, o sea un chin – guitto. Y es que hoy el sushi ya no es un alimento exótico o fifí como antes. Imagina, yo dejé de ser virgen en materia de sushi hasta los 19 años de edad en mi época de universitario allá por 1991, o sea, perdí la virginidad carnal antes que mi paladar descubriera la mezcla de arroz, pescado, soya y wasabi. Sí, hoy en día al sushi lo manosea todo el mundo.

Y a propósito del manoseo gastronómico, debo traer a esta mesa a lo que en Japón le llaman Nyotaimori y en Las Vegas, Los Ángeles, Vancouver, Ámsterdam y en muchas ciudades de forma pública venden como Naked Sushi o sushi al desnudo. Una degustación de sushi servido sobre el cuerpo sin ropa de una modelo.

De nuevo, jamás pensó Matsumoto Yoshiichi que su platillo también alimentaría a los aficionados de la sitofilia, es decir, la parafilia o fetichismo sexual que mezcla el sexo y la comida.

Nadie sabe con certeza el origen del Nyotaimori, algunos lo imaginan desde hace siglos con geishas, otros señalan a la Yakuza, la mafia japonesa, como promotora de este festín, también se dice que fue en los años ochenta, con la bonanza económica de Japón, que muchos ricos pusieron de moda el sushi al desnudo buscando satisfacer caprichos con el dinero que les sobraba; lo cierto es que poco importan los antecedentes cuando la mesa está servida con mar y tierra, con piel y flores.

Las modelos que trabajan en eventos de sushi al desnudo son ligeramente capacitadas para estar acostadas entre una hora y media y dos horas, sólo vestidas con una breve tanga de color carne, sin moverse, controlando la temperatura del ambiente y las miradas lascivas de los comensales. Antes de entrar en acción, cada modelo es bañada con agua fría, jabón sin perfume, la exfolian y demos por hecho su depilación obligatoria. A menos que el cliente exija que el sushi se coloque directo en la piel de la modelo, generalmente se acomoda sobre hojas de plátano o flores, por higiene y para que el alimento tenga una temperatura más fresca.

La regla para los comensales es la de un table dance, prohibido tocar a la modelo que no es una prostituta, solamente sirve de charola hasta que se acabe el sushi. Eso sí, al ser una experiencia erótica, contratada en su mayoría por hombres, en despedidas de solteros o grandes fiestas privadas, los palillos juegan un papel cachondo, ya que es común que los clientes tomen el sushi y lo arrastren un poco por la piel de la mujer, que está más preocupada por no estornudar, toser o por alguna ligera comezón sin poder aliviar.

En una experiencia Nyotaimori se paga la modelo y la comida por separado, entonces el total varía de acuerdo a lo que se ordena, pero en promedio, mínimo son 150 dólares por diez personas degustando. Y para las mujeres que quieren echarse un taco de ojo y sushi está la versión Nantaimori, donde un hombre presenta makis y nigiris, pecado y pescados, algas, salmón y por supuesto camarón. Celebremos al sushi, es difícil de creer.